“En el colegio se encargaron de juzgarme siempre. Las maestras se reían de mí porque jugaba a las bolitas. Iba a una escuela católica y me querían meter a Dios en todo, yo era el diablo según ellas”.
Julián es estudiante de sexto año del secundario del Instituto Del Prado, ubicado en Longchamps. Él llegó al colegio a comienzos del 2018. Su vida, en ese entonces, era un caos. “Más que nunca”, según él. En aquel momento de su ingreso a la escuela, no tenía el nombre ni la fisonomía de ahora, sino otro aspecto. Pero lo que no ha cambiado en su esencia: Julián es muy alegre pero —cuando se enoja— es mejor no estar cerca. Se define como un chique transgénero, aunque mucho no le interesan las etiquetas. Sabe que hablar de género y de la construcción de identidad “ayuda a que muches otres chiques se animen a ser quienes son”.
Llega el día de la entrevista y el colegio es un caos. El acto del 25 de Mayo se acerca y las canciones alusivas a la fecha no se dejan de escuchar. Está en la preceptoría. Se lo nota entusiasmado, con ganas. Sin embargo, cuando repasa sus recuerdos de la niñez, se lo nota muy angustiado. Los ojos se le llenan de lágrimas todo el tiempo. Pero es fuerte y no quiere parar. Es su momento y él desea disfrutarlo. Antes de llegar a Del Prado, tuvo experiencias en otras escuelas que lo “marcaron” para toda su vida.
¿Cuáles son las situaciones más comunes que pueden llegar a sufrir les trans en la escuela?
Depende siempre a qué colegio vayas. Yo pasé por muchas escuelas y tuve diferentes situaciones. Cuando era un niño me retaban todo el tiempo por jugar a cosas de “nene” o por responder en los momentos que tenían que hablar los varones. En la primaria las maestras se reían de mí por jugar a las bolitas y todavía en esa época tenía aspecto femenino. También depende de la capacidad para reflexionar de cada uno. Al ser más grande podés darte cuenta de comentarios, gestos y miradas que intentan dañarte. Es duro. Lo importante es la seguridad en uno.
¿Qué considerás como necesario para que les niñes puedan crecer sin sentirse equivocades?
Hay que deconstruir las identidades de géneros impuestas.
¿Cómo?
No soy médico, pero tengo la teoría de que todo está en la educación sexual de la primera infancia. Les niñes del jardín, por ejemplo, tienden a bajarse los pantalones para ver qué tiene une y qué tiene le otre. La cosa no está en decir “esto que tenés se llama pito, y lo tenés porque sos varón”. Ya está. Es eso, es lo primero. ¿Cuál es la necesidad de aclarar? Tenés un pene, y listo. Lo otro está totalmente de más y sacarlo marcaría una gran diferencia.
Para las personas la identidad es muy importante. “Te define”, dice Julián. Y si les niñes crecen sin poder expresarse, es muy probable que lo hagan con miedo. “Durante mucho tiempo me impidieron construir mi persona, mi identidad”, sostiene.
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En Argentina, el matrimonio igualitario y la Ley de Identidad de Género permiten que diferentes personas puedan acceder a derechos que antes eran vedados a raíz de diferentes “mandatos sociales”. Aún existen muchas personas a las que les cuesta ver y aceptar la diversidad. Julián sufrió mucho de niño. En la escuela lo discriminaban, le decían “enfermo o que no iba a tener futuro; y muchas otras cosas que no quisiera que otres vivan”. Julián es uno de muches otres chiques que seguro pasan por lo mismo, o peor. “Es muy feo que te sienten en el fondo del salón y que no te quieran dar clases por ser `diferente´”, dice con voz entrecortada mientras sus ojos se llenan de lágrimas.
Durante la adolescencia, les jóvenes sufren mucho por discriminación y les trans no serían la excepción. Abandonan la escuela primaria, otres la secundaria. En lugar de preguntarnos por qué sucede esto lo naturalizamos y hacemos de cuenta que no pasa nada. “La justicia avanzó un montón, pero socialmente estamos muy mal todavía”, dijo preocupado.
¿Qué tan importante es para un adolescente construir su identidad sin prejuicios?
Es muy importante para un adolescente su identidad. Y no tener prejuicios facilita un montón las cosas. De entrada, el adolescente ya tiene cosas jodidas por las que pasar. Los adultos no lo entienden. Los cambios físicos a les jóvenes les afectan de diferentes maneras. A uno le cambia el cuerpo y vos corrés el riesgo de que el cambio que pueda llegar a pasar, —o que no pueda llegar a pasar porque a algunes les tarda más— define tu rol en la sociedad. El hecho de que a mí me esté cambiando el cuerpo y de qué tanto me crezcan las tetas o de qué tanta barba tenga, va a definir si soy un gil, un virgen o un capo. Cuántos abdominales tenga en la panza o cuántos rollos va a definir si soy digno de que me respeten o que se rían de mí.
¿La sociedad está preparada para comprender las nuevas demandas de les jóvenes?
Mucha gente no sabe ni siquiera qué significa identidad de género y volvemos al tema principal: la educación. La gran mayoría tiene una identidad de género asumida. Otres no, y eso es triste. Hay gente de todo tipo; y si uno busca la tolerancia a la diversidad, lamentablemente, hay que convivir con gente que sea más cuadrada que uno. En cuanto a si la sociedad está preparada o no… voy a ser claro: yo uso ropa grande y en algún momento se me es imposible tapar ciertas características físicas, algo se va a notar. Con la gente está todo bien hasta que lo saben, donde vieron algo… chau. El trato hacia uno es otro. Hasta te dejan de saludar.
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Los cambios en la comunidad sí se pueden ver. Julián no lo niega. La sociedad es otra y existen más derechos que en otros tiempos no eran ni mencionados como tales. Pero a él, le desespera otra cosa. Le desespera saber que hay otres chiques sufriendo por no ser aceptados por seres queridos o por creer que son enfermos y que están equivocades. No lo dice, pero se le nota. Se le nota cuando habla, cuando te mira con angustia pero a los dos segundos te mira con mucha fortaleza.
¿Por qué es importante la Educación Sexual Integral?
La educación sexual construye el respeto. Muches creen que la ESI es para convertir a todes en homosexuales y no es así. Hay cosas que no se ven, que las tapan o que creen que no existe y entonces no pasa —suspira—. Mirá… yo voy por la calle y tengo miedo. Tengo miedo de que se den cuenta, me peguen, me puteen o no sé, y es triste. Para evitar estas situaciones y muchas otras más tiene que haber ESI en las escuelas desde el primer nivel. Por ejemplo: a un chique trans o a un gay no lo toleran. ¿Por qué digo trans y gays, pero lesbianas no? Porque la sociedad está sexualizada y muchos hombres ven a mujeres besarse por placer y consumo.
Julián sabe que dentro de la escuela es un referente del colectivo, pero sus miedos e inseguridades no le permiten ver que tiene el poder para facilitarle el camino a otre. Les trans sufren, y mucho. Él lo sabe más que nadie. Cuando ya no tenía palabras que decir, hace un comentario que claramente refleja la necesidad de colaborar: “Quizás la lean muches, o tal vez dos o tres. No importa, porque después de todo esas personas habrán aprendido algo hoy. Y eso es lo importante”.
AUNO
MG-AFG
(*) Nota realizada para Taller de Periodismo Gráfico