Con el objetivo de homenajear y rememorar a los militantes que fueron secuestrados, fusilados y dinamitados el 21 de marzo de 1975 por un grupo parapolicial de la Triple A en un baldío en Temperley, se realizaró el sábado pasado una caminata en el Cementerio de Lomas de Zamora como cada año desde 1976.
El encuentro fue en la puerta del ingreso al predio desde las 11 y estuvo a cargo de Hugo Sandoval, ex concejal lomense que está al frente de la Comisión de Permanente Homenaje a sus compañeros de banca Héctor Lencina, entonces presidente del bloque de la Juventud Peronista (JP); Cesar Dolinsky, fallecido hace tres años, y al resto de los que fueron secuestrados esa noche: Héctor Flores, Aníbal Benítez, Germán Gómez, Eduardo y Alfredo Díaz, Omar Caferatta y su esposa Gladys Martínez y Rubén Bagnina.
Sandoval comentó a AUNO que esta caminata se convoca mediante un “boca en boca” para homenajear a quienes fueron asesinados en uno de los episodios más oscuros del Conurbano y a los 30 mil desaparecidos que “se fueron todos bajo una misma causa, trabajando con compromiso para ganar un proyecto de país para todos, sin pedirle nada a nadie”.
Bajo la consigna “No se olviden” de la masacre, Sandoval recordó entre lágrimas y con orgullo a sus compañeros, a 34 años del operativo del 21 de marzo que buscó “limpiar” a miembros del ala izquierda del peronismo aglutinados en la JP, un hecho que fue la antesala de lo que se iría vivir durante los años de plomo entre 1976 y 1983.
En cuanto a lo ocurrido aquella noche, Sandoval reconoció que “nunca” hubo una investigación sobre Pasco porque, a pesar de que hubo algunos intentos en el ámbito nacional, “jamás” se supo quiénes fueron los “secuaces” de Lomas de Zamora que entregaron a los militantes que fueron secuestrados. Es por este motivo que puso en duda que la Justicia tuviera las herramientas necesarias para develar los autores de la masacre.
“Como en esa época, había muchos riesgos que hoy siguen latentes”, sentenció el ex concejal, y citó como ejemplo el caso de Jorge Julio López, que continúa desaparecido luego de haber sido uno de los principales testigos en el juicio contra represor y ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz.
Sin embargo, el hijo de Héctor Lencina, Alejandro, se mostró optimista en una eventual investigación de los hechos porque entendió que “se abre un nuevo capítulo y se va a empezar a trabajar” a partir de la decisión que tomó en marzo del año pasado la Cámara Federal al declarar como “delitos de lesa humanidad” a los crímenes cometidos por la Triple A.
No obstante, pese a la difusión oficial de una política afín a los derechos humanos que busque develar la verdad de los años de las botas, demandó que “no se caiga en el facilísimo de sostener que es una cuestión policial, sino que se destaque el contexto político y económico en que ocurrieron los hechos”.
CP-NL-AFD
AUNO-20-03-09
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