Trabajadores ceramistas siguen en plan de lucha

Obreros de la fábrica de cerámica Lourdes de Burzaco que acatan una conciliación obligatoria del Ministerio de Trabajo denunciaron presiones de la empresa y golpes de «una patota» supuestamente contratada para evitar que se tomen medidas de fuerza.

Belén Escobar

Lomas de Zamora, octubre 8 (AUNO).- Tras cuatro años de lucha, un paro reciente de siete días y dos ataques “de patotas” para que levanten las medidas de fuerza, trabajadores de la fábrica de cerámica Lourdes, que funciona en el Parque Industrial de Almirante Brown, continúan con su lucha para exigir mejores condiciones laborales, aumento de salario y mayor cantidad de horas de descanso.

Son alrededor de 60 obreros los que sostienen la lucha porque el sistema laboral de la empresa para la que trabajan “no cumple” con lo acordado en las paritarias pasadas y, según ellos, hubo una “violación” de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación, que firmaron luego de haber realizado un paro de siete días que incluyó un corte en la rotonda de Burzaco.

El acuerdo al que se llegó en paritarias implicó para los empleados trabajar seis días con dos francos, en vez de siete con uno solo libre. El sueldo básico debiera tener un piso de 8200 pesos (más antigüedad y premios) pero, en vez de eso, el salario se paga por día y por hora.

Respecto a la conciliación obligatoria, los trabajadores reclaman que hubo puntos que no fueron cumplidos porque los días de huelga fueron descontados de su sueldo y casi la mitad de ellos están de licencia obligatoria con goce de sueldo. Esta agencia se comunicó con la empresa para que dé su versión de los hechos, pero se le negó el diálogo con alguna autoridad.

“No es una medida casual, quieren aislar a los más combativos del grupo y desarmar la organización que logramos llevar a cabo”, señaló a AUNO Claudio Gómez, delegado y trabajador de Lourdes, quien, además, denunció: “Tenemos que trabajar sábados, domingos y feriados para llegar a la mitad de lo que nos correspondería cobrar”.

La protesta de los trabajadores llegó a su punto de máxima tensión en septiembre pasado, cuando el 18 de ese mes decidieron dejar de trabajar por una semana y protestar en las puertas de la fábrica desde la madrugada hasta la tarde.

Pero la respuesta no tardó en llegar y cuatro días después del inicio del paro, “una patota bajó de dos micros y amenazaron” a los manifestantes para que volvieran a sus puestos de trabajo. No obstante, los obreros mantuvieron el reclamo y el resultado fue que uno de ellos terminó con ocho puntos de sutura en la cara, según relataron los trabajadores.

“No nos iban a amedrentar unos barras porque nosotros luchábamos por nuestros derechos”, contó Gómez y explicó: “Como vieron que no nos asustamos, 48 horas después de ese ataque vinieron cuatro micros y autos particulares”.

Según los trabajadores, ese último ataque contó con más de 200 personas que los amenazaron con palos y armas, y como los manifestantes corrieron a refugiarse en la fábrica, “los matones” los persiguieron e hirieron a varios de los que estaban dentro de la fábrica.

Daniel Vinella, otro de los delegados de la fábrica relató que algunos de sus compañeros sufrieron traumatismos de muñecas, heridas de arma blanca e incluso uno terminó con un tajo en la cabeza, producto de un golpe. “No murió nadie de casualidad”, analizó.

Debido al conflicto, los trabajadores fueron citados por funcionarios en el Ministerio de Trabajo que aseguraron que “no iba a haber despidos”, pero aún esperan una respuesta “concreta”.

“Solamente nos dijeron que nadie iba a quedar en la calle, pero nada más. Queremos una solución que nos respalde realmente”, explicó Gómez.

MBE-AFD
AUNO-08-10-13

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