Hace más de 30 años habitantes de Lanús están luchando por la reubicación de dos fábricas de refinería de grasa que, según denuncian, contaminan el ambiente y atentan contra la salud de los vecinos y vecinas de la zona: Hebos y Mapar. Al problema que representan estas dos fábricas, a mediados de este año se sumó la posibilidad de la instalación de una más, perteneciente a Refinería del Centro S.A y los vecinos buscan impedir que esto suceda.
Este domingo 3 de octubre, de 13 a 17, realizarán un festival en la Plaza 20 de Junio, ubicada entre Madero y Manuel Ocampo, del barrio Campomar, para denunciar esta problemática y exigir repuestas. Habrá murgas, bandas musicales, buffet con opción vegana, y feria de emprendedores.
Desde la Asamblea de Vecinos de Lanús por el Medio Ambiente denuncian que estas empresas que se dedican a la cocina de grasa para su posterior elaboración en productos finales, generan “olor nauseabundo”, arrojan desechos y cubren de grasa las casas e inmediaciones aledañas. Los barrios más afectados son Campomar, Villa Pampa, Villa Ilaz, Villa Jardín, Barrio Obrero y Valentín Alsina.
En diálogo con AUNO, Ana Serrizuela, miembro de la asamblea de vecinos, aseguró que, si bien hay lugares que son más afectados que otros porque están cerca de las fábricas, la contaminación que generan “afecta a toda la región”, ya que sus desechos “son tirados de forma clandestina al Riachuelo y a distintos arroyos entubados”, y por ende “tienen un impacto ambiental muy grande que, en menor o mayor medida, afecta a toda la Cuenca Matanza-Riachuelo”.
Con respecto a la posibilidad de que se instale una nueva fábrica de grasa en la localidad, Serrizuela advirtió: “La nueva grasera es mucho más grande que las dos que ya están funcionando, por lo que el problema que estamos sufriendo hace tantos años, se va a profundizar. Esto lo saben todos y no se hacen cargo”.
Por su parte, Maximiliano Pérez, miembro de la asamblea de vecinos, afirmó que las consecuencias en la salud que generan estas fábricas van desde problemas respiratorios hasta un malestar general “por el olor que afecta el día a día, porque esto pasa todos los días”. “También hay personas a las que le ha generado problemas en la piel y varias complicaciones”, señaló.
Además, sostuvo: “Los días de lluvia es muy difícil caminar, porque hay lugares donde la grasa empieza a salir de los bocacalles o de la tierra de los lugares que están cerca de la planta. Lo que muchas veces hace que el agua propia de la lluvia no desagote y las calles se llenan de agua”.
En ese sentido, Pérez aseveró que “constantemente” están haciendo denuncias a el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) y a la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR), pero que “no hacen nada”, y señaló: “La semana pasada ACUMAR clausuró una de las fábricas y, aún con el fajo de clausurado, ni bien se fueron, siguió trabajando. Ya hicimos varias denuncias de esto y nadie controla nada. En lo que tiene que ver con materia ambiental esto es tierra de nadie”.
“Lo que los vecinos pedimos es vivir en un ambiente sano, y para eso entendemos que estas fábricas no pueden estar trabajando en barrios. Tienen que estar en un parque industrial, lejos de las plazas y escuelas. Y una vez que se relocalicen, tanto Acumar, como OPDS y el municipio tienen que controlar que no afecten el ambiente. Cosa que hoy está pasando y tanto el gobierno de la provincia como el gobierno municipal lo saben, por eso exigimos que se hagan cargo”, concluyó.
AUNO-1-10-21
NR-SAM