(AUNO-TERCER SECTOR*) Actualmente, la mayoría de los bancos que operan en el país no contemplan la financiación de pequeños emprendimientos empresariales que bien podrían generar apreciados puestos laborales. No obstante, un proyecto de ley, que cuenta con media sanción en el Congreso, pretende reparar esta situación al impulsar la creación de Cajas de Crédito Cooperativas, entidades que, con modestos préstamos, permitirían incrementar de forma sensible la actividad económica.
El 28 de noviembre del año pasado, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad el proyecto que plantea la modificación de la carta orgánica del Banco Central con el propósito de permitir el funcionamiento de las Cajas Crédito Cooperativas. Estas entidades financieras deberán, siempre que la iniciativa prospere en el Senado, operar en una casa única y con sus asociados, quienes tendrán la obligación de aportar un capital mínimo de 200 pesos.
El autor del proyecto, Héctor Polino, explicó a AUNO-Tercer Sector que “el reestablecimiento de estas Cajas de Crédito es una reparación que el movimiento cooperativo argentino anhela desde que se dictó la ley 21.526 de entidades financieras de la última dictadura militar, y que aún permanece vigente. Por aquellos, años se elevó el monto de las operaciones y estas instituciones, que cumplían una finalidad social, se vieron obligadas a fusionarse para convertirse en bancos”.
Durante los años noventa, los bancos cooperativos comenzaron a transferir sus fondos de comercio a sociedades comerciales. De esta forma, iniciaron un lento proceso de liquidación del cual sólo pudo sobrevivir el Credicoop, que es, hoy en día, la segunda institución bancaria de capital nacional que opera en el país.
De acuerdo con el proyecto del diputado socialista las cajas de crédito deberán cumplir una finalidad social y alejarse de “toda práctica abusiva”. Por eso, una de sus características es la que les impone distribuir entre los socios los excedentes en forma proporcional.
“Esta es una de las diferencias que tendrán respecto de los bancos comerciales –aclaró Polino-. Además, los asociados conocerán a sus autoridades, que les informarán sobre las operaciones realizadas. ¿Cuántos clientes de entidades financieras saben que tipo de personas componen su directorio y quiénes son sus accionistas?”, señaló el legislador.
Por otra parte, el proyecto hace referencia explícita a la prohibición de transferir fondos a otras entidades que realicen actividades lucrativas, con el fin de dejar explícita su naturaleza social.
Para Polino, la sanción de la ley será un aporte a la reactivación productiva del país. “Si una caja manejada por los vecinos de un barrio o pueblo consigue que el crédito se vuelva accesible para el pequeño empresario, el agricultor, comerciante o asalariado, el país podrá crear trabajo e iniciar un beneficioso proceso de transformación económica, ya que los recursos se canalizarían productivamente y se recobraría la confianza en el sistema financiero, tan dañada tras la debacle de 2001”.
La iniciativa fue aprobada también por la Comisión de Presupuesto del Senado de la Nación, y es muy probable que se trasforme en ley durante el actual período de sesiones ordinarias, es decir antes de fin de año.
“Estoy seguro que antes de 2004 tendremos en el país más de mil cajas de crédito funcionando. El movimiento cooperativo espera la concreción de este proyecto con muchas ganas porque es una oportunidad de emprender una acción transformadora de la sociedad. Sabemos que el lobby de los grandes bancos intentará boicotear la sanción de esta norma, pero este es un proceso inexorable”, remarcó con optimismo.
* Agencia Universitaria de Noticias y Opinión
Revista Tercer Sector