Lomas de Zamora, abr 02 (AUNO) – “No se puede ser héroe en la guerra si se participó en la dictadura”, asegura Ernesto Alonso, del Centro Ex-Combatientes Islas Malvinas (CECIM), en referencia a los represores y a los futuros golpistas que actuaron en el conflicto bélico.
Entre las filas de los militares que participaron en la defensa de la soberanía de la Argentina sobre las Islas Malvinas ante la ocupación inglesa, luego de la sólo en apariencia espasmódica decisión del último gobierno de facto de declarar la guerra, se cuentan más de cien, entre oficiales y suboficiales, que fueron juzgados y condenados por crímenes de lesa humanidad, o por haber atentado, luego de la guerra, contra los sucesivos gobiernos democráticos.
Entre los primeros, resuenan los nombres de Alfredo Astiz, Pedro Giachino, Mario Benjamín Menéndez, Julio César Binotti y Horacio Losito, quienes participaron en calidad de medios y altos mandos. Del segundo grupo, denominado “carapintadas” y en el que también se cuentan varios condenados por represión ilegal, fueron cabecillas Aldo Rico y Mohamet Alí Seineldín.
La historia echaría por tierra, tras años de lucha de los organismos de derechos humanos, cualquier pretensión de heroísmo que la conveniencia política pretendió asignarles a estos oscuros personajes.
Una organización que desde hace más de dos décadas trabaja para hacer justicia sobre la actuación de las Fuerzas Armadas en el conflicto de las Malvinas es el Centro Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM).
Entrevistado por El cruce, el secretario de Relaciones Institucionales, Ernesto Alonso, fue contundente: “A las Malvinas no fue un ejército ‘Sanmartiniano’, fueron los mismos que años antes habían torturado y matado en la dictadura, tanto en la Fuerza Aérea, en la Marina o en el Ejército.”
Alonso coincide en destacar a Alfredo Astiz como el caso más “emblemático y vergonzante”, quien estuvo al frente en Malvinas del grupo “Los Lagartos”, que ocupó una guarnición en el archipiélago Georgias del Sur, recordado como los que se rindieron “sin disparar un sólo tiro”. Luego, participó en la firma de la rendición. Su historia personal está signada por la aberración.
Se infiltró entre los familiares de desaparecidos que se reunían en la iglesia de Santa Cruz, del que participaba la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor. Torturador y secuestrador comprobado, participó del traslado de las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet.
Además, secuestró a la sueca Dagmar Hagelin, y la llevó a la Escuela superior de Mecánica de la Armada (ESMA). En octubre de 2011, tras 22 meses de juicio, el Tribunal Oral Federal Número Cinco de Comodoro Py lo condenó a cadena perpetua.
Otro caso que redimió en forma simbólica una injusticia histórica fue la quita de la foto del capitán Pedro Giachino del Concejo Deliberante de la ciudad de Mar del Plata, de donde era oriundo. Giachino fue la primera baja argentina de la guerra y condecorado como “héroe”. Alonso remarca que “fue un ícono para la Marina, y seguramente fue el primero que murió en la guerra, es cierto, pero también actuó en ESMA, y fue torturador en Mar del Plata… Y no se puede ser héroe en la guerra si se participó en la dictadura”.
Unido a su tío Luciano por lazos de sangre y de espanto, el general de brigada Mario Benjamín Menéndez fue gobernador de las Malvinas durante el conflicto y protagonizó la rendición. Desde enero de 1979 fue jefe del área 460, por consiguiente, responsable de todos los secuestros, asesinatos y demás delitos cometidos en esa jurisdicción. Hoy está condenado a prisión perpetua.
El valor y el lado oscuro
Por su parte, oriundo de Santiago del Estero, el oficial Julio César Binotti, quien fue apresado por los ingleses, recibió luego la condecoración en Argentina “por su gran valor y serenidad al conducir a sus hombres”.
