La guerra que puso fin al desarrollo industrial de Paraguay

Ese evento bélico lo llevó a cabo Argentina, Brasil y Uruguay, entre 1865 y 1870. La decisiones básicas quedaron en manos del segundo de los países. Se cumple siglo y medio de ese hecho impopular. Murieron 50 mil soldados argentinos. En simultáneo, se libró la última batalla entre unitarios y federales. El Día del Niño paraguayo.

Horacio Raúl Campos

Lomas de Zamora, agosto 18 (AUNO) – Un siglo y medio se cumple de la infame guerra contra el Paraguay llevada a cabo entre la Argentina, Uruguay y Brasil, al término de la cual aquella república quedó destruida material e espiritualmente hasta hoy.

El Día del Niño en Paraguay se celebra el 16 de agosto, en homenaje a los miles de niños masacrados en la tristemente famosa batalla de Acosta Ñu, que se libró aquel día de 1869.

Entre los motivos básicos de la destrucción de Paraguay figuran el desarrollo industrial independiente de esa república, su oposición al librecambismo y la defensa de los productos nacionales impulsados por el Estado, que constituían un duro obstáculo al expansionismo colonialista de Gran Bretaña.

Paraguay, cuando le declararon la guerra, (fruto de los gobiernos de Carlos Antonio López y después de su hijo, Francisco Solano López), contaba con astilleros, hornos de fundición, fábricas de tintas y papel; plantas de azufre y funcionaban ferrocarriles y líneas telegráficas. Un país en pleno desarrollo e industrializado.

Alberdi escribe que “si es verdad que la civilización de este siglo tiene por emblemas las líneas de navegación a vapor, telégrafos, fundiciones de metales, astilleros, arsenales, ferrocarriles, etc., los nuevos misioneros de civilización salidos de Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, San Juan, etc., no sólo no tienen en su hogar esas piezas de civilización para llevar a Paraguay, sino que irían a conocerlas de vista por primera vez en su vida en el país salvaje (subrayado de JBA) de su cruzada civilizadora”.

En Argentina

Con respecto de la Argentina, la guerra contra el Paraguay fue también uno de los tres eventos (junto a la derrota de las Montoneras federales y la “conquista del desierto”) que terminaron de configurar el país agroexportador o chacra de Londres que en esencia conocimos en el siglo XX y la centuria actual, con sus avances, retrocesos y restauraciones.

En simultáneo a la guerra contra Paraguay, y a raíz de su impopularidad y también por la sombría dictadura mitrista, se levantan Montoneras federales en San Juan, San Luis, La Rioja y Catamarca.

Mitre manda a invadir a La Rioja a través de sus coroneles uruguayos. El escritor riojano Ricardo Mercado Luna escribió en 1974 un documentado libro: Los coroneles de Mitre, donde narra las tropelías e incendios en La Rioja cometidos por la soldadesca mitrista en ese evento, que tuvieron como epicentro los Llanos riojanos, en la zona Sur de la provincia.

Última batalla

Mientras se destruía el Paraguay, en La Rioja se libró la última batalla entre unitarios y federales, el 10 de abril de 1867. En la ocasión, el ejército al mando de Felipe Varela (que se opuso a esa guerra) fue derrotado por uno a cero sobre la hora por las tropas invasora del mitrismo o poder anglo porteño.

“La guerra entre la Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay, entre 1865 y 1870, respondió más a los intereses británicos y de acabar con un modelo autónomo de desarrollo como el paraguayo, que podía devenir en un mal ejemplo (destacado de FP), para el resto de América Latina, que a los objetivos de unificación nacional y defensa del territorio proclamados por sus promotores”, escribe Felipe Pigna.

Ese mismo historiador destaca que la guerra “le costó al país más de 500 millones de pesos y 50.000 muertos. Sin embargo, benefició a comerciantes y ganaderos porteños y entrerrianos cercanos al poder, que hicieron grandes negocios abasteciendo a las tropas aliadas”.

Todos los historiadores e investigadores serios coinciden en que el regreso de las tropas generó en 1871 una gravísima epidemia de fiebre amarilla y que por ese motivo las familias ricas del sur de Buenos Aires tuvieron que emigrar al Norte de la ciudad.

Las amplias casas que dejaron vacías, muy pronto, se convirtieron en conventillos en los que vivían hacinados los inmigrantes pobres llegados de España e Italia, entre otros países europeos. Un dato que después llevó a la gran huelga de inquilinos de 1907.

La guerra contra el Paraguay se dejó de estudiar en los niveles secundarios y universitarios de la Argentina desde hace muchos años, salvo excepciones.

Grandes y jóvenes desconocen las imprescindibles obras de, entre otros, José María Rosa, La guerra del Paraguay y las Montoneras argentinas; de Fermín Chávez, Alberdi y el mitrismo; Alberdi, El crimen de la guerra; David Peña, Los mitristas y la guerra de la triple alianza; y Milcíades Peña, La era de Mitre. De caseros a la guerra de la Triple Infamia.

Los actores visibles de esa contienda fueron Gran Bretaña, la banca brasileña, el poder anglo porteño, los colorados uruguayos y Urquiza ya totalmente pasado al bando y proveedor de logística para desguazar el Paraguay moderno.

La peor derrota del Paraguay (y de las demás repúblicas de la Patria Grande), no fue militar, siquiera económica. Fue y es la la falsificación de la historia; es decir cultural, que es la más nociva porque es sutil, casi imperceptible.  Es la «colonización pedagógica» de la que habla Arturo Jauretche.

Bibliografía

León Pomer, La guerra del Paraguay, Buenos Aires, Leviatán, 2008.

Felipe Pigna, La guerra de la triple alianza, disponible en enero de 2017 en: www.elhistoriador.com.ar

Milcíades Peña, La era de Mitre. De Caseros a la Triple Infamia, Buenos Aires, Fichas, 1972.

AUNO 18-08-17
HRC

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