El 10 de diciembre de 1980, cuando el terror de la dictadura silenciaba voces de a miles, el arquitecto y escultor Adolfo Pérez Esquivel recibía el Premio Nobel de la Paz por su defensa en favor de los derechos humanos iniciada en los “#8482;60. Al cumplirse un nuevo aniversario, el próximo sábado a las 18 se realizará en el Hotel Bauen Recuperado por sus trabajadores, una jornada de reflexión que servirá para renovar el compromiso por una sociedad más justa.
Adolfo Pérez Esquivel comenzó su labor humanitaria trabajando con organizaciones populares vinculadas con el movimiento pacifista cristiano de Latinoamérica. En 1973 fundó el periódico “#732;Paz y Justicia”#8482; y desde ese momento se convirtió en la voz de los sectores pacifistas de toda la región. Entre 1976 y 1979 fue perseguido en varias oportunidades, encarcelado y detenido ilegalmente en 1977 en los cuarteles de la Policía Federal, donde fue torturado y liberado recién 14 meses más tarde.
Desde el Servicio de Paz y Justicia que él fundó se dedicó a denunciar las violaciones a los derechos humanos mediante una campaña internacional que logró que todo el mundo conociera los casos de terrorismo de Estado producidos durante la dictadura militar.
Al lado de los privados de derechos Pérez Esquivel protagoniza cada uno de los actos en defensa de los derechos humanos, económicos y sociales de los más débiles.