(AUNO-Tercer Sector*) Debido a las constantes denuncias por el perjuicio que produce en la población, el Polo Petroquímico de Dock Sud se convirtió en un polo de tensión vecinal. Periódicamente, cientos de personas se manifiestan en contra de las empresas que arrojan sus residuos tóxicos y dan origen a afecciones respiratorias, neurológicas, hematológicas y otras enfermedades que ya causaron serias lesiones y hasta muertes. Durante dos años, las protestas abarcaron desde petitorios hasta radios abiertas y festivales; pero su frecuencia y falta de respuestas, están haciendo que los vecinos afectados piensen seriamente en hacerse oír con una marcha hacia la Plaza de Mayo para que aumenten los controles sobre las empresas y que éstas se muden a otra región.
En la zona trabajan tres mil personas, pero son 120 mil las que están directamente afectadas. Viven en el partido bonaerense de Avellaneda, y los barrios porteños de La Boca y Barracas. Pero, según afirman, el perjuicio llega a 3 millones de vecinos de las localidades que surcan el Riachuelo, donde “sin control”, unas 50 empresas arrojan sustancias sumamente tóxicas: tolueno, xileno y benceno son las que más abundan. La contaminación llega al aire, agua, suelo y subsuelo. Y las bases de datos estatales confirman esta situación.
“Mucha gente presenta cuadros de tipo agudo, náuseas, cefaleas y trastornos gástricos, neurológicos, alteraciones en piel y sangre. Cuando esto es crónico, aumenta el riesgo de muerte por intoxicación”, explicó a AUNO-Tercer Sector Jorge Selser, médico del hospital Argerich y titular del comedor infantil Alicia Moreau de Justo, una de las más de 30 ONGs que se organizaron en el reclamo, bajo el lema “En defensa de la vida”.
El área industrial denominada Polo Petroquímico tiene una superficie de 40 kilómetros cuadrados. Está demarcado por el Riachuelo, el Arroyo Sarandí, el Río de la Plata y la Avenida Roca. La mayoría de las compañías están ligadas al tratamiento del petróleo. También hay fábricas de pintura y curtiembres que desechan elementos contaminantes de alta peligrosidad. A esto se le suman los gases tóxicos que expiden unas 80 líneas colectivos y los 5.550 vehículos diarios que transitan por la autopista y las principales arterias. Y como si fuera poco, se agrega la actividad portuaria que anualmente mueve unos 2.700 buques.
Para ejemplificar la peligrosidad de la zona, sólo basta un dato: si ocurriera un accidente grave y las empresas se encadenaran en una explosión, se “mataría toda forma de vida en un radio de 60 kilómetros”, alerta Selser.
El nombre de un asentamiento de la zona resume el riesgo: Villa Inflamable. Allí, en 2001, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) realizó un estudio epidemiológico que detectó la existencia de 15 tipos de gases presuntamente cancerígenos. Y reveló la existencia de altos niveles de plomo y gases peligrosos en la sangre y la orina de mitad de la población. La investigación se extendió a otros barrios aledaños, y los resultados fueron lamentablemente similares.
Según el médico del Argerich, “la solución es mudar a las empresas, que fueron mudadas de países de origen por no cumplir con el tratamiento de residuos tóxicos aéreos, y que fueron traídas aquí por funcionarios corruptos”. La propuesta de las ong”#8482;s “#8220;entre ellas Ateneo Popular de La Boca, Museo de la Boca y Asociación de Vecinos de La Boca- es que las compañías trabajen en el sur del país. “Pero no se trata de que vayan a contaminar a otra parte, sino que se vayan y se las obligue a hacer los controles que en el Polo Petroquímico no hicieron nunca”, aclaró.
Los argumentos sobre el drama que significa vivir en el Polo Petroquímico ya fueron expuestos a secretarios de Salud, legisladores porteños, nacionales e incluso a la Defensoría del Pueblo. “La única propuesta oficial que recibimos es la urbanización de las villas “#8220;explica Selser-. Pero lo que hay que hacer es erradicarlas generando mejores condiciones para sus habitantes, porque si no sería urbanizar la indignidad”.
Las organizaciones ambientalistas realizaron campañas informativas y la concientización sobre el problema, pero las respuestas no llegan. Por eso, prevén una multitudinaria marcha a la Plaza de Mayo junto a los vecinos “para que el presidente de la Nación vea que existimos”. La voluntad es firme y sólo resta ponerle fecha. “Recorrimos todas las vías, y el resultado siempre fue negativo”, explicó Selser. “Reconocemos que es muy duro tratar con empresas petroleras tan grandes, pero también es dura la condición en que viven las personas.”, concluyó.
—————
Cómo comunicarse:
Departamento de Prensa: Teléfono, 15-5176-5404. E-mail: prensa@psa.org.ar
—————