Desde el retorno al sistema democrático en 1983, la temática de los derechos humanos ha ocupado un amplio espacio de debate en la Argentina. Pero no siempre el campo de lo discursivo se extiende sobre la realidad cotidiana, algo que quedó de manifiesto, por ejemplo, cuando la inseguridad dictaminó una separación entre los derechos de quienes cometieron delitos y quienes no. De allí la relevancia de intentar traducir en algo concreto lo que corre peligro de convertirse sólo en una expresión: los derechos humanos.
El espectro de las organizaciones que participan del proyecto de Defensorías Populares es amplio. Entre quienes participan se cuentan el Mocase de La Banda, en Santiago del Estero; la Red por los Derechos del Niño; la Asociación de Productores del Noroeste de Córdoba (APENOC); la Unión Sin Tierra (UST) de Mendoza; los MTDs Javier Barrionuevo y Lanús; el Movimiento de Unidad Popular (MUP); Comuneros Libres; El Centro Social y Cultural Flores Sur; Raíces; el Centro de Estudios Políticos para el Socialismo (CEPPAS) y las asambleas vecinales de Angel Gallardo y Corrientes; Flores Sur; Caballito y Gastón Rivas de la Ciudad de Buenos Aires.
Varias de las organizaciones impulsoras de esta iniciativa coincidieron en un escrache frente a la Casa de Santiago del Estero, cuando en marzo de 2003 fuerzas parapoliciales intentaron desalojar a una comunidad del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) en la localidad de Los Juries. En el hecho fue herido un campesino. Allí comenzó a rodar la idea de las Defensorías, para hacer frente desde una política preventiva a las violaciones de derechos humanos.
Según explica a AUNO Carlos González, miembro del Mocase, el proyecto de las Defensorías, que son autónomas entre sí, tiene una dinámica de funcionamiento. “Nos reunimos los martes a las 19 en un local de La Mutual Sentimiento, de la cual soy miembro”, en Federico Lacroze 4181 de la ciudad de Buenos Aires. “Lo que estamos haciendo, o lo que estamos tratando de fortalecer, son los espacios de derechos humanos en los barrios. En la Esteban Echeverría hemos trabajado desde el inicio con esta experiencia y estamos tratando de consolidarla”.
También lo realizan en otras localidades del conurbano como González Catán y José C. Paz. En rigor, se trata de una capacitación de la que participan promotores barriales entrenados. “Para armar los talleres tenemos un formato, una guía básica sobre temas jurídicos, donde los conocimientos los socializamos. Esos talleres se enriquecen con la particularidad de cada lugar”, explica González.
“En el distrito de Esteban Echeverría hay mucha represión policial, entonces el tema se enriquece sobre la base de esas demandas. En cambio, en José C Paz pasa más por cuestiones ambientales. Entonces los promotores “#8220;varios de ellos son integrantes de movimientos de desocupados o activistas vecinales- se forman teniendo en cuenta esos requerimientos”.
Por otra parte, González destaca que “no hay un número fijo de Defensorías, porque, de hecho, es un espacio abierto, por el cual han pasado más de treinta organizaciones de base”.
La iniciativa cuenta con el apoyo de abogados de Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de la Matanza, la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) y psicólogos de la Universidad de Morón. Uno de los puntos en los que tienen previsto avanzar durante este año las Defensorías de la Ciudad de Buenos Aires es llevar los talleres sobre derechos humanos al colegio que funciona en la Cooperativa Patricios.
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Cómo contactarse:
Mocase: 4523-9282.
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Agencia Universitaria de Noticias
*Revista Tercer Sector