Lomas de Zamora, mar 16 (AUNO) – El ex ministro de Economía de la dictadura José Alfredo Martínez de Hoz falleció hoy mientras estaba detenido en su domicilio por el secuestro del empresario textil Federico Gutheim y su hijo Miguel, en 1976.
Martínez Hoz, descendiente del fundador de la Sociedad Rural Argentina, fue uno de los artífices del brutal proceso de desindustrialización de la Argentina para poner en primer plano un país meramente exportador de materias primas y devolverlo al 3 de junio de 1943 o a 1910.
Esos intereses ahora están representados por la Mesa de Enlace de las patronales pastoriles, grupos sojeros mediáticos y la deshilachada oposición política, que no tiene un proyecto de Nación.
Murió mientras estaba preso en su domicilio de la Capital Federal porque en 2006 la Justicia declaró la nulidad del indulto menemista y reabrió una causa en la que fue acusado junto con el dictador Jorge Rafael Videla y quien fuera ministro del Interior del proceso Albano Harguindeguy por el secuestro extorsivo en 1976 de esos dos empresarios.
El secuestro había tenido por meta obligarlos a cerrar un negocio de exportación con Hong Kong que beneficiaba a la dictadura.
La dictadura militar de 1976 significó la profundización sistemática de una confesión fundamental de un marino, realizada después del golpe de Estado de 1955.
Se trata del contraalmirante Arturo Rial quien, según varios historiadores, al toparse con unos dirigentes sindicales municipales, que esperaban a ser atenidos por el presidente de la dictadura fusiladora Eduardo Lonardi, les clarificó la meta básica de la subversión constitucional contra el segundo gobierno peronista: “Sepan ustedes que la Revolución Libertadora se hizo para que en este bendito país, el hijo de barrendero muera barrendero”.
Efectivamente: La dictadura de 1976 llegó para que el hijo del barrendero muera barrendero y para ello produjo una letal disminución salarial del 40 por ciento, redujo el ‘gasto’ público, aumento partidas para seguridad y defensa y disminuyó las de educación y salud; reformó la ley de contratos de trabajo y pulverizó las convenciones colectivas entre trabajadores y patrones.
Aumentó también los impuestos afectando a los sectores populares y de escasos recursos económicos, eliminó retenciones a las exportaciones agropecuarias, redujo aranceles a productos importados y aplicó una drástica reforma financiera.
La gestión de Martínez de Hoz, el hombre clave de la pata civil de la dictadura, hizo crecer la desocupación, la pobreza y las plantas industriales de los grandes centros urbanos del país se convirtieron en galpones vacíos llenos de roedores.
Hacia el final del ‘proceso’, un ser dañino y maldito, estatizó la deuda privada, es decir, la deuda contraída por particulares pasó a ser una mochila sostenida por todos los argentinos e incluso por aquellos que jamás vieron un dólar ni en figurita.
Por otra parte, los nietos del ahora fallecido ex ministro de Economía habían demandado al escritor Osvaldo Bayer a raíz de su documental Awka Liwen.
En esa obra denuncia el asesinato y despojo de los indios y el reparto de tierras durante el mandato de Julio A. Roca y la denuncia se había hecho por entender que ese trabajo “deshonra” la historia familiar.
AUNO 16-03-13
GP-HRC