En Argentina, el 10 de diciembre es una fecha doblemente especial, ya que, desde 1949, se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos. Además, conmemora un nuevo aniversario de la apertura democrática, que tuvo lugar en 1983 con la asunción del presidente Raúl Alfonsín, marcando el fin de la dictadura cívico-militar y económica que se había instaurado en el poder en 1976.
AUNO conversó con distintas voces comprometidas en la preservación de la memoria histórica y la defensa de los derechos humanos. Ellas son: Valentina Banylis, docente e integrante de la agrupación H.I.J.O.S. Presidente Perón; Teresa Laborde Calvo, hija de Adriana Calvo, la primera sobreviviente en declarar en el Juicio a las Juntas de 1985; Liliana Depetris, integrante del Colectivo de Educación por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Monte Grande, y Patricia Fleitas, miembro de Comisión de Archivo de la Mesa de Trabajo del ex Pozo de Banfield.
“En solitario no se puede”
Valentina es profesora de Literatura, reside en Guernica, partido de Presidente Perón, donde participa activamente de H.I.J.O.S., agrupación fundada en 1995 en respuesta a la necesidad de justicia y esclarecimiento sobre los crímenes cometidos durante la última dictadura, durante una etapa consolidada del menemismo. Tiene 54 años y su padre, Carlos Banylis, delegado de Transporte del Oeste (TDO) y militante comunista, fue asesinado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) en 1975.
En Presidente Perón no existía “filial” de H.I.J.O.S., pero Valentina, que ya venía militando desde el ámbito de la educación, la fundó, junto a una mesa de memoria local. “Acá estaba muy silenciado todo, como que no había pasado nada, pero de a poquito y con mucha militancia se está logrando que la gente lo acepte. En solitario no se puede. Siempre hay que formar una red y apoyarse mucho en los compañeros”, reflexionó.
Valentina Banylis -derecha- junto a la militante y periodista Lucía García Itzigsohn en la 3° Feria Municipal del Libro de Presidente Perón.
A partir de ese momento, considera que empezó a militar su causa en particular y eso pudo combinarlo con su labor como docente: “Es un trabajo lento porque es un trabajo de hormiga, pero es lo que hay que hacer”, explicó sobre las conversaciones que surgen dentro del aula sobre su vida y los hechos que ocurrieron en dictadura.
“Fui madurando, como lo hizo la sociedad argentina: pasamos de no creer que se iba a hacer justicia, a creer que todo iba a seguir y pasar sin pena ni gloria, para después entender que si no me involucraba y no generaba conciencia, no había nada. Fue un aprendizaje, darme cuenta de que tenía que construirlo, tener paciencia y tolerancia con lo que pensaban los demás”, planteó.
En relación con el nuevo aniversario de la apertura democrática, la integrante de H.I.J.O.S. Presidente Perón señaló que “el balance es positivo”, pero consideró: “Nos falta un montón, nos falta terminar los juicios, se están muriendo los genocidas que no han sido juzgados, muchos civiles se han muerto sin ser juzgados, aunque la historia los va a condenar, seguro”, reflexionó Valentina.
Asimismo, consideró que “Argentina es pionera en las leyes que tienen que ver con derechos humanos”, al tiempo que destacó que las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo lograron cosas “terriblemente importantes y son ejemplos en el mundo”.
En tanto, sobre la época que comenzará el 10 de diciembre, aseguró que desde la mesa de Enlace de Presidente Perón van a salir “a protestar en cada una de las acciones” que consideren que van en contra de sus derechos. “Después, continuaremos con nuestra tarea militante: el ir a la escuela, dar un testimonio, pintar pañuelos…”, adelantó y, parafraseando al Papa Francisco, cerró: “Tenemos que seguir molestando, hay que hacer lío”.
“La derecha nunca se fue, se reorganizó en el poder”
Por otra parte, Teresa Laborde Calvo, hija de Adriana Calvo, la primera sobreviviente en declarar en el Juicio a las Juntas de 1985, proceso legal sobre el que se basó la película “Argentina 1985”, estrenada en 2022 y protagonizada por Ricardo Darín en la piel del del Julio César Strassera, se mostró más crítica respecto de los logros o avances que se produjeron durante estos 40 años de democracia
Durante la última dictadura, Adriana estuvo detenida de forma ilegal en ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio conocido como “Pozo de Banfield”, un edificio de tres pisos ubicado en la intersección de las calles Siciliano y Vernet. Luego de dar a luz a Teresa, a la que parió en el asiento de un patrullero, maniatada y con los ojos vendados, mientras la llevaban de la Comisaría Quinta de La Plata al Pozo de Banfield, Adriana fue sometida allí a atrocidades en sus primeros días como mamá.
A diferencia de Valentina, Teresa planteó: “Lo que veo es que la negación, el ocultamiento y la complicidad de los medios que hubo en ese momento surtió efecto, sirvió: la derecha nunca se fue; se reorganizó en el poder y en diferentes lugares, como el económico, el político y el poder mediático”.
