(AUNO*).- Entre los aspectos que han cambiado en la vida cotidiana de los argentinos, según lo expuesto por la socióloga, se encuentra el incremento de las uniones de parejas de hecho, aquellas que no pasan por el Registro Civil ni por la Iglesia, ya que “ahora lo que predomina es empezar la unión con cohabitación, sin casamiento”. Además, determinó que “en cuanto a la ceremonia religiosa, hace mucho que se dejó de lado, lo que significa que, aun cuando se casan legalmente, rara vez pasan por la iglesia o la sinagoga”.
“Al no casarse hay más compromiso, ya que tampoco existen tantos trámites ni trabas legales para separarse”, destacó la investigadora social, aunque aclaró que entre los principales factores que llevan a tomar esta decisión se encuentran, entre otros, “un aumento de la desconfianza en las instituciones, y que ven al matrimonio como una institución impuesta por el estado, por lo que eligen no ser objeto de ellas”.”.
Al respecto, comentó que “más del cinco por ciento” de las parejas jóvenes empieza con una cohabitación de prueba, tras lo cual pueden llegar formalizar su unión con todos los requisitos legales que pide el sistema y destacó que en la actualidad hay otros componentes que coadyuvan a este tipo de convivencia al reconocerse los derechos de los hijos ante la ley, sean matrimoniales o extramatrimoniales.”.
Con esta modificación legislativa, que fue aprobada hace algunos años por el Congreso de la Nación, los hijos de estas parejas pueden heredar, llevar el apellido del padre, y tener obra social, mientras que en los establecimientos escolares tampoco se registran diferencias, según datos que demuestran que el 55 por ciento de los menores que concurren a las escuelas “son hijos extramatrimoniales”.”.
Como factor negativo de esta nueva sociedad, si bien se beneficio a los hijos se perjudicó al concubino, que no tiene los mismos derechos que los matrimonios, ya que “pueden incorporar a su pareja como miembro de una obra social pero los derechos hereditarios no se equiparan”.
Asimismo, Torrado manifestó que en las últimas décadas no solo se fue modificando la forma de comenzar la unión conyugal sino también se produjo un proceso general, cultural, que en sociología se llama proceso de “individuación” que hace que la realización personal tenga más peso que en el pasado.”.
Entre estas modificaciones, una de las que mayor incidencia ha tenido en el arco social, es el rol de la mujer, la que actualmente es “protagonista activa y ve en el casamiento una elección y no la forma de realizar su vida fuera de la casa paterna”, e incluso una “minoría poco significativa”, decidió formar una familia “sin la presencia del hombre”.
Ante este nuevo esquema, Torrado auguró que si bien hay cambios en las formas y en el funcionamiento de una pareja “la familia no tiende a desaparecer”.
Por otra parte, la crisis económica hizo que la precariedad laboral y social, en muchos casos, produjera una serie de cambios en los roles familiares, que según la investigadora, “son letales para una familia” y comentó que la familia es “menos tradicional en las clases medias”, aunque reconoció que el cambio se produjo “antes” de la crisis económica argentina.”.
(*Agencia Universitaria de Noticias y Opinión)
Universidad Nacional de Lomas de Zamora”.
AUNO 06-12-02 CAS