El caso ocurrió hace dos semanas: un matrimonio denunció ante varios medios de comunicación que médicos del hospital Santamarina, de Monte Grande, cambiaron su bebé luego del parto. Las autoridades del centro de salud rechazan las acusaciones e impulsaron un estudio de ADN para verificar si existió un cambio o no, y cuyos resultados estarán en un mes. Los padres, sin embargo, insisten en que tuvieron un varón y que luego les dijeron que fue una nena.
El drama comenzó el 24 de octubre, cuando Patricia Oliva se internó para que le practicaran una cesárea. Luego, según su esposo, Daniel Vidal, tres profesionales habrían dicho a su mujer que tuvo un varón, pero posteriormente le mostraron una nena en la sala de Neonatología.
Las autoridades del hospital aseguran haber realizado “los procedimientos legales correspondientes” y niegan la denuncia. No obstante, a pedido del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, Patricia Oliva y la beba se sometieron el viernes a un examen de ADN, cuyos resultados se conocerán dentro de treinta o cuarenta días.
QUÉ DICE LA FAMILIA VIDAL
Daniel Vidal está convencido de que su hijo es un varón. Según relató a AUNO, tres profesionales dijeron a su mujer que había tenido un bebé de sexo masculino. “Yo lo tuve en brazos y era un nene. Luego lo trasladaron a la sala de Neonatología, y cuando mi esposa lo cambió descubrió que era una nena”, aseguró.
Una de las hipótesis que esbozó es que se trató de una “confusión de nombres”. Según él, había una familia de apellido similar esperando un bebé varón aquél día. Existe la posibilidad de “otra historia” que, supone, podría ser que “por razones desconocidas trasladaron a un bebé de Neonatología a otro hospital y murió en el camino. Quiero creer que no es mi hijo”, expresó.
“El Santamarina quiere tapar todo”, acusó Vidal al ser consultado por la respuesta que le brindaron las autoridades ante su denuncia. Asimismo, aseguró no haber tenido contacto con ninguna de ellas, aunque fue recibido por el secretario de Salud de Esteban Echeverría, Sergio Salduto, quien lo “tranquilizó”.
QUÉ DICEN LAS AUTORIDADES DEL POLICLÍNICO
Las autoridades del hospital se quejaron por haberse enterado del caso a través de los medios de comunicación y aseguraron que Vidal “no se acercó a la Dirección del centro de salud para exponer su sospecha”.
En diálogo con esta agencia, el subsecretario ejecutivo del Santamarina, Carlos Giuliani, negó que se haya producido un cambio de bebés y atribuyó la sospecha de la familia a “una confusión” de parte de ella.
Uno de los argumentos en los que se apoyó para negar el hecho es que “no hubo otros nacimientos” a las 8:50, cuando nació el bebé de Oliva y de Vidal. “Esa mañana hubo dos nacimientos de varones, pero uno se produjo a las 6 y el otro pasadas las 10”, aseguró.
Por otro lado, Giuliani sostuvo que “haría falta una asociación ilícita para que se produzca un acontecimiento de estas características. En los partos intervienen diez personas”.
La Asesoría Legal del hospital es la encargada de revisar el cumplimiento de la ley de identificación de los recién nacidos, que exige la entrega de pulseras idénticas a madre e hijo y la extracción de huellas dactilares de ambos. Y según la subdirectora de Apoyo Jurídico del hospital, Sandra Amadeo, allí, “la ley se cumplió”.
La investigación del área legal del centro sanitario asegura haber incluido la revisión de los registros de enfermería y de quirófano, la verificación de historias clínicas de madre e hijo y entrevistas con la obstetra: “No se manifestó problemática en ningún caso”, aseguró Amadeo.
EL ADN, FIN DE LAS DUDAS
La última instancia capaz de determinar si hubo o no cambio de bebés es el ADN que se realizó el viernes 31 de octubre en el Departamento de Huellas Genéticas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), con el propósito de “tranquilizar a la madre y limpiar el nombre de la institución”, recalcó Amadeo.
Respecto del análisis genético, Vidal se manifestó “sorprendido” porque dice no haber sido convocado y adelantó que llevará el caso a la Justicia —independientemente de los resultados del examen— por “maltrato e ineficiencia del personal médico”. Según él, las enfermeras “se burlan” de su mujer “por obesa o porque no quiere ver a la nena”. Oliva, quien fue atendida en una sala común del centro sanitario asistida por un equipo de psiquiatras; “está muy mal”, explicó su esposo.
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AUNO-05-11-08
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