El Gobierno pide que el Congreso apruebe la construcción del reactor nuclear en Australia

El controvertido acuerdo entre Argentina y Australia, que contempla la construcción de un reactor nuclear destinado a la investigación y la medicina, será nuevamente tratado el mes próximo en las comisiones de la Cámara de Diputados.

Por Raúl Campos

(AUNO*) El canciller Rafael Bielsa fue el encargado de anunciar que el Gobierno “quiere que el Parlamento apruebe el tratado con Australia”.
El ministro realizó ese anuncio al brindar el miércoles último un informe en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja.
El reactor, destinado a la investigación y producción de radioisótopos, es construido en Sydney, Australia, por la empresa estatal rionegrina Investigaciones Aplicadas (INVAP), que fue contratada por la firma australiana ANSTO.
El contrato data del 13 de julio del 2000 y un año después los Gobiernos de la Argentina y de Australia firmaron un acuerdo de cooperación que fue aprobado por el Senado a fines del 2001.
Desde ese momento, el acuerdo se halla en las Comisiones de Recursos Naturales y de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, pero la falta de decisión de los diferentes gobiernos y la férrea oposición de la organización ambientalista Greenpeace imposibilitaron su aprobación final.
La Justicia de Australia había desestimado una demanda, que esa entidad había interpuesto por entender que el acuerdo no cumplía con las prácticas internacionales de manejo, transporte y almacenamiento de elementos combustibles irradiados y residuos nucleares.
La construcción del reactor le dejará a la Argentina 80 millones de dólares y ahora el Poder Ejecutivo y el Parlamento vuelven a impulsar su tratamiento.
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados, Jorge Arguello (PJ), anunció esta semana que el acuerdo argentino”#8220;australiano será incluido en el temario para ser tratado en las próximas semanas.
Sin embargo, a la campaña pública llevada por Greenpeace se suma la oposición de varios diputados del oficialismo y de la oposición, quienes ya había expresado su rechazo cuando el año pasado intentó ser aprobado el acuerdo.
Ocurre que en el pliego de condiciones se establecía que la empresa que pretendiese ganar la licitación debía proponer una estrategia para el tratamiento de los combustibles gastados fruto del funcionamiento del reactor.
Por lo tanto, la empresa IVAP podría tratar el combustible usado en la Argentina o en Francia, para después regresarlo a Australia, mientras que también genera resistencias las cláusulas confidenciales establecidas entre las empresas estatales de ambos países.
AUNO 16-4-04 – HRC

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