Cuál es el impacto del Programa AcompañAR

Fue lanzado hace diez meses para “fortalecer la independencia económica” de víctimas de violencia de género. Referentas de organizaciones del sur del conurbano bonaerense analizan sus alcances.

Foto: Télam.

A casi 10 meses de la puesta en marcha del Programa AcompañAR, organizaciones feministas del sur del conurbano consideran que no aporta “soluciones estructurales” y cuestionan los requisitos con los que deben cumplir las mujeres y personas LGBTI+ víctimas de violencia de género que necesitan la asistencia. Referentas del Frente Popular Darío Santillán (FPDS) de Lanús; de Aconcagua, de Lomas de Zamora; y del Refugio Uguet Mondaca, de Burzaco, puntualizan quiénes quedan excluidas de esta política pública en la práctica.

Qué es el Programa AcompañAR

El Programa de Apoyo y Acompañamiento a Personas en situación de Riesgo por Violencia por Motivos de Género fue anunciado en septiembre de 2020 en el marco del Plan Nacional de Acción contra las Violencias por Motivos de Género 2020-2022. Apunta a “fortalecer la independencia económica de mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género”, como indica la página web del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.

Las personas que logran acceder al programa cobran una cuota mensual equivalente a un salario mínimo vital y móvil durante seis meses consecutivos y son atendidas por especialistas municipales que les brindan atención integral para trabajar sobre dependencias o daños emocionales o físicos. Esta asistencia psicosocial puede extenderse más allá de los seis meses que dura el Programa.

Para acceder a ambas instancias, las mujeres y personas LGBTI+ víctimas de violencia de género deben acercarse a la Unidad de Acompañamiento de su municipio. Allí les realizan una entrevista de la que resulta un informe social que es enviado a la Anses y al Ministerio para corroborar los datos sobre sus ingresos y confirmar la aceptación en el programa, respectivamente.

Soluciones temporales, requisitos excluyentes

En diálogo con AUNO, la referenta del FPDS de Lanús, Tamara Kallsen, sostuvo: “Está bien, sirve, pero no es una política que resuelva estructuralmente la situación. Hay que apuntar a lo habitacional y a poder generar ingresos sostenidos en el tiempo que no sean incompatibles con los ingresos que ya tienen las compañeras como si fuesen grandes ganancias”.

Las incompatibilidades para ingresar en el Programa AcompañAR son: trabajar en relación de dependencia registrada; ser monotributista (excepto el monotributo social); cobrar un subsidio o prestación públicos con fines de empleo y/o capacitación otorgada por el Estado nacional; o cobrar jubilaciones, pensiones, retiros o la prestación por desempleo.

Las mujeres que quieren ingresar al Programa suelen ser madres de entre 20 y 30 años, sin casa propia, cuyos ingresos están compuestos por lo que cobran por el Potenciar Trabajo, el Salario Social Complementario, el Ellas Hacen o el Argentina Trabaja. En el caso de Lanús, varias trabajan en la Cooperativa que conformó el FPDS. Muchas víctimas no son aceptadas dentro del AcompañAR por contar con esos planes sociales. 

“El año pasado tuvimos una reunión con el Ministerio de las Mujeres y nos dijeron que iba a salir una medida que fuese compatible con la Cooperativa y con el Potenciar Trabajo, porque entendíamos todos y todas que con 10 mil pesos no se puede salir. Al final no tuvieron en cuenta eso”, explicó Kallsen. AUNO consultó a la cartera acerca de esta posibilidad y no obtuvo respuesta.

Sandra Porchia, responsable del refugio Uguet Mondaca, de Burzaco, para víctimas de violencia de género destacó que algunas de las mujeres que se encuentran allí no pudieron inscribirse en el programa por estar recibiendo otros subsidios laborales. Además, coincidió con Kallsen respecto a las posibilidades de uso del apoyo económico.

“Le sirve a una persona que por ahí ya está cobrando otra cosa, ninguna mujer puede vivir con esa ayuda por mes, menos por seis meses. Pero sí sirve como un refuerzo o como una inversión para juntar la plata e invertirla en algo que ellas sepan producir. Está claro que con esa plata no pueden salir, alquilar y comer, pero todo suma”, sostuvo Porchia.

La situación en Lanús

En el partido de Lanús no hay Unidad de Acompañamiento. La Coordinación de Género y Diversidad Sexual no realizó un convenio con el Ministerio de Mujeres para realizar las inscripciones. Cuando las víctimas recurren a ella por el Programa AcompañAR les toman los datos por si en algún momento se habilita la posibilidad de ingresar. La inscripción se realiza por municipio y las personas de Lanús no pueden anotarse en Unidades de Acompañamiento de otros partidos, aún cuando donde viven no hay ninguna.

“El problema es que no hay una buena articulación con esa Coordinación porque tienen otra perspectiva de lo que es la violencia”, criticó Kallsen. Y añadió: “Tienen su propia de idea de lo que es estar en riesgo de vida. Muchas veces no abarca las situaciones de todas nuestras compañeras”.

¿Qué pasa con las mujeres en situación de calle, víctimas de violencia, en Lomas de Zamora?

Las miembras de Aconcagua, agrupación local de militancia política y social, ofrecen la inscripción al Programa AcompañAR a las mujeres en situación de calle o en riesgo de estarlo y víctimas de violencia de género cuando se las cruzan en recorridas nocturnas para acercarles comida y conocer sus situaciones particulares.

Antonella Careri, la referenta del Frente de Mujeres, Género y Diversidad de la agrupación, enumeró las dificultades de asistir a esta población: “No tener contacto directo con la mujer a través del teléfono porque no tienen celular, no poder encontrarlas porque no están en un lugar fijo, encontrarlas y que justo -nos pasó con una situación- estén con su agresor y no poder llevárnoslas de ese lugar y acompañarlas en la inscripción. También entran en juego algunas cuestiones de salud mental”.

Ante estas dificultades, otras opciones para las mujeres en situación de calle maltratadas por sus parejas son recurrir a los operativos municipales de inscripción o al Hogar Integral Fátima Cátan, en el que también se realizan inscripciones. Además, allí les brindan alojamiento y la atención correspondiente que necesita una mujer en situación de violencia de género hasta que sea capaz de retomar su vida sin riesgos. La institución se encuentra en Recondo 1374, en Villa Fiorito.

Desde Aconcagua, acercar las herramientas que brinda el Estado es una de las tareas que llevan a cabo sus militantes. “A veces es difícil poder acompañarlas a un espacio que brinde atención psicológica, pero son las cosas que tenemos en cuenta a la hora de trabajar con mujeres en situación de calle”, consideró Careri.

Según la organización Economía Femini(s)ta, los grupos de menores ingresos se encuentran feminizados ya que las personas en situación de pobreza o de indigencia que recibieron subsidios durante el tercer trimestre de 2020 eran mujeres en un 75 por ciento. Sin los subsidios no laborales como el Ingreso Familiar de Emergencia y la Asignación Universal por Hijo, la tasa de indigencia (quienes no tienen los ingresos suficientes como para cubrir la Canasta Básica de Alimentos) se hubiera elevado del 10,6 por ciento al 18,7 por ciento en 2020.

AUNO-13-07-2021
MLH-MDY

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