El primer diputado socialista de América Latina

A 50 años de la muerte de Alfredo Palacios, el dirigente socialista Héctor Polino plantea la vigencia de su pensamiento. A los 25 años fue diputado nacional. Impulsó leyes de protección al trabajo, cuyos principios aún siguen presentes en la legislación actual.

Lomas de Zamora, abr 20 (AUNO) – Hablar de una jornada laboral de ocho horas, o que esté prohibido el trabajo de los niños puede parecer algo normal hoy, ya entrados en la segunda década del siglo XXI. Pero hubo un hombre que, en el fragor de las luchas políticas del siglo pasado, logró consumar estos principios.

Su nombre fue Alfredo Palacios, el más importante de los dirigentes socialistas de la historia argentina, que además fue el primero de América latina en su linea de pensamiento en acceder a una banca de diputado.

Nació en la ciudad de Buenos Aires el 10 de agosto de 1880, y falleció un 20 de abril de 1965.

“Más de 60 años, los dedicó íntegramente a la lucha política, legislativa, universitaria, jurídica y docente. Pero si quisiéramos destacar el rasgo distintivo de su multifacética personalidad, diríamos que fue un luchador”, asegura el dirigente del socialismo Héctor Polino.

Algunos de los principios de legislación laboral que impulsó Palacios como legislador y que hoy están vigentes en las leyes son:

Limitación de la jornada de trabajo a un máximo de 8 horas para los adultos

Prohibición del trabajo a menores de 14 años, y reducción de la jornada a 6 horas a los jóvenes de ambos sexos de 14 a 18 años

Prohibición del trabajo a destajo

Seguro obligatorio de los obreros contra accidentes de trabajo

Ley del descanso dominical

Impuesto progresivo a la herencia

Ley de la silla: asientos en los lugares de trabajo

Sábado inglés: cesación del trabajo a las 13 hs

Pago de salarios en moneda nacional. Vacaciones pagas

Polino destaca que “su pensamiento está vigente porque hoy como ayer en muchos ámbitos se desvaloriza el trabajo humano”.

“Fue un adelantado en la lucha por el reconocimiento del aporte de la mujer en el progreso de la sociedad, y en el reconocimiento de la educación como medio para elevar las condiciones de vida del pueblo”, destaca el ex legislador.

El 20 de abril de 1965, internado en el Sanatorio Anchorena, Palacios le dice a Carlos Sánchez Viamonte: “Hermano, me voy a la muerte”. Y el amigo le rectifica: “No, usted después de su vida se va a la gloria”. A las 18.10 de ese día se detiene su corazón y Palacios pasa a la historia.

AUNO 20.4.2015
CGL
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