Lomas de Zamora, noviembre 1 (AUNO) – El empresario Saúl Macyszcyn es un ejemplo de superación personal. Perdió un brazo en un accidente a los 10 años y siempre tuvo problemas para trabajar. De adulto fundó su propia firma, llamada Discapanch, en la que el 70 por ciento de los empleados es discapacitado. Creó una ONG y asegura que “todos se benefician al emplear personas con discapacidad”.
En una entrevista con la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión, Macyszyn aseguró que “la discapacidad es un problema del afectado, de su grupo familiar y de toda la sociedad, por lo tanto requiere del compromiso moral, social y solidario de todos sus miembros, además de la participación activa y consciente de sus organizaciones oficiales, civiles, empresariales, comerciales, y de las entidades de bien.”
El fundador de Discapanch sabe bien a lo que se refiere, porque lo vivió en carne propia: a los 10 años tuvieron que amputarle un brazo y sufrió una disminución de su capacidad visual, debido a un accidente de tránsito, y a causa de su discapacidad nadie lo empleó luego de que quedara desocupado en 1990.
Durante siete años realizó trabajos esporádicos, mal pagos, sin cobertura social, y sin ninguna posibilidad de continuación laboral. Entonces decidió vender su casa para autoemplearse y empezó a atender con su familia “un puesto de panchos común, de esos de lata que se ponen en la vereda”, ubicado en un espacio cerca del andén 6 de la Estación de Trenes de Retiro, Línea Mitre.
Luego de que Macyszyn realizara un curso de comidas rápidas y de microempresario, el negocio familiar se volvió rentable y dio paso a un proyecto social: la familia decidió que “sería bueno tomar gente con discapacidad para que tengan una forma de subvencionar su existencia. También servía para darle un mensaje al público que pasaba por la estación de Retiro y a la sociedad en general.”, aseguró el empresario.
Aunque le iba bien con su empresa, Macyszyn decidió canalizar sus esfuerzos a través de una organización, y así creó Microemprendimientos Solidarios, una organización que impulsa la participación de discapacitados como emprendedores.
Durante sus charlas con empresarios, el fundador de Discapanch no les pide trabajo para personas con discapacidad, sino que les propone un negocio, ya que “la empresa mejora su imagen solidaria ante la sociedad, cumple con su responsabilidad social empresaria y tiene descuento impositivo por emplearlas”.
Al emplear personas con discapacidad se inicia una red solidaria en la cual “la persona discapacitada recupera su dignidad, su familia mejora la calidad de vida, el Estado gasta menos y percibe más impuestos, las organizaciones e instituciones oficiales y civiles se fortalecen institucionalmente siendo solidarias con la comunidad, los miembros de la sociedad aprenden a convivir con ellos, aceptarlos y a valorarlos.”, afirmó Macyszyn.
El empresario aseguró que “la discapacidad se supera con capacitación”, por eso ofrece a los empleados definitivos de su empresa la posibilidad de hacer un curso de micro emprendedor, luego “los ayuda con una franquicia gratis a abrir un pequeño negocio, con la única condición de que si el día de mañana necesita empelados tiene que tomarlos de la bolsa de empleo de nuestra fundación, no de otro lado.”
La formula de Macyszyn es “trabajar, capacitarse y pedir ayuda al entorno, a la familia, a la sociedad, a todo el mundo para el proyecto comunitario que uno tiene. No hay que esperar el resultado del pedido para empezar. Empezás con lo que tenés y con el tiempo te aparecen ayudas que nunca pensaste que ibas a recibir.”
Discapanch
En el 2000 el Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (Onabe) les dio un local grande del hall central de la Estación de Trenes de Retiro, pero cuando el entidad le alquiló el hall de Retiro a Trenes de Buenso Aires (TBA) “se puso un poco brava la cosa, porque tuvimos que tratar con un grupo de inversores que habían alquilado el hall para hacer negocios, para ganar plata no para hacer beneficencia.”, reveló Macyszyn.
El fundador de Discapanch aseguró que “cuando un local está cerrado, o no anda, nadie le presta atención pero si tiene éxito el dueño no te quiere renovar el contrato, porque después pone un familiar o un amigo y ese lugar es rentable, porque otro ya lo hizo rentable.”
“Con el transcurso del tiempo, entre estudios, cometer errores y corregirlos, puedo tener esta cadena laboral que marcha más o menos bien, en un país que tiene unas circunstancias económicas muy inconstantes y cambiantes, y donde el 13 por ciento de la población argentina es discapacitada y el 90 por ciento de ese total no tiene empleo, según el último censo nacional”, afirmó el empresario.
El empresario afirmó que cuando Discapanch comenzó “no había aportes del gobierno ni del sector privado, mucho menos préstamos bancarios, porque no teníamos garantías”. “El proyecto no les era muy confiable: un grupo de personas discapacitada que querían abrir una empresa, ninguno había sido empresario, ninguno había sido comerciante. Era terrorífico. Yo acepto que no nos dieran el dinero por miedo a que fuera un fracaso total”, comentó Macyszyn.
El 70 por ciento de los empelados de Discapanch son personas con discapacidad y el 30 por ciento restante del personal no tiene discapacidades pero conviven o son familiares directo de un discapacitado.
Inclusión laboral de personas con discapacidad
En el año 2000 Macyszyn creó la Asociación Microemprendimientos Solidarios, destinada a crear, generar y gestionar empleos para personas con discapacidad, mediante emprendimientos argentinos solidarios, y a brindar ayuda, orientación y asesoramiento integral gratuito sobre ésta problemática social.
La asociación integrada por Discapanch (Panchería y Fast-food); Discatrab (Locutorio con Internet); Dar (Discapacidad, Artesanías y Regalos), y Discabar (Bar, Restaurant y Delivery), es reconocida a nivel nacional e internacional.
El 24 de octubre Discapanch recibió el premio Enrique Shaw otorgado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) en el rubro “Inclusión laboral de personas con discapacidad” en la categoría Pymes por el programa Microemprendimientos Solidarios.
“Nosotros luchamos para crear puestos de trabajos para gente con discapacidad. Damos un apoyo de ONG para que esa persona se sienta acompañada, ayudada, protegida para que despliegue al máximo su capacidad de recuperación y así vamos formando ciudadanos que participan de la producción social y que gozan de los mismos derechos que el resto”, aseguró Macyszyn luego de recibir su último premio.
AUNO 1.11.2012
GN CGL EV
FERNANDO ALBERTO GONCEVAT dice:
¡¡¡COMO LO INDICO EN EL TITULO,»HAY ACCIONES QUE VALEN
MAS QUE MIL PALABRAS»!!!.-
Marcelo ramitez dice:
Es verdad lo que dice saul yo estoy con disminución en miembros inferiores y encima sordo totalmente.quien me va a tomar así ,estoy esperando para la operación de un implante cloclear pero la burocracia es mas larga que utiafdade rtartamudo por eso al ver que e usted samuel toma gente con discapacidades le escribí para pedirle un lugar para así poder volver a poder desenvolverme normalmente.y lo que sted hace es un ejemplo para la sociedad que mira para otro lado.bueno espero que pueda estar con ustedes y poder aprender un micro emprendimiento a futuro lado por ustedes.