Su lado oscuro: fue jefe de los sectores de operaciones y de logística del GOEA (Grupo de Operaciones Especiales de la Armada), nueva denominación del grupo de tareas entre 1982 y 1983, y sospechado de participar del operativo de secuestro de René Haidar, sobreviviente de la masacre de Trelew todavía desaparecido. Está preso en Marcos Paz y acusado del estaqueamiento de soldados.
Como el caso de Binotti, el secretario de CECIM remarca que “son muchos los que están siendo juzgados en una causa en la que nosotros somos querellantes por vejámenes cometidos a los soldados. Caso emblema es el de Losito”.
En calidad de coronel, Horacio Losito integró la Compañía de Comandos 602, bajo la cual fue herido y cayó prisionero. Recibió tres condecoraciones: “Del Congreso a la Campaña de Malvinas”, “Herido en Combate” y al “Mérito Militar”.
Más tarde, sería procesado por la masacre de Margarita Belén, en la que fueron asesinados 22 presos políticos en 1976. Además, participó de las rebeliones carapintadas. Indultado por el ex presidente Carlos Menem, fue agregado militar en Roma, pero fue relevado en 2003 por orden del entonces presidente Néstor Kirchner. En 2008 fue condenado a 25 años de prisión en la causa “Nicolaides y otros”, pena que cumple en una cárcel común.
Camuflados contra la democracia
Otro caso paradigmático fue el de los levantamientos “carapintadas”, liderados en el 87 y 88 por Aldo Rico, y nuevamente en el 88 y luego en el 90 por Mohamet Alí Seineldín. “La democracia fue condicionada, después, por estos falsos íconos de las Malvinas. Con la bandera de las Malvinas, y pregonando una renovación del ejército, atentan contra la democracia”, sostiene Alonso.
En marzo de 1987, las tropas al mando del teniente coronel Aldo Rico se amotinaron en la Escuela de Infantería de Campo de Mayo, en repudio a las acciones judiciales impulsadas por el gobierno de Raúl Alfonsín, con respecto a los responsables de los delitos y violaciones a los derechos humanos cometidos durante la Dictadura.
El motín fue disuadido por Alfonsín en persona, acción que fue leída como un acto de debilidad política. Otro levantamiento a su mando fue el Monte Caseros, en el 88. “Alfonsín acuerda con los carapintadas.
Cuando él dice que eran héroes de Malvinas, nosotros, que participábamos en los comités de defensa de la democracia, bajamos la bandera y nos fuimos de la Plaza, puteando. Luego de eso, consiguieron la ley de Obediencia debida”, recuerda Alonso.
En el caso de Seineldín, fue a hacia fines del 88 que al mando de unos cuarenticinco oficiales de un cuerpo de elite de la Prefectura Naval saqueó el arsenal de la Prefectura en Zárate para trasladarse luego a la Escuela de Infantería de Campo de Mayo, donde coparon el cuartel.
Años después, en diciembre de 1990, reincidiría con un asalto a instalaciones militares bonaerenses, contra el gobierno de Menem. El motín sólo duró un día y tuvo un saldo de trece muertos (cinco eran civiles). Seineldín, fallecido el 2 de septiembre de 2009, estuvo detenido entre 1990 y 2003, hasta que Eduardo Duhalde lo indultó argumentando “razones humanitarias”.
Sobre su actuación en la guerra, Alonso relata que “sólo entra en combate una fracción de su regimiento (25) en San Carlos, pero Seineldín estaba con el grueso del regimiento en la proximidades del puerto Argentino cerca del aeropuerto, así que nunca entró en combate directo con ninguna fracción británica. Además, hay varias denuncias de soldados por torturas en ese regimiento”.
En ambos casos, represores o carapintadas, mantienen una contradicción: la de que, habiendo sido instruidos para defender a la Nación, hayan torturado y matado ciudadanos y/o atentado contra los gobiernos elegidos por la voluntad popular.
Alonso es claro: “En Malvinas se pone en juego la razón de ser FFAA.
Tenían como hipótesis de conflicto el enemigo interno, y se apropiaron de una causa nacional y popular que toca el ADN de nuestra sociedad, que está muy metida en nuestra identidad como pueblo. Trataron de tapar una guerra sucia con una guerra ‘limpia”.
