Lomas de Zamora, septiembre 20 (AUNO).- El tercer sábado del mes se convirtió, para los tangueros de zona sur, en sinónimo de El Puntazo, la milonga del espacio Patio Mío. En esta edición de septiembre la noche fue de buena a excelente y los motivos fueron varios: lugar remodelado y colmado de gente, clima de verano y la presentación del cantor Walter “Chino” Laborde.
Que la pista estuviese llena de bailarines a las 22 ya fue un indicio de éxito. No porque en otras ocasiones no fuera concurrida, sino porque en otros sábados varios llegan pasada esa hora. Mientras de fondo sonaba Carlos di Sarli seguía llegando gente. “Hay muchos que vinieron a ver al Chino, que no bailan”, se asombraban los que frecuentemente asisten a la casa de tango.
Así como el público iba en aumento, el calor también. Sobre todo cuando empezó la tanda de milonga, con “Qué tiempo aquel”, de Francisco Lomuto. Se podía ver la transpiración en la frente de los hombres, de camisa. Pero eso no impidió que las parejas se abrazaran bien apretadas cuando la pista no tenía ni un hueco disponible. El ambiente era el mejor y todavía no había llegado el cantor. Hubo asistencia perfecta, porque a la medianoche se contaban cerca de 100 personas y faltaban muchas, que llegaron después.
En cada edición del Puntazo se presenta alguna orquesta o músico invitado, algo que no ocurre, lamentablemente, en todos los recintos tangueros. Entre los que tocaron alguna vez en Patio Mío se encuentran Los Herederos del Compás, La Juan D’Arienzo, Orquesta Típica Misteriosa Buenos Aires, Mal Llevado y El Cuarteto Mulenga, por nombrar algunos. Como el público sabe que va a disfrutar y danzar al compás de conjuntos de primer nivel, no puede faltar a esta cita mensual.
Diego Braconi y Silene Marín son el matrimonio anfitrión del Patio ubicado en Hipólito Yrigoyen 6926, en Banfield. Son los impulsores de este proyecto que tiene cuatro años y cumple cinco en marzo del año que viene. Sile —como la conocen todos— prepara la comida casera, cobra la entrada o sirve las mesas. Pero casi siempre cuenta con alguna ayudante, lo que le permite en algún momento salir a bailar un tango, sobre todo si es de D´Arienzo.
Braconi también es multifunción. Hace muy poco remodeló todo el lugar, desde la pista de madera nueva y la pintura de las paredes, hasta la decoración con un toque antiguo (con cuadros de viejas glorias y un piano de larga data). Además, armó el mini escenario donde brillan los músicos. Un detalle no menor: es un gran bandoneonista, que formó parte de los Herederos del Compás, y en alguna que otra ocasión se presentó en su Patio con el conjunto Mal Llevado.
Uno de los momentos más apretados de la pista fue cuando se escuchó un tema de Miguel Caló: los asistentes se levantaron casi sin dudar, porque el “Vals soñador” así lo dicta. Entre miradas, señas con las manos y cabezas que asentaron, los bailarines se invitaron a “soñar, siguiendo el compás” como dice la letra.
En las casi 20 parejas que improvisaban había personas de todas las edades. Por momentos, el poco espacio generó algunos pisotones y patadas, sin mala intención, con disculpas o alguna mirada cómplice. Más aún en las variaciones, el final del tango, que tiene una velocidad mayor.
Cerca de la 1.30, Braconi presentó a Laborde para que cantara a dúo con el bandoneonista Sebastián Zasali. El público salió a colmar la pista otra vez luego de dos temas y de que el cantor los invitara a bailar con su voz. Empezó su show con un tema de Carlos Gardel. No pudo haber sido mejor.
Es uno de los mayores exponentes del género en la actualidad. Fue cantor de la Fernández Fierro y formó parte de la Orquesta Típica Sans Souci, en la que recreó el estilo de los vocalistas de Miguel Caló. Además, fue conductor de un programa de tango en la Televisión Pública y actuó en la película Luna de Avellaneda.
El Chino es multifacético y si bien consiguió un estilo de “tango del siglo XXI” con la Fernández Fierro, ahora suele presentarse con los temas más tradicionales. Aquellos que más les gustan a los milongueros como “Desencuentro”, de Aníbal Troilo, o “Pasional”, de Osvaldo Pugliese. También cantó uno de sus temas más conocidos: “Sin palabras”. Algunos cantaban, otros filmaban con el celular. “’Alma de Loca’ se lo dedico a mi mujer”, cerró Laborde.
Oriundo de Sarandí, le contó al público que actualmente es un “vecino de Lomas”, porque allí vive con su pareja y tiene familiares en Llavallol y Temperley. De hecho, una vez que terminó su show, se sentó con su pareja y sus amigos como si fuera un espectador más en el Patio de Banfield.
Sazali, por su parte, es un bandoneonista de Avellaneda. “Una joven promesa que ya no es tan joven”, lo definió Laborde entre las risas del público. Juntos llevaron su repertorio con sólo una mirada o diciéndose dos palabras; con tanto talento podían improvisar sin ningún problema. Quedó graficado cuando ejecutaron un tema que propuso un espectador.
Había otro bandoneonista en la pista. Era Nicolás Tognola, un sub 30 de Adrogué, que improvisaba unos pasos, porque esta vez no fue parte del show, sino uno de los bailarines. “Vine a disfrutar un poco”, contó. Él es otra joven promesa del sur y toca su fuelle en la reconocida orquesta La Juan D´Arienzo.
Ni bien terminó el concierto de Laborde, con un tango de Laurenz y Contursi, la mitad del público se fue y la pista se vació. Algo lógico: eran casi las 3 y había la misma cantidad de gente que cuando empezó. Sin dudas, la actuación del Chino tuvo una fuerza de gravedad que no dejaba ir a nadie.
AUNO-20-09-2017
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Foto: gentileza Comunidad Imagen.