Lomas de Zamora, marzo 11 (AUNO).- La Justicia decidió enviar a juicio oral a Gustavo Santillán, detenido por el crimen de su ex pareja Fátima Catán, cometido en 2010, en Villa Fiorito. Santillán, de 32 años, será juzgado por el delito de “homicidio simple en el contexto de violencia familiar”.
La decisión fue adoptada por el juez de Garantías de Lomas de Zamora Gabriel Vitale, luego de rechazar el pedido de sobreseimiento del imputado planteado por la defensa.
Entre las pruebas valoradas por el juez se encuentra el informe de autopsia que reveló que la muerte de Fátima “fue producida por mecanismo violento, siendo su causa original quemaduras del 85 por ciento de la superficie corporal y de la vía aérea superior”, según indica la resolución judicial.
También se basó en testimonios que señalaron que la víctima había sido golpeada por su concubino al que describieron como “muy celoso”. Al momento de su muerte, Fátima tenía 24 años y estaba embarazada de cinco meses.
El juez consideró que el acusado incurrió en “ciertas contradicciones” al dar su versión de los hechos a los primeros testigos que le preguntaron qué había ocurrido y luego en su declaración indagatoria.
“Existen pruebas objetivas e indicios suficientes” para sostener que el lugar del hecho fue “alterado o modificado” y que una cámara de seguridad que funcionaba en la casa de la pareja “fue extraída” la noche del crimen y no meses después como explicó Santillán, consideró el juez.
El magistrado evaluó como de “suma importancia” los resultados del peritaje realizado por personal del Departamento Técnico Investigativo de la División Siniestros de la Policial Federal durante la reconstrucción del hecho en la casa de la pareja, situada en Murature 1628 de Villa Fiorito.
Santillán había asegurado que el 18 de agosto de 2010, Fátima estaba vestida con una musculosa y en ropa interior en la habitación y, en medio de una discusión, se paró en la puerta del dormitorio “con sus brazos recogidos a media altura, sosteniendo en su mano derecha una botella plástica blanquecina, que contendría alcohol, y en su mano izquierda un encendedor”. Agregó que también tenía algodón porque estaba limpiando discos compactos, y aseguró que se prendió fuego cuando encendió un cigarrillo.
Santillán argumentó que se arrojó sobre Fátima con la intención de apagar el fuego, pero los peritos comprobaron que ninguna de las prendas que él llevaba puestas en ese momento había sufrido el efecto de las llamas.
AUNO 11-03-14 EV