(AUNO-TERCER SECTOR*) Desde de diciembre de 2001 hasta la actualidad, las asambleas populares de la Capital han definido diversos ámbitos de acción social y vinculación política. En este contexto, vecinos del barrio de San Telmo, reunidos en uno de estos espacios de participación, decidieron crear cooperativas de viviendas, con la intención de aportar soluciones propias frente al déficit habitacional que posee la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Se trata de diez cooperativas formadas en el seno de la Asamblea Popular del barrio de San Telmo, integradas por 500 familias porteñas que pretenden acceder a una vivienda digna mediante un proceso legal que combina la ayuda oficial y la autogestión comunitaria.
En marzo de 2002, ante los desalojos que afectaron a varios integrantes de este agrupamiento, surgió la necesidad de fundar la primera cooperativa, denominada “#732;20 de diciembre”#8482;, que gestionó un crédito ante la Comisión Municipal de la Vivienda y mediante el cual sus integrantes adquirieron la propiedad colectiva de un edificio en el barrio de La Boca, donde hoy se alojan once familias.
Entusiasmados por este primer éxito, vecinos de San Telmo y de algunos barrios aledaños que viven en hoteles de tránsito y casas ocupadas, se acercaron a la Asamblea en busca de asesoramiento y con el ánimo de concretar emprendimientos similares. De esta forma se inició un proceso que permitió el surgimiento de las restantes cooperativas.
María José García, presidente de “#732;20 de diciembre”#8482;, señaló a AUNO-Tercer Sector que “ante la necesidad de una casa y la amenaza de un desalojo, un grupo de vecinos sentimos que no podíamos esperar que desde el Gobierno de la Ciudad nos resuelvan el problema. Nos enteramos que la ley 341 contemplaba el otorgamiento de créditos para la construcción de viviendas populares y decidimos organizarnos para gestionarlo, y eso le dio impulso a quienes tenían problemas similares”.
Según explicó García, el primer paso para formar una cooperativa de viviendas es “consignar la formación del emprendimiento en el Instituto Nacional de la Economía Social y luego se gestiona el crédito ante la CMV”. Una vez que el organismo verifica la existencia de la asociación concede un préstamo de 42 mil pesos por familia. Así se inicia la adquisición comunitaria de un terreno o un edificio donde sus propietarios construyen o refaccionan de acuerdo a sus necesidades con el asesoramiento de la Comisión.
No obstante, el proceso de formación de una cooperativa no está libre de tensiones. García contó que “Muchas veces, se arma la cooperativa y hay gente que desaparece y vuelve cuando sale el crédito. La cuestión no es así. Por eso les pedimos a todos que no se borren y que se comprometan. Sino, tenés que pedir que otro resuelva las cosas por vos. No hay que esperar que todo venga desde arriba”.
Además de esta cooperativa, otras iniciativas similares surgieron en el ámbito de la asamblea de San Telmo y marchan exitosamente de acuerdo a las expectativas de su miembros. Una de ellas, consiguió la posesión legal de un inmueble en el barrio de Flores, donde viven en la actualidad 25 familias, mientras que las restantes continúan en el proceso de compra de terrenos.
Actualmente, 9 mil personas viven en hoteles de tránsito en la Ciudad de Buenos Aires porque no tienen posibilidades de adquirir un hogar digno. Pero desde el 31 de julio de 2002, la capacidad de estas viviendas provisorias está colmada y las familias sin techo no pueden acceder a ellas.
Rubén Sabolard, directivo de la Asamblea de San Telmo, afirmó que “este es uno de los barrios más pobres de la ciudad de Buenos Aires. Se produce un contraste muy fuerte entre el turismo extranjero, y los conventillos y casas tomadas. El problema del déficit habitacional es muy visible aquí. Creemos que con iniciativas como estas podemos hacer grandes aportes para solucionar la cuestión”.
Las cooperativas de viviendas que funcionan en torno a la Asamblea de San Telmo no son las únicas, ya que sólo en Capital existen más de 70 emprendimientos similares. Experiencias de este tipo se aplicaron de forma exitosa en Brasil, Uruguay y Cuba.
Para García, formar la cooperativa fue una salvación. “En marzo del año pasado estaba desesperada “#8220;recordó-. Me llegó una orden de desalojo y con una hija de ocho años y mi madre tuvimos miedo de terminar viviendo debajo de algún puente. Por suerte, militaba en la asamblea y allí, con otros compañeros decidimos fundar una cooperativa para hacernos de un hogar donde estar las tres. Las cosas no son fáciles, pero le digo a la gente que baje los brazos y que se junten. Es la única que nos queda”, remató.
—————
Cómo comunicarse:
Asamblea Barrial de San Telmo: Teléfono: 4307-8599.
—————