“El Juicio a las Juntas se televisó de atrás, sin sonido: nadie escuchaba la historia a mi mamá, nadie le daba el micrófono para que cuente cómo me tuvo, para que cuente la cantidad de compañeras que dejó desaparecidas en cautiverio; nadie la quería escuchar. Ella iba a las escuelas secundarias a dar testimonio como una estrategia de llegar a la gente porque los medios estaban como ahora, completamente cooptados”, señaló.
“¿Se hizo justicia en ese juicio? ¿De verdad se hizo justicia? Esos jueces que estaban haciendo el paripé de juzgar eran los mismos que obviaban los habeas corpus, que obviaban todo reclamo de las madres que buscaban a sus hijos, que les cerraban la puerta en la cara a mi mamá y a los sobrevivientes”.
“No digo que no haya tenido valor simbólico, pero en la realidad reorganizaron el poder”, consideró la hija de Adriana sobre el proceso legal que condenó a solo cinco genocidas: Videla, Massera, Viola, Lambruschini y Agosti.
Al analizar la coyuntura en el que se da el cuadragésimo aniversario de la recuperación democrática, Teresa, “la que nació presa” -como la llamaban los detenidos con los que compartió cautiverio su madre- aseguró que el haber creído “que se había hecho justicia” estableció una realidad en la que los sectores del poder “se queden manipulado de otra manera”.
“La dictadura dejó el ‘no te metas’ como raya en la cabeza, nos quiso hacer creer que si el otro es el problema, lo mejor que podes hacer es mirar para otro lado”, planteó.
No obstante, Teresa señaló que estas cuatro décadas de democracia dejan como legado la enseñanza de que “si nos organizamos, nos metemos, nos involucramos, se logran cosas”, y mencionó como prueba de ello las diversas conquistas en materia de género y diversidad, como la Ley de Matrimonio Igualitario y la de Interrupción Legal del Embarazo.
“Pensar qué se hizo mal, lo que fue insuficiente”
AUNO también conversó con Liliana Depetris, integrante del Colectivo de Educación por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Monte Grande, quien reflexionó sobre el trabajo realizado en el programa Jóvenes y Memoria. “Evidentemente no fue pedagógicamente acertada la política del trabajo que hicieron las aulas sobre derechos humanos, tal vez se acotó mucho acerca de lo sucedido durante la dictadura y tendríamos que haberlo ampliado por otro lado”, consideró.
“Para mantener viva la memoria, hicimos las instalaciones de las baldosas de la memoria de Esteban Echeverría y tenemos señalizado todos los sitios de memoria del partido Esteban Echeverría, articulamos también con los familiares, damos charlas en las escuelas y acompañamos en los recorridos de sitio de memoria oficiando de guías”, enumeró Depetris el trabajo realizado a lo largo de este último tiempo.
Consultada sobre cuáles serán los desafíos cuando asuma el nuevo gobierno, la integrante del Colectivo de Educación se sinceró: “Primero es pensar qué se hizo mal, lo que fue insuficiente. La democracia no cumplió, no estuvo a la altura de los requerimientos sociales, con 45% de pobreza, tal vez habría que haber levantado otras banderas”.
Integrantes Colectivo docente por la Memoria, la Verdad y la Justicia (Instagram/@colectivoeducacion).
“Vamos a redoblar el esfuerzo y a seguir trabajando”
Quien también reflexionó sobre el trabajo realizado a lo largo de los años fue Patricia Fleitas, integrante de la Comisión de Archivo de la mesa de trabajo del ex Centro Clandestino “Pozo de Banfield”.
Fleitas tiene 58 años y es profesora de historia, hace años milita en el ex Pozo, de la mano de familiares, ex detenidos y organizaciones políticas que buscan “hacer una permanencia” y visibilizar su reclamo por la apertura del ex Pozo. Así se conformaron la mesa de trabajo, que funcionó durante alrededor de 9 años por fuera del edificio, hasta que sus integrantes lograron entrar.
Integrantes de la mesa de trabajo del ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio “Pozo de Banfield”.
“Empezamos a habitar el Pozo y hoy seguimos en diferentes comisiones de trabajo y permaneciendo como colectivo, haciendo diferentes actividades”, contó Patricia, quien reveló que desde la Comisión de Archivo están “sistematizando la información”, realizando entrevistas, videos, además de organizar el Programa Jóvenes y Memoria.
“Ante estos discursos negacionistas, tenemos compañeros que pueden decir personalmente lo que sucedió adentro, tenemos las historias, tenemos documentada la gente que pasó, y aparte tenés el edificio. No pse puede negar que en ese lugar hubo un centro clandestino de detención”.
Sobre el 40° aniversario de la democracia, indicó que “significa mucho”, porque todo lo que se logró es la “síntesis de la lucha por los derechos humanos”. “Y vamos a redoblar el esfuerzo, vamos a seguir trabajando como siempre, con más fuerza, vamos a rearmarnos para esta nueva sociedad”, cerró.
MC-MEM
9-12-2023