Una serie de actividades y homenajes se realizarán esta semana al cumplirse 42 años del asesinato del obispo de San Nicolás Carlos Horacio Ponce de León, ocurrido el 11 de julio de 1977, en la ruta 9, cerca de la ciudad bonaerense de Ramallo.
“Esperamos que no siga pasando el tiempo y por eso necesitamos activar periódicamente la causa”, pidió Marisa Ponce de León, sobrina del obispo asesinado, en diálogo con AUNO.
El próximo jueves se presentará en el juzgado de San Nicolás, a cargo del magistrado Marcelo Bailaque, un petitorio y elevación de firmas para pedir fecha del juicio oral, informó la sobrina del obispo.
La causa está caratulado como “Ponce de León Carlos Horacio investigación sobre las causas de su muerte”. La Comisión Diocesana, la Mesa de la Memoria, allegados al obispo, peritajes e investigaciones periodísticas están convencidos que de el prelado fue asesinado por la dictadura militar.
No sólo convencidos. En la causa hay fuertes diferencias entre los peritos de Gendarmería (que dicen que fue un accidente) y el perito de parte querellante, el ingeniero Jorge Geretto, que reconstruyó el hecho con tecnología de última generación.
Esa discrepancia se registró en la audiencia del 28 de marzo pasado, en ese mismo Juzgado Federal de San Nicolás, ocasión en que el ingeniero Geretto presentó un software de accidentología vial diseñado por la policía de Austria, que es utilizado también por la Policía Federal de la Argentina.
La versión sobre el “accidente” dice que el obispo chocó con el Renaul 4S, que conducía, mientras viajaba a Buenos Aires junto a su ayudante Víctor Oscar Martínez, contra una camioneta F100 manejada por Luis Antonio Martínez, y que circulaba en sentido contrario, en el kilómetro 211, cerca de Ramallo.
En esa ocasión, la causa fue archivada sin una investigación minuciosa, y recién fue reabierta en 2003 por entender que se trató de un asesinato y no de un accidente de tránsito. Manuel Fernando Saint Amant, jefe del regimiento del Ejército al momento de la muerte del prelado, es uno de los acusados.
El ingeniero Geretto, en esa audiencia de marzo pasado, reprodujo con la ayuda de esa tecnología los hechos ocurridos en la mañana invernal y neblinosa del 11 de julio, cuando hacía poco más de un año que estaba la dictadura cívico militar.
El especialista demostró, con fotografías, rastros que quedaron en el pavimento, el estado del tiempo informado por el Servicio Meteorológico Nacional, la visibilidad de acuerdo a la salida del sol de esa fecha y la declaración que había realizado Luis Antonio Martínez, que manejaba la F100.
Sin solvencia
Para la querella, “el dictamen presentado por los peritos de Gendarmería no tuvo solvencia al momento de dar las razones sobre sus conclusiones”, según la documentación aportada a AUNO Marisa.
Geretto concluyó en que si hubiera habido un ómnibus delante de la camioneta F100 y que el conductor lo hubiese advertido a veinte metros, a una velocidad de 70 kilómetros por hora, aplicando los frenos (tal como él mismo declaró), ese vehículo Ford no se hubiera cruzado transversalmente sobre la ruta, sino que hubiera chocado con el colectivo.
“Otro elemento que destacó el perito es que la camioneta se encontraba detenida al momento de la colisión, cruzada transversalmente, sobre la mano que iba de Rosario hacia Buenos Aires, y que la recoleta impactó de lleno y de frente sobre la puerta del acompañante de la camioneta”, precisó la sobrina del obispo.
La querella destacó que el ingeniero ponderó “la falta de movimiento y de marcha, es decir, que la camioneta estaba detenida, y las nubes de vidrio que están marcadas en las fotografías, corresponden al vidrio de la puerta del acompañante de la F100; están sobre la mano Rosario/Buenos Aires de al ruta”.
“Otra tema que el ingeniero Geretto invoca es la inexistencia de lesiones en las dos personas que estaban dentro de la camioneta F100. Tanto de Luis Antonio Martínez, como el señor Carlos Sergio Bottini”, señaló Marisa Ponce de León.
Contó que la audiencia de marzo el ingeniero reprodujo también de manera virtual que “al poner dos personas de 70 kilogramos de peso, sin cinturón de seguridad, porque en esa época, 1977, no tenían los vehículos, el desplazamiento que uno observa de los cuerpos es de tal violencia y magnitud, que deberían haber tenido lesiones aún más graves que los ocupante de la recoleta que conducía el obispo”.
“Ahora el juez tendrá que decidir por las versiones que toma partido”, enfatizó la sobrina del obispo.
Actividades
El jueves 11, día en que se cumple el 42 aniversario de la muerte del prelado, a las 10.30 en la Plaza Mitre de San Nicolás habrá un homenaje. A las 15.30, en la ermita situada en el kilómetro 211 (Ramallo) será la celebración de la Eucaristía.
“La sangre de los mártires no se derramó en vano. Aquel 11 de julio de 1977, la sangre del obispo, padre, hermano, pastor, humedeció la tierra del kilómetro 211 de la ahora Autopista Buenos Aires-Rosario. Con esa tierra abonamos las lavandas que plantaremos en diferentes partes de la ciudad, esparcidas como semillas de memoria, de ejemplo, de amor. Porque amó hasta el final”, informó la Comisión Diocesana.
