(AUNO-TERCER SECTOR*) La pobreza constituye una zona de riesgo mucho más allá de lo económico. Muestra también que la falta de recursos se observa en la imposibilidad de acceder a la información y esto se traduce en que un 65% de adolescentes pertenecientes a sectores pobres no conoce ningún método anticonceptivo.
“La situación de la adolescencia frente a la crisis de 2001 puso en evidencia su vulnerabilidad”, fue como Mabel Bianco, presidenta de la Fundación de Estudios e Investigación para la Mujer (FEIM), abrió la presentación del libro ´Adolescencia en Argentina: sexualidad y pobreza´, un trabajo que traza un paralelo entre los indicadores de pobreza y sexualidad que existen en el país a partir de la recopilación de estadísticas y material periodístico que contó con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas.
“El libro sirve de herramienta de trabajo para periodistas y políticos, ya que muestra una radiografía de la situación que los jóvenes viven hoy en nuestro país. No hay muchos periodistas que traten esos temas y no es fácil encontrar esa información”, comenzaba Luciana Peker, periodista y una de las autoras del informe junto a Cecilia Correa, coordinadora de la Red Nacional de Adolescentes por la Salud Sexual y Reproductiva, que explicó: “Buscamos generar una posibilidad de influenciar a los comunicadores sobre estos temas de una manera atractiva”.
Los datos que recoge el informe son preocupantes: junto a la pérdida de los proyectos de vida de los jóvenes, la maternidad y paternidad adolescente se incrementó en un 14,2% entre 1980 y 2000. Con ese aumento también surgen cifras alarmantes: entre 1995 y 2000 crecieron un 46% las hospitalizaciones por complicaciones de aborto. “Nunca en el país hubo una cifra tan alta” señala el estudio.
La influencia de la pobreza en la vida cotidiana y sexual de los adolescentes es la variable que, según el libro, se torna decisiva cuando se habla de cifras. “La mayor cantidad de madres adolescentes provienen de las provincias más pobres: en Chaco, el 25% de las madres tienen menos de 20 años, mientras que en Misiones, Salta y Santiago del Estero, el 16% de las jóvenes tuvo su primer embarazo antes de los 15 años”, destaca el texto.
En otro capítulo, el informe destaca la relación entre educación y sexualidad. “En 2000, el 60% de las adolescentes que fueron madres no terminaron la escuela primaria, mientras que entre los varones de 20 y 29 años con algún nivel de educación superior, se registra un índice de paternidad de sólo el 5 por ciento”, agrega el estudio.
La charla contó con la presencia de María Elena Naddeo, presidenta del Consejo por los Derechos del Niño, Niñas y Adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires; Graciela Rosso, secretaria de Programas Sanitarios del Ministerio de Salud de la Nación; Mariana Carbajal, periodista de Página/12 y la doctora Eugenia Trumper, responsable del Programa de Salud Sexual y Procreación de la Ciudad de Buenos Aires.
A su vez, el equipo que elaboró el informe ‘Adolescencia en Argentina: sexualidad y pobreza’, presentó un manual de capacitación para adolescentes donde se explica cómo hablar de prevención de embarazos no planeados y del SIDA desde una perspectiva de género, con la intención de llegar eficazmente a otros adolescentes que ellos mismos capacitarán. “La información entre pares permite más llegada a los chicos porque se genera más confianza entre ellos”, explicó Mabel Bianco al referirse al manual ´Sexualidad y salud en la adolescencia (Herramientas teóricas y prácticas para ejercer nuestros derechos)’.
El material será distribuido a través de la Red Nacional de Adolescentes por la Salud Sexual y Reproductiva, entre 17 grupos de jóvenes de distintas Ong´s que una vez capacitados transmitirán sus conocimientos en los colegios y en otros espacios de la comunidad. “En estas exposiciones se invitan a jóvenes que no pertenecen a las escuelas –explicó Bianco-, ya que hoy hay muchos chicos que no van a la escuela y nosotros queremos llegar a la mayor cantidad de adolescentes posibles”.
Para acceder a las publicaciones, los interesados pueden comunicarse con la Fundación de Estudios e Investigaciones para la Mujer, teléfono 4372-2763 o dirigirse a Paraná 135, piso 3º, departamento ‘13’.
- Agencia Universitaria de Noticias y Opinión
Revista Tercer Sector