Por Karen Costas y Sofía Di Risolini
María Luján Barrios, de 24 años, desapareció el 4 de diciembre de 2021. La investigación atravesó por varias etapas: detenciones por falso testimonios, liberaciones, objetos encontrados y cambios de fiscal. Ahora, la causa está bajo la supervisión de Pablo Ruíz, quien ordenó retomar los rastrillajes en Esteban Echeverría, partido en el que residía la joven.
Los rastrillajes se realizarán con perros, caballos y drones para tratar de encontrar nuevas pistas que den con el paradero de Barrios. Mientras tanto, la fiscalía está a la espera de los resultados de los peritajes llevadas a cabo hace tres meses en la Reserva Natural Laguna de Rocha, en cercanías a El Jagüel.
En diálogo con AUNO, la madre de “Marilú”, como la llaman cariñosamente sus allegados, María Roldán se expresó impaciente: “Necesito encontrar a mi hija”.
“Necesito respuestas, saber qué pasó. (Marilú) no puede desaparecer de un día para el otro”, reafirmó Roldán, quien encabezó el pasado viernes una movilización desde su casa hasta la estación de trenes de El Jagüel para reclamar por la aparición con vida de la joven y que la investigación avance.
LA INVESTIGACIÓN
Los primeros sospechosos de la desaparición de la mujer fueron dos hombres de nacionalidad colombiana que residían en Luis Guillón, localidad de Esteban Echeverría.
Ambos habían organizado una fiesta a la que asistió María Luján y en su momento afirmaron que la joven había dejado por voluntad propia la vivienda a las 1:30 de la madrugada del 4 de diciembre, un día después del último contacto con su familia.
Sin embargo, las cámaras de seguridad instaladas afuera de la casa de los sospechosos revelaron que la joven salió del inmueble en una moto con uno de los propietarios en dirección a la estación de trenes de El Jagüel, cerca de las 4:00 de la mañana.
A raíz de esto, los investigadores ordenaron la detención de los hombres por falso testimonio, pero fueron liberados al poco tiempo por falta de pruebas.
A fines de diciembre de 2021 policías hallaron el DNI de María Luján en un basural cercano al Monte Grande Rugby Club. Por ende, se ordenó rastrillar la zona, pero no se encontraron nuevas pistas.
Por aquel entonces, la causa estaba a cargo del fiscal general de Lomas de Zamora, Sebastián Scalera. Para la familia, el representante del Ministerio Público “no avanzaba” con la investigación, por lo que Roldán organizó una marcha a La Plata y logró la remoción del mismo.
Tras la salida de Scalera, el fiscal Pablo Ruíz tomó su lugar. En marzo de este año se encontró el celular de la joven, había sido reiniciado de fábrica y los investigadores en primera instancia no encontraron información sobre Marilú en el dispositivo móvil.
Pero tras la tarea de un perito tecnológico, la policía logró recuperar información del celular: encontraron los últimos mensajes que María Luján habría enviado a una amiga.
El contenido de los mensajes señalaba que ella se iba a trabajar a Pilar y le pedía prestado dinero, algo que la familia considera improbable. Además, detectaron que desde esa misma terminal se había realizado una transferencia bancaria dos días después de la desaparición de la joven a nombre de Osvaldo Becerra, conocido como el “remisero” y que permanece detenido desde abril.
EL REMISERO
A raíz de detectar la transferencia bancaria, Becerra fue citado a declarar y afirmó haber sido “el remisero” que llevó a María Luján desde la casa de la madre, ubicada en El Jagüel, hasta la fiesta en Luis Guillón.
También confesó que tenía una “relación cercana” con la joven porque solía llevarla a diferentes lugares. Por lo tanto, la policía allanó la casa del detenido ubicada en el barrio La Morita, en El Jagüel.
Se presume que el sospechoso habría tenido en su poder el celular de María Lujan durante el periodo en el que se realizó la transferencia bancaria y se enviaron los últimos mensajes registrados en Whatsapp.
La madre de María Luján le contó a este medio que dos testigos se “comunicaron” con ella para informarle que escucharon “gritos de mujer” que provenían de la casa de Becerra en la madrugada del 4 de diciembre, pero el fiscal aún no les tomó declaración pese a la insistencia de la familia de la joven desaparecida.
Hasta el momento, el remisero es el único sospechoso y detenido con prisión preventiva por la desaparición de María Luján Barrios.
La madre de la joven sostiene que la causa “va bastante bien”. Aunque “todavía no hubo muchos avances, pero está en investigación”, sostuvo y reafirmó que “teniendo cuatro hijos ella no se va a ir por su cuenta y sin dejar rastro por ningún lado”.
La familia confía en el fiscal y apuesta a que en poco tiempo habrá novedades sobre el caso.
QUIÉN ERA MARÍA LUJÁN BARRIOS
María Luján Barrios, de 24 años, salió de la casa de su madre en dirección a una fiesta en Luis Guillón el 3 de diciembre de 2021. Esa fue la última vez que la vieron y que su familia habló con ella.
Al momento de su desaparición, la joven echeverriana vivía con sus cuatro hijos en una casa que alquilaba en Luis Guillón, hoy tres de ellos viven con la familia materna y uno se encuentra con la abuela paterna.
“Era una chica independiente y no tenía mala relación conmigo. No conozco a sus amistades, pero era una excelente persona, muy amable, cariñosa y no era mezquina”, recordó con la voz quebrada.
La joven trabajaba en un comedor comunitario y luchaba contra su adicción a las drogas, por este hecho los investigadores barajan una de las hipótesis que relaciona su desaparición con el narcomenudeo.
El caso también maneja otras hipótesis como la trata de personas o un posible ajuste de cuentas. La última vez que su familia la vio, la joven vestía pantalón negro, campera y zapatillas del mismo color.
Marilú mide 1,50 de altura, tiene tez trigueña, cabello negro, contextura delgada y en su brazo derecho tiene un tatuaje con las iniciales A, E y S y la palabra “Chino”.
En julio de este año, el Ministerio de Seguridad bonaerense lanzó una recompensa de 4 millones de pesos para quienes aporten datos certeros que permitan dar con el paradero de la joven.
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AUNO-08-12-2022