Pensar Cromañón

Un debate sobre la tragedia del boliche de Once convocado por un centro de salud mental fue analizado como parte de un sistema cultural y social bajo el soporte de la identidad nacional.

Por Favio Orellana

(AUNO-TERCER SECTOR*) “¡Y no me vengan con cuentos chinos!/Que El Che, Gardel y Maradona/son los number one,/como también lo soy yo,/y argentinos/¡gracias a Dios!”, retumbaban los parlantes de la salita de la Cooperativa de Salud Mental Atico donde un puñado de sociólogos y psicólogos en su mayoría esperaban por los panelistas. Allí, la canción “La argentinidad al palo” de Bersuit Vergarabat, en una suerte de “Cambalache” del siglo XXI, oficiaba de introducción al debate “De los desaparecidos a Cromañón: ¿La argentinidad al palo?” el viernes por la noche. La propuesta consistía en pensar con la participación de todos la tragedia y su impacto en la sociedad.
“La trampa de esta musiquita es decirnos que todos somos iguales”, se enojó Rina Bertaccini de entrada. El planteo fue el mismo para atacar el ya famoso artículo del humorista Mex Urtizberea, “Republiqueta de Cromagnón”, que sacaba a la luz lo peor del ser criollo, y lo concentraba en un mismo lugar. Esta activista social que además es profesora de matemáticas, perdió a su nieto Julián Rozengardt en el incendio del boliche de Once. “El primer gran impacto fue el del dolor, un dolor indescriptible”, recordó, y confesó que “muchas veces éramos incapaces de juntarnos con los demás padres por esto”. A esto se sumó el sentimiento de culpa que aún muchos padres sienten: “`Es mi culpa por dejarlo ir´, o, `es culpa de los chicos que no se fijaron que las puertas estaban cerradas´, solían decirme, entre otros disparates”, contó Bertaccini.
Para el psicólogo Jorge Garaventa, coordinador del encuentro, el tema musical elegido era un buen disparador para pensar si la tragedia de Cromañón es parte de un sistema complementario al de la última dictadura militar. “En esta realidad burocrática, el Estado está derrumbado, es un zombie asesino, odia la vida, el trabajo”, enumeró indignado, por su parte, el psicoanalista y fundador de Atico, Alfredo Grande, sin sacar la vista de sus apuntes. Es que el eje del debate fue comparar aquel modelo con el actual que, según los panelistas, perpetúa el genocidio “al matar de hambre, al matar las perspectivas de futuro a los jóvenes, al dejarlos sin empleo, y encima masacrarlos cuando van a ver un recital”. La idea principal que flotaba en el pequeño ambiente consistía en que “la corrupción es parte del sistema” y no una consecuencia de él. Por eso, estimaron, “el Gobierno porteño hizo todo lo posible para zafar”.
En tanto se demoraba la llegada de la periodista de Página 12 y militante de HIJOS Marta Dillon se decidió leer algunos fragmentos del su libro en el que cuenta en qué consiste vivir con el virus HIV y el imperturbable recuerdo de su madre desaparecida. La ocasión era más que especial: el 1º de mayo se cumplieron 20 años de la fundación de la cooperativa Atico. “Pero no estamos de ánimo para festejar”, se sinceró el psicólogo, “sino para reflexionar”. La institución es una empresa de servicios de salud mental que cubre las áreas de clínica, docencia e investigación en problemáticas como la drogadependencia, trastornos en la alimentación, contagio de HIV y psicología laboral, entre otras. Además, trabaja con distintas organizaciones sociales al desarrollar ciclos culturales y organizar debates o charlas en su sede u otros centros de la comunidad.
En la charla predominaron miradas convergentes sobre la realidad con fuerte tono crítico y donde los presentes asentían casi en silencio con los planteos de los panelistas. “¿Y qué querés, si cuando hablo con colegas de alternativas a este sistema, me tildan de zurdo? ¡Claro que soy zurdo!”, rezongó Sergio, un sociólogo amante de las ideas de Antonio Gramsci.
En este tono, el Gobierno nacional, el porteño, los funcionarios y “aquellos periodistas que hicieron todo lo posible para quebrarnos la moral y que no reclamemos justicia”, fueron el blanco de ataque preferido. De todas formas, se pudo avanzar sobre, lo que creen, es la invitación más importante: generar espacios y sumar voluntades para poder cambiar poco a poco el estado de las cosas.

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Cómo comunicarse:
Cooperativa de Salud Mental Atico
Teléfono: (011) 4553-3800
Dirección: Teodoro García 2578, Capital Federal.
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*Agencia Universitaria de Noticias y Opinión
Revista Tercer Sector

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