Desde un vendedor de garrafas con su tractor hasta un acto escolar en un patio de una escuela primaria. Esas son algunas de las imágenes que expone Leonardo Marino sobre esa convivencia entre el campo y la ciudad que caracteriza al conurbano. La muestra Suburbios cercanos podrá visitarse durante este mes en el hall de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ).
“Uno lee las imágenes con la mochila de vida que lleva”, explicó el artista sobre su proyecto que hace un recorrido por los lugares que frecuentaba cuando era chico. Cada persona podrá interpretar las fotos, subrayó el fotográfo, según “su historia de vida, el lugar donde pertenece y la cultura que tiene”.
En las imágenes también hay otras postales que pueden reconocerse como cotidianas: una señora sentada en su casa, un vendedor ambulante de muebles y espejos, y un parrilla con un mural que recrea el gol de Diego Armando Maradona en el Mundial de México de 1986.
Marino contó a AUNO que decidió capturar los lugares del conurbano que recorría con su papá, quien trabajaba como camionero. “Me interesa mucho el tercer cordón y cómo la ciudad se empieza a mezclar con el campo. Ese límite no está muy claro, porque son espacios que se transforman todo el tiempo, se van ocupando y crecen desproporcionadamente sin control”, describió.
Suburbios cercanos había sido presentada en el Auditorio de la Biblioteca de la UNLZ hace dos años y ahora también fue seleccionada para integrar el libro Fronteras, que edita el Grupo de Estudios sobre Fronteras y Regiones (GEFRE) con imágenes de toda América Latina.
Contar historias desde el territorio, el camino que siguió Marino para crear su muestra «Suburbios cercanos«
El artista nació en Monte Grande y vive en la actualidad en Tristán Suárez. Al empezar sus estudios de diseño gráfico en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), sintió la necesidad de tener imágenes para sus trabajos.
Utilizó primero un escáner, porque «tardaba mucho tiempo en armar las ideas con recortes de revistas», rememoró. Pero después compró una cámara y desde ese momento, se enamoró de su profesión.
Marino brinda talleres de fotografías en los que le enseña a sus alumnos y alumnas la importancia de tener su propio camino «para no parecerse a los demás fotógrafos”. Es importante, explicó, que no sólo puedan “contar su propia historia», sino que comprendan que «hablar desde el territorio es mucho más valioso que tratar de seguir tendencias».
AUNO-09-09-2024
CA-MB