En el marco del aniversario del natalicio del escritor Julio Cortázar, un grupo de gestión cultural vecinal inauguró un circuito turístico, a cielo abierto, por las calles de Banfield, ciudad donde el cuentista y novelista pasó su infancia.
El paseo Camino Cortázar es una propuesta de docentes, artistas y estudiantes de turismo que invita a recorrer los murales y esculturas que representan las obras más conocidas del escritor por medio de una visita autónoma, guiada o eventos especiales con diferentes actividades artísticas y gastronómicas.
Los murales, realizados por los artistas banfilenses Jorge Gionco y Fernando Izaguirre hace 15 años, van a ser reacondicionados como parte del recorrido turístico de Cortázar, tras la obtención de una Beca Creación en el rubro Patrimonio Histórico del Fondo Nacional de Artes.
El proyecto, a cargo de Ezequiel Morante, Julián Riveros y Ailén Torres junto al colectivo literario El Clandestino, es un homenaje a Cortázar que desde hace siete años marca el recorrido barrial con las escuelas locales. En palabras de los organizadores, el proyecto forja una unión multidisciplinaria “para acercar a los vecinos la vida del escritor y su vínculo con la historia de Banfield”.
Entre las obras distribuidas en las calles banfilenses se destacan el mural de la novela clásica “Rayuela” (1963), la representación del cuento “Axolotl” (1956) y el símbolo parisino del mural de las plumas de pavo real que une la torre de la Iglesia Sagrada Familia sobre la Maipú.
En la estación de trenes de Banfield se encuentra “El santito” y en la puerta tradicional del Country Club de Banfield está la representación del cuento “Casa Tomada” (1946). También hay dos murales inspirados en “Historias de Cronopios y de Famas” y “Continuidad de los parques” sobre Levalle; y “El beso” en Maipú.
Julio Florencio nació en Bruselas el 26 de agosto de 1914, pero la ciudad con la que mantuvo una fuerte historia y en la que vivió desde los 4 a los 17 años, lo recuerda en sus murales y esculturas año tras año.
El escritor creció en Banfield, ese “paraíso” y “pueblo suburbano” según el propio autor señaló en una de sus cartas desde el exterior respecto de su influencia y relación en sus obras.
“Asma, brazos rotos, primeros amores desesperados” quedaron como recuerdo de una infancia un tanto trágica y en la que el propio Cortázar relató en una carta enviada desde París en 1963.
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