Tristemente Célebres: después de la curiosidad, el crecimiento

La banda dejó de ser «el grupo del periodista Eduardo de la Puente» y se muestra más sólida con su nuevo disco, «Robot Monster». Antes de una serie de presentaciones que la llevará al sur del Conurbano, recibieron a AUNO en su sala de ensayo y advirtieron: «Queremos decir algo, pero no algo que ya sabés».

Liliana Aristiqui

Los integrantes de Tristemente Célebres interrumpen su ensayo, pero las melodías siguen en el aire. Tras el lanzamiento en agosto de su tercer disco, “Robot Monster”, y antes de una serie de presentaciones que los llevarán al sur del Conurbano, explicaron que “la estructura de las canciones que buscamos hacer tienen clima rockero, con arreglos, una buena melodía y una letra que te diga algo, pero no algo que ya sabés”.

Después de 12 años de trayectoria, la banda ya pasó la etapa de curiosidad por ser el grupo del periodista Eduardo de la Puente, guitarrista. Está integrada también por Leonardo D’Amico en la voz, el extrovertido Germán Wintter en bajo y los hermanos Nápoli, Ignacio en la batería y Francisco en la guitarra, de reciente incorporación. Todos dialogaron con AUNO acerca del trabajo y los cambios en las melodías, aunque mantienen el entusiasmo intacto.

“Robot Monster” es un EP que consta de cuatro canciones de la banda, más “Katmandú”, clásico de Pappo, en una reversión rockera con arreglos musicales. Signo de los tiempos, puede descargarse gratis desde la página web del grupo: www.tristementecelebres.com.

¿Cuál es el mensaje de “Robot Monster”?

L.D: “Robot Monster” habla de que somos personas malas. La historia es que viene un robot a destruir la tierra y se da cuenta que nosotros somos peores, y que nos va a llevar menos tiempo destruir la tierra. Así que el robot no era tan malo como creía, entonces se relaja y vive en nuestro planeta.

EDLP: Más allá del mensaje de la canción, yo me lo tomé como una película de ciencia ficción, pero después me di cuenta de que era más coherente con el resto de lo que pensaba.

¿Musicalmente qué cambió en la banda para este trabajo?

EDLP: Todos los temas de “Robot Monster” tienen arreglos muy puntuales. No se separan del tema porque están integrados, pero podrían ser tranquilamente otra canción.

L.D: Con respecto al tema “Robot Monster”, primero salió la música y después la letra. De hecho no aparecía la letra. Unos días antes de grabar salió esa letra dándole forma, a través de que el disco ya habíamos decidido que se llame así. En realidad la canción se llama así por el disco, y no el disco por la canción.

G.W: En este último trabajo los temas son muy líricos y estamos interpretando mucho.

Hubo cambios de integrantes y de roles ¿Cómo evolucionó musicalmente TC con las modificaciones?

G.W: Leo aportó su voz particular y las letras impresionantes. También nosotros utilizamos su talento.

EDLP: En el primer disco, en el 2004, cuando entró Leo, en realidad ya estaban casi todos los temas hechos. Sólo hizo un tema, “Viajando en mí”. A otros que estaban hechos les puso alguna melodía o una nueva letra. En el segundo disco tuvo mayor injerencia: aparecieron las canciones rockeras, pero más melódicas. Después, la incorporación de los hermanos Nápoli, que son dos bestias, provoco una evolución en nosotros. A mí me pone muy orgulloso que ellos dos estén tocando conmigo, no digo con la banda, porque saben mucho estos hijos de p… mucho en serio (risas) y tienen criterio.

¿Cuál es ese aporte de los hermanos Nápoli a la banda?

F.N: Le pusimos un estribillo mayor que no tenían. Por ejemplo, en “En cada otoño” o “Robot Monsters”, del último disco, me gustan los arreglos en las guitarras. La complementación musical para que se arme el ritmo.

G.W: Enfatizá, andá… ¿Qué querés? ¿Más dedos vos? (risas)

I.N: Las bases de guitarras terminan siendo una resultante del trabajo de los dos y no que los dos estén tocando los tonos. Yo vengo de un perfil metalero de doble bombo, pero con tintes pequeños de rock progresivo en algún pase. La idea tampoco es sacar todos los fatos y meterlos en la canción para que la gente diga: ¡Toca bárbaro!, sino trabajar en función de la canción, pero que eso se sienta y sirva.

¿Cómo fue el desafío de tocar con bandas consagradas como Motörhead o Judas Priest?

EDLP: Fue muy bueno. El show que recordamos para atrás fue el festival Monsters of Rock (en el estadio de Ferro en el 2005) que cerraba Judas Priest. Estábamos en esa etapa en la que te fijas más en los 40 que se te ponen de culo, que en los 10.000 que no te dan bola o en el resto que te escucha y esos 40 a nosotros que estábamos medios fresquitos, nos cagaron la vida. Igual no pasa nada. Amén que cuando tocamos no escuchábamos nada y cuando miramos para la mesa de monitoreo estaba apagada y no había nadie. Después vino la experiencia de abrir en el 2007 a Motörhead en el Luna Park así que dijimos ‘Vamos a elegir los temas más metaleros, los más rockeros vamos a metalizarlos un poco’. Elegimos un cover de V8, sacamos “Mundo sin ley”, tocamos un tema detrás de otro, no les dimos tiempo a nada, ni a aplaudir ni a putear. Salió buenísimo.

G.W: Fue una experiencia que no esperábamos. Salimos al frente, fue un honor y aprendimos mucho nosotros.

L.D: La verdad de todo ahí es que te ocasiona emociones diferentes en el cuerpo, que es lo que uno busca cada día; es lo que la música te da, que algo te motive y que te provoque esa corriente eléctrica en el cuerpo.

¿Consideran que tuvieron éxito?

EDLP: En lo personal, haber compuesto letras, hacer arreglos, tocar con ellos y que de ahí después salga una canción… para mí eso ya es un éxito; es hacer lo que te gusta y que tenga un piso de dignidad y calidad bueno. Y de ahí para arriba. Sí el éxito es llevar 83.000 personas y llenarse de plata, en ese sentido no; pero para mí el éxito no pasa por ahí.

I.N: Eso tiene que ver con una cuestión laboral economicista, no hay que negarlo tampoco. Una entrada de plata te puede hacer que sea más holgado este trabajo, porque tiene sus vueltas y el tiempo que uno le invierte. Como uno en principio el resultado que está buscando es estar bien con lo que hace y estar contento con eso, ahí está el primer éxito. Entonces, después vienen los otros; y si no vienen, tenés ese éxito que estabas buscando, que era hacer buena música, y todos estamos contentos con el disco que tenemos. Son como escalones.

¿Cómo es el trabajo en el circuito under?

EDLP: El trabajo en el under es más sufrido. Todo depende de nosotros, las presentaciones y la difusión.

¿Tienen proyectado tocar en el interior?

EDLP: Hemos ido al interior, nos gustaría volver, pero autogestionarse es carísimo, complicado y si no hay alguno que nos lleve, no podemos.

G.W: Así que esperamos invitaciones de los productores del interior…

Más allá de las dificultades, siempre estarán las redes sociales. Y los integrantes de Tristemente Célebres comentan que están en contacto con sus seguidores a través de Twitter o Facebook. Allí, por ejemplo, se puede ver que la banda estará el viernes 20 en San Telmo, el sábado 5 de octubre en Ramos Mejía y el sábado 19 de octubre en Lanús.

AUNO – 17/09/13
LA – GDS

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