Lomas de Zamora, noviembre 24 (AUNO).- El servicio de Trasplante Hepático del Hospital Garrahan llegó a la operación número 700, cuando Olivia Sánchez, de ocho meses, recibió una parte del hígado de su padre, porque sufría de atresia de vías biliares, una enfermedad fulminante cuya única opción de cura es el trasplante.
Iván Sánchez, papá de Olivia, ingresó al quirófano del Hospital Argerich, donde un equipo conformado por cirujanos y profesionales realizó la ablación del segmento lateral izquierdo de su hígado, mientras que en el Garrahan, los cirujanos esperaban la llegada del otro equipo para llevar adelante el trasplante que le salvaría la vida a la beba.
El jefe del servicio de Trasplante Hepático, Oscar Imventarza, aseguró sentirse “orgulloso” porque no solo es la estadística más grande de Argentina, “sino que en pediatría es una de las más importantes que hay en el mundo”, explicó el especialista, quien estuvo a cargo de las dos operaciones.
La intervención duró 18 horas, y participaron más de 50 personas, y se convirtió en el trasplante número 700 de la institución pediátrica.
El caso de la beba llegó al Garrahan el 4 de agosto, cuando sus padres la llevaron por un dolor en el codo y finalmente, tras una serie de estudios, los profesionales descubrieron que tenía una obstrucción de los conductos que transportan el líquido llamado bilis desde el hígado hasta la vesícula biliar, que puede llevar a daño hepático y cirrosis, siendo la primer causa de trasplante hepático en el mundo.
Los médicos explicaron que había dos posibilidades: un donante cadavérico o un donante vivo, y en el caso de Olivia el donante fue su padre, porque comparte el mismo tipo y factor de sangre.
El papá de Olivia, expresó que está “muy agradecido al hospital, la atención siempre fue bárbara, los médicos, los enfermeros, los cirujanos, todo”, y agregó que está dispuesto a “ayudarla en su salud, en su educación, en lo que pueda”, mientras espera el alta la próxima semana para volver a su casa de Avellaneda.
AUNO-24-11-15-OQ-CAS