Convengamos en que ninguna actuación heroica en guerra, de haberla habido, hubiera mitigado tales infamias.
*Publicado por la Revista El Cruce, que edita la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, año 4, n° 20, marzo de 2012, pp. 22-23.
AUNO 02-04-12
AC-HRC
CAVAÑA dice:
Los comentarios vertidos por el, Veterano Héroe de Guerra, y Presidente del C.E.C.I.M., Sr. Alonzo, son de una magnitud significativa y reveladora, que insisten en caractular a todos los militares que intervinieron en el TOAS como, secuestradores, torturadores y asesinos, en los únicos «genocidas universales». Y olvida el Sr. Alonzo que «el árbol que no deja ver el bosque» fue derribado hace, ya, tres décadas por la ciudadanía argentina. Y como tal se comprende el contenido de todos sus dichos, y en particular por haber sido integrante de aquellas huestes que intervinieron en el Conflicto Malvinas, desembarcando en Las Giorgias, como tripulante del Transporte Polar A.R.A.»Bahía Paraíso», que entre otras tareas efectuó el traslado de la tropa vencida al Continente. Pero, años, tras años, vengo observando, y oyendo que aquellos que elegimos , por vocación o conveniencia-necesidad- servir, dentro de lo laboral, portando el uniforme del País, hoy, y después de tres décadas, en mi caso particular, debería resignarme, y hasta después de mi muerte, cargar con el estigma de ser, por lo menos, un cómplice del «Terrorismo de Estado». Situación que está muy lejos de ser aceptada, y en lo que a mí compete, al menos, puesto que en los dichos inflige la realidad y pretende menospreciar el arbitrio de la Ley… Eso sí, coincido plenamente con el Sr. Alonzo, Veterano y Héroe de Guerra, y Presidente del C.E.C.I.M., «Entre los héroes, los canallas»…
Horacio Raúl Campos dice:
Entre los héroes, los canallas. Desde el título ya refuta el comentario crítico. En ningún lado de la nota dice que «todos…» los que estuvieron son tal o cual cosa.
ramiro dice:
donde estuvo este tal Alonso durante el conflicto? le vio la cara a los ingleses?
pidio formar una compañia de comandos para ir a pelear a las islas?
estuvo jugandose la vida en el combate de top malo house?
a Seineldin le designaron area de responsabilidad el aeropuerto, y no, darwin-goose green…asi que no podia ir hasta alla porque se le ocurriese.
Mario b. menendez no fue condenado a perpetua.
A quienes, de nuestras FFAA torturaron en persona, Rico, Giachino y Seineldin?
Al Margen del caso de las monjas francesas, saben porque Astiz se rindio?
Porque no cuentan la otra parte?
daniel dice:
nos va a sacar muertos de malvinas dijo el hijo de puta de Menedez y escucho un tiro a diez cuadras y se rindio , DONDE FUERON LAS COSAS Q DONO LA GENTE EN BS AS ? , POR Q TOMAN MALVINAS SABIENDO Q ERA IMPOSIBLE GANAR CON LAS ARMAS Q TENIAN ? POR Q DE ESTOS PSICOPATAS HAY UN SOLO MUERTO EN COMBATE ? DE LOS NOMBRADOS Y ENCIMA LO MATAN CUANDO LOS INGLESES ERAN 10 EN LAS ISLAS , fueron y hicieron matar a 640 soldados , para tapar la tortura , el robo , el desatre q hicieron en el pais , y como todo cagon de rango alto , se rindieron como gallinas q son , y si rico seineldin y todos esos putos no torturaron gente , es por q tenian subordinados q lo hacian , cobardes de mierda , para q mantener a estos inutiles , si depues mandan soldados con 3 meses de instruccion ?? cagones , mierdas , parasitos , eso fueron los milicos , aparte de los asesinatos q cometieron como todo cobarde , por q ellos tenian las armas , putos !!!