La audiencia preliminar que dará inicio a los juicios por los crímenes de lesa humanidad vinculados al Pozo de Banfield comienza este viernes. Se trata de uno los centros clandestinos de detención más importantes de la última dictadura cívico-militar, tristemente conocido por ser uno de los lugares de represión y desaparición de los estudiantes partícipes de La Noche de los Lápices. El proceso se inicia después de 43 años de este acontecimiento.
A las 11 tendrá lugar en la Cámara de Apelaciones de La Plata la primera de las audiencias preliminares de los juicios que podrían comenzar entre marzo y abril de 2020. Tal como explicó a esta agencia uno de los fiscales de la causa, Juan Martín Nogueira, la finalidad de estas audiencias es «organizar en definitiva todos aquellos aspectos centrales del debate», como el establecimiento del cronograma de las siguientes audiencias, la citación de los testigos, determinar cuáles pueden incorporase y cuáles no, entre otros detalles. Podría también definirse la fecha de inicio del juicio.
La causa fue elevada a juicio en 2012. A dificultades intrínsecas del sistema judicial de la capital provincial se sumaron las trabas burocráticas que ocurrieron durante el gobierno de Mauricio Macri y que contribuyeron a la lentitud del proceso.
De acuerdo a una de las abogadas querellantes, Guadalupe Godoy, el «atraso» es «generalizado» con las causas de lesa humanidad. En este sentido, denunció el accionar «pausado» de la Procuración General de la Nación luego de la salida de Alejandra Gils Carbó en 2017 y el «marcado desinterés» de algunos jueces por llevar adelante las causas por terrorismo de Estado.
«No nos olvidemos que en Tribunal Oral N°1, que es donde están las causas en espera, no hay ningún juez titular. Los tres jueces que están subrogando esta causa son (titulares del fuero de) San Martín», detalló Godoy al respecto. Se trata de Walter Venditti, Eduardo Farah y Agustín Rodríguez Egerz.
La causa del Pozo de Banfield está unificada con la del Pozo de Quilmes, otro de los centros clandestinos del Circuito Camps, desde el que la Policía Bonaerense y el Ejército organizaron la represión ilegal en la provincia de Buenos Aires. Los acusados en total son 14, de los cuales sólo dos se encuentran prisión común: Miguel Etchecolatz y Jorge di Pasquale. El resto cumple prisión domiciliaria: Jaime Smart, Eduardo De Lío, Antonio Simon, Carlos Romero Pavón, Roberto Balmaceda, Emilio Herrero Azonrena, Jorge Bergés, Gustavo Cacivio, Ricardo Fernández, Juan Torino, Juan Miguel Wolk –responsable a cargo del Pozo en la dictadura– y Enrique Augusto Barre.
La voz de un sobreviviente
El Pozo de Banfield operó como centro clandestino de detención desde el gobierno de María Isabel Martínez desde 1974 hasta 1978. En el lugar se dieron casos de detención forzada, tortura, asesinato y apropiación de niños que nacieron en condiciones maternidad clandestina. Además, funcionó como base del Plan Cóndor. De las 300 personas que por allí pasaron, 97 aún se encuentran desaparecidas. Son 247 los casos de víctimas que se abordarán en el juicio.
En el marco de La Noche de los Lápices, el 16 de septiembre de 1976 el gobierno de facto secuestró y asesinó a estudiantes secundarios de La Plata que estaban reclamando un boleto estudiantil. Diez de ellos fueron trasladados al Pozo de Banfield.
Pablo Díaz fue uno de los pocos sobrevivientes de ese crimen perpetrado por el Estado que aún perdura en la memoria colectiva. Recién 43 años después tendrá la posibilidad de ver que se haga Justicia.
En dialogo con AUNO, Díaz postuló la necesidad de que los juicios que se realizarán contra los acusados por los crímenes cometidos en el Pozo de Banfield sean públicos y que deben contar con la presencia de las generaciones más jóvenes para que estas puedan «conocer lo que pasó en respecto al horror».
«Una de las particularidades en el caso de La Noche de los Lápices o del testimonio es que es muy difícil siempre escuchar crudamente el horror pasado porque no está básicamente en el testimonio público que hacemos en las escuelas o en la sociedad», expresó Díaz.
Sin embargo, el sobreviviente del centro de detención clandestino insiste en recordar lo sucedido a él y sus compañeros como una «historia de amor», llena de «capacidad crítica y rebeldía» propias de la adolescencia.
«Indudablemente cuando uno trabaja por otros es una historia de amor. Cuando teníamos la posibilidad de charlar en el campo de concentración no hablábamos de otra cosa que de lo que íbamos a hacer si teníamos la posibilidad de estar afuera. El hecho de querer, de amar, de los sueños, nunca me generó una instancia de decir ‘que mal que estuvimos’, al contrario», explicó el sobreviviente del terrorismo estatal.
El fútbol por la memoria
Días antes de que comience la primera de las audiencias preliminares, el Club Atlético Banfield firmó un convenio con las Abuelas de Plaza de Mayo con la finalidad de contribuir a la búsqueda de los nietos nacidos en cautiverio durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.
El acto que tuvo lugar este miércoles contó con la presencia de Estela de Carlotto y Delia Giovanola, abuela de Martín Ogando, quien nació en el Pozo. El colectivo artístico Teatro x la Identidad (TxI) coronó la celebración del convenio con una función.
El acuerdo dispone que el club lomense participará a través de sus redes y estructuras de difusión de las campañas por la búsqueda de los nietos y nietas apropiadas durante la dictadura, principalmente los que nacieron en el Pozo, que se encuentra a poco menos de 30 cuadras del estadio del Taladro y se convirtió este año en un espacio para la memoria.
AUNO-05-12-2019
JP-MDY