Don Enrique, un dirigente en su laberinto

El club de Gerli descendió a la Primera D inmerso en una crisis institucional y deportiva que desnuda el estilo autocrático de su presidente, Enrique Merelas, que conduce los destinos de la institución desde hace 32 años.

Sebastián Migueli

Lomas de Zamora, junio 7 (AUNO).- En el marco de un panorama institucional incierto, El Porvenir, tradicional equipo de la zona Sur del Gran Buenos Aires, descendió a la última categoría de la AFA, la Primera D, inmerso en la peor crisis deportiva de su historia.

Para mantenerse en la Primera C, el conjunto de Gerli, dirigido por la dupla Gabriel Ramón y el periodista de espectáculos Luis Ventura, debía ganar en su estadio frente a Sacachispas y esperar que no lo hicieran sus competidores directos, Lujan y San Miguel.

‘El Porve’ no tuvo inconvenientes para ganar su partido por 4-0. Pero el triunfo (3-0) de Luján ante J.J.Urquiza y la victoria (1-0) de San Miguel frente a Liniers, lo condenó al elenco elenco albinegro a una irremediable caída.

De esta forma, el club acumuló su tercer descenso en siete años, una dato que muestra a las claras la debacle que padece la institución, gobernada desde hace 32 años por Enrique Merelas, un dirigente que supo ganarse la amistad de Julio Grondona, presidente de la entidad que rige los destinos del fútbol argentino.

Don Enrique supo sacar provecho del estrecho vínculo que mantuvo con Julio para sostener a El Porvenir durante varias temporadas en la Primera B Nacional.

Ocho fueron las temporadas que El Porvenir disputó en la segunda categoría del fútbol doméstico, con algunas campañas muy buenas que casi lo dejaron cerca de obtener el pasaporte a Primera División. En 1999 eliminó a Banfield del Reducido, pero no pudo ante Juventud Antoniana de Salta en la segunda fase.

En 2002, con Ricardo Caruso Lombardi como director técnico y Nicolás Cambiasso en el arco (hoy en All Boys), entre otros jugadores, llegó hasta la semifinal, donde quedó eliminado ante su clásico rival, Arsenal, quien más tarde consiguió el tan ansiado pasaje al fútbol grande.

Pero el idilio de Julio con Enrique terminó de forma inexplicable en 2006, y el club de Gerli inició una decadencia de la que no pudo recuperarse.

Eel 30 de diciembre de ese año se celebró el último acto comicial en la vida de la entidad, en el cual Merelas retuvo el poder, en medio de acusaciones de fraude por parte de la oposición. Desde entonces, nunca más hubo elecciones en El Porvenir.

La gestión de Merelas estuvo siempre caracterizada por rasgos autocráticos, prepotentes y extravagantes, como cuando modificó el nombre del estadio sin consultar a los socios y simpatizantes. Antes llevaba el nombre de un ex presidente de la institución Enrique De Roberts, y fue renombrado como Gildo Francisco Ghersinich, actual vicepresidente del club.

Poco quedó de aquél club que supo animar la B Nacional e incluso pelear por un ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino. Con jugadores como el gran Oscar ‘Pinino’ Más y con José Luis Garrafa Sánchez, su máximo ídolo, como la gran figura del plantel que integró en 1997.

En suma, El Porvenir tocó fondo y su destino parece estar atado a la suerte de una sola persona. Un dirigente que se sostiene a duras penas en un trono tambaleante y que no se resigna a dar un paso al costado.

AUNO-07-06-13
SM-LDC

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