Lomas de Zamora, junio 5 (AUNO).- Alejandro Bordón estuvo más de un año y medio preso y era el único imputado en la causa por la muerte de Juan Alberto Núñez, un colectivero de la línea 524 de Lanús. Fue absuelto por unanimidad en los Tribunales de Lomas de Zamora debido a que “no se acreditó” su actuación en el asesinato del chofer por “falta de pruebas”. La Justicia ordenó su “inmediata libertad” y ordenó indagar algunas pruebas presentadas por la parte querellante.
Desde el día que Bordón fue detenido en Monte Chingolo, en el sur del Conurbano, su familia sostuvo que se trataba de una “causa armada por la Policía” debido a que, según ellos, la muerte de Núñez sucedió en un período en el que los choferes de la zona sufrían “robos y ataques violentos” y por “conveniencia política” debían inculpar a alguien para soslayar las denuncias por inseguridad.
Bordón fue detenido el 5 de octubre de 2010 a pocos metros del lugar donde fue asesinado el chofer, quien murió tras un disparo en su pecho cuando iba camino a la terminal para iniciar su jornada laboral. Según el tribunal, aquella madrugada, los testigos pudieron asegurar que el asesino vestía un buzo blanco, pero no pudieron ver su rostro. El acusado tenía un buzo del mismo color. Los familiares aseguraron que Bordón estaba en ese lugar porque aguardaba a que llegue el transporte que lo llevaba al Aeroparque Jorge Newbery, su lugar de trabajo.
Lo cierto es que las historias relatadas y las pruebas presentadas para acusar a Bordón perdieron validez a lo largo del juicio porque fueron “insuficientes”: en los alrededores del lugar donde ocurrió el homicidio encontraron un arma, pero según los peritajes, no tenían las huellas digitales del acusado y a través de la investigación, se descubrió que pertenecía a un policía y que fue extraviada en 2008. La ropa que llevaba puesta fue examinada y no se encontraron restos de pólvora y en la instancia de reconocimiento; además ningún testigo pudo dar fe de que quien disparó fue el detenido.
La defensa del acusado aseguró, desde un principio, que Bordón y Núñez no tenían ninguna relación y que esa noche, fue la única vez que sus caminos se cruzaron. Por su parte, la familia del chofer presentó como prueba la agenda del celular de Bordón, en donde había contactos en común con los de la víctima, pero este argumento fue refutado por el tribunal a raíz de que un celular puede ser manipulado por cualquier persona y quienes pudieron haber armado la causa tuvieron tiempo para modificar los números guardados en el teléfono e incluso hacer llamadas, mientras el imputado se encontraba detenido.
Uno de los rumores suponía que el chofer tenía una relación amorosa con una mujer y el esposo de ella, quien estaba preso, lo mandó a matar desde la cárcel. La otra historia que circuló –-y la que más fuerte sonó en el juicio, debido a que fue uno de los argumentos de la parte acusadora— vinculaba a la mujer de Bordón con el chofer, y por ese motivo, el colectivero pudo haber sido asesinado, pero esta versión tampoco pudo ser comprobada.
Eduaro Soárez, el abogado que presidió el equipo de defensores del acusado, destacó la importancia de que además del veredicto absolutorio la Justicia haya ordenado “investigar las irregularidades del caso, tales como documentos falsos y firmas truchas”. También denunció a AUNO que “quien lo hizo tiene que ser un alto funcionario político o judicial porque no cualquiera puede adulterar algo así”.
A pesar de la satisfacción por el resultado final, Sóarez explicó que “esta equivocada acusación se podría haber arreglado esa misma noche (del día en que fue detenido). Era un trámite, sólo era cuestión de hacer algunas preguntas y algunos llamados. El nombre Alejandro Bordón no debió ni siquiera ingresar a la causa”.
Uno de los principales líderes de la Comisión de Apoyo a Bordón, Marcelo Pirola explicó a AUNO que “es difícil enfrentar a la policía, Alejandro quedó absuelto porque tuvo voz, hay muchos otros que sufren de causas que fueron armadas, pero como no tienen este acompañamiento quedan en el olvido con perpetua”.
A su vez, reflexionó y comentó que “se hizo justicia” por su amigo, pero no por Núñez. “Murió un trabajador, y todavía sigue la impunidad”, concluyó.
Para la finalización del juicio fue designado el salón más grande de los Tribunales lomenses por la cantidad de gente que concurrió a apoyar al acusado, quienes colmaron el espacio que les designaron, mientras que del lado de la víctima eran ocho las personas que acudieron a presenciar la instancia definitiva.
Al finalizar la lectura del fallo la hija del chofer asesinado, mientras enfilaba para la puerta para retirarse con su familia, exclamó con un gritó que acaparó la atención de los que estaban allí: “Todos ustedes están defendiendo al asesino de un laburante”, y mientras señalaba a la mujer de Bordón con su dedo índice, rompió en llanto con insultos dirigidos en especial, hacia Susana Fleites, a quien acusó de ser la amante de su padre…
Luego de desalojar el recinto de manera rápida y por salidas diferentes, para evitar el cruce de ambas partes, entre abrazos y lágrimas, los familiares y amigos festejaron la libertad de Bordón, quien pasó sus primeros siete meses en Sierra Chica, una de las cárceles más peligrosas del país, situada a 16 kilómetros de la ciudad de Olavarría y luego fue trasladado al penal 40 de Lomas de Zamora, por pedido de sus defensores, en donde estuvo hasta el último día.
Agrupaciones como Convergencia Socialista, Sindicato de estibadores portuarios, Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Afines (Sitraic), la agrupación Aníbal Verón de Lanús y Quebracho acompañaron en las diferentes movilizaciones e instancias del juicio.
El defensor del hombre absuelto remarcó que “el Tribunal Nº8 de Lomas de Zamora –-en donde se enjuició a su defendido— es duro y no regala nada, por eso aún mayor la satisfacción”.
MBE-AFD
AUNO-11-06-12
soledad dice:
que jueces tenian el caso antes del juicio?