Las actividades por el recordatorio del asesinato del obispo comenzaron el fin de semana último con un acto en el barrio Virgen de Luján, en San Nicolás, con la entrega de un cuadro de Ponce de León a integrantes del merendero que lleva su nombre.
El miércoles próximo a las 15, en la Plaza 14 de Abril (frente a San Cayetano) se realizará un homenaje y plantación de lavandas, y a las 16.30, en el barrio Ponce de León también se realizará un homenaje y plantación.
El jueves 11, día en que se cumple el 42º aniversario del deceso del presbítero, a las 10.30 en la Plaza Mitre, habrá una homenaje y plantación con la participación de escuelas que llevan su nombre mientras que en la Catedral se ubicará una ofrenda floral en su tumba.
A las 15.30, en la ermita ubicada en el kilómetro 211 (Ramallo) será la celebración de la Eucaristía y plantación. Por último, a las 19 del jueves, en el Colegio Misericordia de San Nicolás, tendrá lugar la misa presidida por el obispo de la Diócesis de San Nicolás, Hugo Santiago, se informó.
El viernes 12, a las 15, en el Santuario de Jesús Misericordioso se celebrará misa y entrega del cuadro de Ponce de León y plantación para el salón parroquial que llevará su nombre mientras que a las 17, en Villa Riccio, habrá también un homenaje y plantación.
La comisión que trabaja sobre la vida de monseñor Ponce de León se formó en 2005 y fue nombrada por el obispo emérito, Héctor Cardelli. El objetivo de esa comisión es “sacar a la luz la vida, las líneas pastorales y el trabajo que realizó el obispo Ponce de León. A esto los integrantes de la comisión le agregamos el tratamiento de otra cuestión fundamental como es el análisis de la causa por la muerte de Ponce de León que todavía está en su etapa de instrucción, y a nuestro entender, avanza a paso lento”.
Reseña
Mientras era obispo auxiliar de Salta, el 28 de abril de 1966 fue trasladado por el papa Pablo VI a San Nicolás, donde tomó posesión canónica el 18 de junio de ese año, informó la agencia católica AICA.
El obispo tuvo un importante rol episcopal durante la dictadura de 1976. Así fue que recibía a familiares de desaparecidos, muchos de ellos trabajadores de las plantas industriales de San Nicolás.
El caso Ponce de León guarda notables similitudes con el del el obispo riojano Enrique Angelelli, quien fue asesinado el 4 de agosto de 1976 al ser embestido el vehículo que conducía por la ruta nacional 38, a escasos kilómetros al norte de Chamical, cuando se dirigía a la capital provincial con documentación sobre el asesinato de los curas de esa localidad, Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, ocurrida el 18 de julio de 1976.
Documentación
Emilio Fermín Mignone, cuya hija Mónica desapareció durante la dictadura, escribe que el obispo falleció en un sospechoso accidente automovilístico. El prelado se dirigía a la capital federal con su colaborador Víctor Martínez con el objeto de llevar documentación a la nunciatura relativa a la represión ilegal (secuestros y torturas) en el área de la diócesis de San Nicolás y Villa Constitución, Santa Fe”.
Destaca en su libro Iglesia y dictadura que esa documentación “involucraba al entonces general Carlos Suárez Mason, jefe del primer cuerpo de ejército; al coronel Camblor, jefe del regimiento de Junín, y más directamente al teniente coronel Saint Amant, jefe del regimiento con asiento en San Nicolás”.
Ese escritor y docente asegura que “la documentación que el obispo de San Nicolás llevaba en su poder desapareció sin ser reclamada por el canciller de la diócesis, monseñor Roberto Mancuso, capellán de la unidad carcelaria de la ciudad. Víctor Martínez recuerda que el obispo después de asistir al entierro de monseñor Angelelli, obispo de La Rioja, había comentado en una reunión: ahora me toca a mí.”
Ponce de León fue conducido a la clínica San Nicolás, junto con Víctor Martínez, donde falleció horas más tarde como consecuencia de las heridas sufridas. Pudo establecerse que ni al médico de cabecera del prelado le fue permitido ingresar a la sala de terapia intensiva, cuenta Mignone.
Bibliografía
Emilio F. Mignone, Iglesia y dictadura. El papel de la Iglesia a la luz de sus relaciones con el régimen militar, Buenos Aires, Colihue, 2006, 2da. Edición. La primera edición se hizo en 1986. Disponible en 2018 en: www.desaparecidos.org/nuncamas.
El autor fue director general de Enseñanza de la provincia de Buenos Aires (1949-1952), rector de la Universidad Nacional de Luján (1973 -1976), y fue incorporado a la Academia Nacional de Educación en 1994. Uno de sus proyectos se hizo realidad cuando se creó la Coneau, la primera entidad creada en la Argentina para acreditar universidades de la cual fue presidente hasta su muerte, el 21 de diciembre de 1998, publicó el CELS en su página.
AUNO-08-07-19
HRC-SAM