La aplicación de células madre para el tratamiento de pacientes con diabetes tipo 2, actualmente en etapa experimental, puede convertirse en no mucho tiempo en una terapia de uso corriente para combatir esa enfermedad. Un equipo de médicos que lleva a cabo la experiencia en una clínica de la localidad de Martínez, provincia de Buenos Aires, obtuvo resultados exitosos en el 70 por ciento de los pacientes sometidos a este tratamiento.
La experiencia se desarrolla mediante el implante de células madre autólogas, es decir, del mismo paciente, en el páncreas de la persona afectada, de manera de mejorar su producción de insulina.
Las células madre provienen de la médula ósea y son trasladadas a través del cuerpo por el torrente sanguíneo. Se trata de material celular indiferenciado capaz de convertirse en células cardíacas, neurológicas o musculares, de acuerdo con la necesidad del organismo. Cuando existe una falla en algún órgano –tal el caso del páncreas en los diabéticos— las células que naturalmente llegan a través de la sangre no son suficientes como para subsanar la falla. Por eso, mediante la aplicación terapéutica de este material biológico, se pretende reparar lo que el organismo ya no puede hacer por sí solo.
Si bien la experiencia no es monitoreada por el Ministerio de Salud, se basa en “en protocolos del exterior y cuenta con el asesoramiento continuo de empresas de Holanda, Alemania e intercambio científico con los mayores centros de transplantología y estudio de células madre en Estados Unidos”, explicó a AUNO el médico Esteban Estrada, responsable de Stem Cells Argentina.
El método, agrega el especialista, es aplicable a “cualquier paciente con diabetes tipo 2, mayores de 18 años”. Hasta ahora, el centro ha tratado a 32 pacientes que llevaban una evolución de la enfermedad de entre 5 y 30 años. “En el 70 por ciento de los casos se logró la remisión de enfermedad; con seguimientos estandarizados a nivel internacional, y en el 30 por ciento restante se encuentra en el período de regeneración celular, a pesar de lo cual se se ha logrado bajar a menos del 25 por ciento de las medicaciones recibidas hasta antes del implante”, informa el centro médico.
El tratamiento comienza con una punción en la cresta ilíaca para extraer –con la aplicación de anestesia local— entre 700 y 1000 centímetros cúbicos de material. De allí se obtienen entre 10 y 15 millones de células madre. Luego, ese material se implanta en el mismo paciente, mediante un cateterismo a través de la arteria femoral, hasta el órgano a tratar, donde se deposita el contenido celular obtenido.
La aplicación de células madre que pertenecen a la misma persona implantada –y no provenientes de un cordón umbilical o de un donante— permite eludir posibles rechazos orgánicos o eventuales contagios de enfermedades.
“Este tratamiento tiene la finalidad de que a través de la siembra selectiva de células madre en el órgano enfermo, para reparar la estructura dañada del mismo, a través de un primer fenómeno llamado angiogénesis y posteriormente mediante la diferenciación celular se produciría la reparación del órgano enfermo”, explican los responsables de Stem Cells.
El mismo tipo de tratamiento se lleva a cabo en pacientes con problemas neurológicos y en casos con artrosis, en los cuales también se lograron progresos notables.
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