Foto: Télam.
Como todos los años el 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental. La efeméride, que este año lleva el lema “Salud mental, Salud mundial: un derecho universal” fue impulsada por la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH) con el apoyo de la OMS. «La pandemia fue una especie de fractura», define, en diálogo con AUNO, la presidenta del Colegio de Psicólogos de Lomas de Zamora, Ana Cecilia Vicedo Calderoni, quien afirma que después de ese suceso hubo un crecimiento en la demanda de la atención. En esta nota, ella y las licenciadas Natalia Gimeno, María Alejandra Alesso y Mirta Stepaniuk -también autoridades del Colegio- hablan del impacto del uso de las redes, el peligro del coaching, la situación de les niñes, la deuda del Estado en torno al cumplimiento de la Ley Nacional de Salud Mental, entre otros temas.
Gimeno es tesorera del Colegio; Alesso, consejera; y Stepanwk, secretaria de actas. El objetivo de esta fecha es aumentar la conciencia de los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar los esfuerzos en su apoyo. Esto cobra importancia en el último tiempo, luego de la pandemia de Covid-19 que atravesó el mundo. Según un estudio realizado por la OMS en 2022, el aislamiento sumado al estrés, el miedo y la preocupación producto del coronavirus fue significativo para la salud mental de la población: se registró un aumento del 25 por ciento de casos de depresión y ansiedad.
-¿Hubo modificaciones en la demanda de psicólogos y/o en las problemáticas que presentan los pacientes luego de la pandemia?
Ana Cecilia Vicedo Calderoni:- Sí. Aumentó muchísimo la demanda en los consultorios privados así como en los servicios públicos de salud. También hay nuevas problemáticas. Lo que la pandemia hizo fue una especie de fractura que generó que surgieran cuestiones que quizás hasta ese momento estaban estabilizadas o no tan de manifiesto.
Natalia Gimeno:- Es interesante pensar qué de la pandemia, qué de todo lo que vivenciamos en ese tiempo de estar en casa, de no estar en la escuela los niños, de ver el noticiero constantemente, es lo que dispara ciertas cuestiones. En los niños se nota mucha agresividad, mucha impulsividad, mucha dificultad para hacer lazos entre ellos; todo es muy exasperante. Hay muchos procesos de duelo también que han quedado detenidos y hay que retomar algo de eso. La finalización de la pandemia fue encauzar nuevamente la vida y seguir, seguir, seguir en una vorágine muy grande.
María Alejandra Alesso:- Todos hacen referencia a la pandemia. Aumentaron también las demandas para orientación vocacional. Por ahí en la cotidianeidad estaba todo bastante velado y (con la pandemia) se cae el velo y empiezan a aparecer cuestiones.
-¿La exposición que tenemos a las tecnologías y redes sociales repercute en la salud mental de las personas?
A.C.V.C:- Es un fenómeno muy complejo para la subjetividad de las personas porque crea realidades. Tiene que ver con lo que implica la presencia real del otro en los vínculos. No es lo mismo encontrarse en presencia porque el cuerpo del otro hace un tope. Por redes sociales se manifiestan y se dicen cosas… quizás de frente no es lo mismo entonces eso tiene que ver con la creación de realidades que parten de las cabezas de cada una de las personas y cómo se interacciona desde ahí. Entonces lo que se da son nuevas formas vinculares. El vínculo con el otro, mirándose a los ojos, cara a cara hace un tope que no se da cuando estás desde el anonimato. Los chicos se hacen amigos, se ponen de novios con alguien que no conocen personalmente. La virtualidad posibilita que todo un imaginario se deposite en un otro que nunca viste.
N.G.:- El consumo de redes se da de distintas maneras en distintas partes del país pero me parece que plantea nuevas formas de subjetividad y de qué hacemos frente a eso. Hay muchas presentaciones clínicas de ansiedad, de lo que te consume el celular, de estar trabajando constantemente, estar conectado todo el tiempo. No terminás de cortar nunca para conectarte con lo que está afuera del dispositivo en general. Es un fenómeno que padecemos e impacta en la subjetividad.
M.A.A:- Respecto a lo que decía Cecilia de los imaginarios, muchas veces con esta cuestión de los filtros que propone Instagram y demás a veces hay una cuestión de ajenidad de la propia imagen porque por ahí la imagen que vos presentás en las redes en definitiva no es el que vos sos. El tema de las redes no es ni bueno ni malo, después está la conducta que cada uno tenga y cómo maneja la herramienta.
-¿Qué consideran que falta hacer en materia de salud mental?
Mirta Stepaniuk:- La plena implementación de la Ley de Salud Mental (promulgada en 2010 y reglamentada en 2013) es imprescindible. Es una muy buena ley pero la plena implementación sobre todo en tiempos tan críticos como la pospandemia me parece fundamental.
N.G.:- Es una ley que encuadra los derechos humanos, que se apoya en eso. Me parece que también hay una falta de transmisión de lo que la ley es. Trae cosas nuevas, modos distintos de pensar porque es un cambio de paradigma. Hay que acompañar. Es una ley que en América Latina es una novedad y tenemos que conocer e implementar.
M.S:- Me parece que es fundamental generar redes para la plena implementación. Y desde la formación, el conocimiento de la ley y desde el Estado y las políticas públicas poder implementarla con los actores sociales e institucionales necesarios para que se cumpla.
A.C.V.C:- La ley prevé la internación involuntaria y no tiene que ser autorizada por ningún familiar y esto es un gran error (la idea de que sí se necesita autorización) que se transmite todo el tiempo y que no lo dice la ley. Hay que leer la normativa, deben conocerla tanto periodistas como profesionales. Es verdad lo de la plena implementación, esto implica los recursos y el Estado actualmente destina un presupuesto muy bajo a la salud mental de la población por lo cual habría que, dentro de las políticas públicas, poder rever el presupuesto que se destina a la salud mental. El derecho universal a la salud es macro y la salud mental no es una salud distinta a la física ni a la social. La implementación de la ley es difícil primero porque no la leen y después porque los recursos destinados a implementar esa ley son muy acotados.
N.G.:- La plena implementación no quiere decir que no se esté implementando, son procesos que llevan un tiempo.
-En el último tiempo se está hablando mucho de la salud mental y con esto surgen nuevos fenómenos como el coaching…
A.C.V.C:- A eso nosotros le llamamos intrusismo profesional. Y desde el colegio se hizo una campaña durante todo el año pasado en contra del intrusismo. Además, en nuestra ley de ejercicio profesional, tenemos la obligación de ir contra él. No solo contra el intrusismo de otros que se apropian de nuestras incumbencias profesionales reglamentadas sino también controlar que el ejercicio sea con la matrícula al día y como corresponde porque eso también nos da un control de cómo va a ser nuestra influencia en la población. Tenemos una obligación como colegio en relación a nuestros colegas pero también tenemos una obligación con la sociedad y con los usuarios y usuarias de la salud mental. Para la sociedad es muy difícil reconocer cuando se está pisando una incumbencia nuestra. Los coach, los mal llamados psicólogos sociales porque la psicología social es una especialidad de nuestra carrera de grado, no es una carrera per se… Es un terciario que se inventó pero no tiene la base de una carrera de grado entonces nosotros venimos peleando y luchando con los proyectos de colegiación que ellos presentan, que pisan nuestra incumbencias, pero además (ellos) no tienen la formación para hacer eso. Podrían llamarse operadores comunitarios, operadores sociales, agentes de transformación social, cualquier cosa pero no psicólogos. Es como si en medicina alguien dijera que es dermatólogo pero no es médico y eso no está en la sociedad tan naturalizado como en otras profesiones. Para nosotros ése es un trabajo.
María Alejandra Alesso:- Es un gran problema; es un riesgo para la salud. Además esa cosa del voluntarismo (dentro del coaching), de que «si lo pensás (sucede)», crea mucha frustración.
A.C.V.C.:- Nosotros tenemos mucha consulta que surge de ahí, de lo que sucede en esos otros espacios y el efecto que eso tiene en la salud mental de la gente y nosotros tener que remontar esa situaciones, después de que (los pacientes) pasan por determinados lugares con gente que no está debidamente capacitada y legalmente habilitada para el ejercicio.
M.A.A:- Legalmente es complicado, he conocido colegas que han denunciado coachs y demás y perdieron el juicio porque tienen todas las letras armadas.
-Ante un triunfo de la ultraderecha, ¿corre riesgos la salud pública?
A.C.V.C.:- Nosotros trabajamos en un distrito en donde las instituciones públicas son necesarias, no habría nada privado que podría absorber lo que en este momento están absorbiendo las instituciones públicas. Tenemos usuarios que vienen a nuestros consultorios pero las instituciones públicas y las salitas no tienen turnos. Tenemos seis hospitales y mucha atención pública que sabemos que está atiborrada, así que (hacer recortes en el ámbito público) no es algo del orden de la realidad fáctica. Hoy es una fantasía que sería imposible. Quien conoce el territorio, quien conoce a las personas, quien está en la calle sabe que eso no es posible.
N.G.:- Más allá de los discursos políticos me parece que el sistema de salud tiene sus particularidades y sus cosas a seguir trabajando para mejorar.
–¿Cuál es la importancia de ocuparse de la salud mental?
M.S.:- Ocuparse de la salud mental tiene que ver con el bienestar personal y colectivo, más en estos tiempos. La salud mental desde una mirada no solamente usuario-individual sino también comunitaria. Nuestra función tiene esa mirada. Es fundamental para vivir más plenamente. El ejercicio profesional tiene que ser un rol de prevención, acción comunitaria en el bienestar general de la salud. La salud mental tiene que ver con la salud en general.
A.C.V.C:- En el ejercicio de la profesión tenemos tres patas que tienen que ver con la formación y capacitación, la supervisión y nuestros propios análisis y tratamientos. Sin eso tampoco podemos cuidar la salud mental de los otros. En principio tenemos que poder cuidar la salud nuestra y a partir de eso la de los usuarios. De hecho, en la pandemia, la realidad nos atravesaba a todos por igual entonces en ese punto todos estábamos encerrados, a todos nos pasaban cosas muy parecidas, entonces también ahí había que equilibrar con estas tres patas para poder salir a cumplir con nuestro rol particular.
AUNO-10-10-2023
SG-MDY