Denuncian el vuelco de residuos en Santa Catalina y piden que se la declare “área protegida”

Una agrupación presentó un informe a funcionarios bonaerenses en el que da cuenta de camiones que arrojan residuos en el predio. Para frenar esas tareas piden que se lo declare como reserva natural. La presentación se basa también en la urgencia de detener la instalación de una planta de residuos y erradicar los basurales clandestinos a cielo abierto. La denuncia se hizo extensiva a la Municipalidad local por negar la existencia de focos de contaminación.

La agrupación “Naturaleza por el futuro”, dirigida por docentes de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) que defienden la reserva histórica Santa Catalina, presentaron un informe a la Dirección de Residuos bonaerense en el que denunciaron que en el predio hay basura de camiones que tendrían “el permiso de la Universidad de La Plata (UNLP) para arrojar desechos”.

El objetivo de la denuncia es lograr que el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, declare por decreto al área como reserva natural y restrinja su uso para otros fines. Los miembros de la agrupación pretenden que la decisión llegue con mayor rapidez que el reconocimiento por parte de la Legislatura, ya que el proyecto de designar a Santa Catalina como espacio protegido recién se encuentra a la espera de ser tratado en la Cámara de Senadores bonaerense.

La ley provincial 10.907 prevé en su tercer artículo la intervención del Ejecutivo frente a una situación de urgencia de protección de un área natural y el retraso de su correspondiente declaración por vía parlamentaria: “No hablamos de un decreto de necesidad y urgencia sino de una medida cautelar para que no se produzcan más impactos negativos en el lugar”, aclaró a AUNO el agrónomo y miembro de la organización denunciante Alberto de Magistris.

No obstante esta acción ante los funcionarios bonaerenses, el ingeniero manifestó su desconfianza hacia la labor de la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Romina Picolotti, porque “ella y todos los funcionarios de esa cartera no están bien informados de lo que es Santa Catalina, lo que les llevó a avalar el proyecto de instalación de una planta de tratamiento de residuos” en un acto público con el intendente de Lomas de Zamora, Jorge Rossi, en junio pasado.

Por otro lado, la agrupación recorrió el predio con el senador provincial Guillermo Pérez con el fin de dar cuenta de que el material presentado a la cartera ambiental bonaerense, del que ya dispone la Legislatura provincial, es “fidedigna” porque “es la única forma en la que se puede conseguir apoyo del Senado”.

La agrupación denunció a esta agencia que en ese recorrido fue agredido verbalmente por “un empleado de la UNLP”, que no los dejó ingresar a la zona del tambo por la entrada de Juan XXIII “por donde sí habilita a los transportes de residuos a entrar al predio”, aseguró.

El informe presentado registró el ingreso de camiones de “las empresas prestatarias Covelia y Martín & Martín” que arrojaban residuos, además de haber detectado a otros vehículos sin identificación. Esta agencia tuvo acceso al material fotográfico que revela cómo camiones desechan barros tóxicos, entre otros residuos, que la agrupación presentó al director de Residuos bonaerense, Oscar Taborda.

Al parecer, estos documentos contradicen lo que sostuvo el secretario de Gestión Ambiental e Higiene Urbana de Lomas de Zamora, Héctor Corrado, quien en una entrevista con AUNO en junio pasado presentó fotos de un recorrido que su secretaría había realizado ese mes en las que no se registraba ninguna clase de basural a cielo abierto.

“Nos están tratando de tontos en la cara”, criticó el especialista en derecho ambiental y miembro de “Naturaleza por el futuro”, Julio César Medina, en referencia a los depósitos de basura que él asegura que están ubicados en la zona del tambo, donde se está rellenando el territorio, y a los camiones que arrojan desechos en la zona aledaña a la laguna.

Algunos de los contaminantes que se muestran en los documentos de la organización son “barros tóxicos, distintos tipos de desperdicios, bolsas de basura urbana y tóxica como masilla epoxi y hasta muebles”.

Desde su óptica, el ingreso de basura de cualquier tipo a un predio con “alta biodiversidad” como Santa Catalina se contrapone a lo que el artículo 41 de la Constitución Nacional determina, ya que actúa contra el derecho de todos los habitantes del suelo argentino de vivir en un ambiente sano a partir de la preservación del patrimonio natural.

Además, la zona se encuentra cercana a población cuya salud puede ser perjudicada por los residuos, a lo cual debe sumarse “los 40 mil docentes y alumnos de la UNLZ que asisten diariamente a clases” ya que en esta parte de la reserva se ubica el complejo de facultades de esa institución.

Notas relacionadas:
** Los antecedentes, basura desde 1980*
** Presente y futuro de la contaminación*

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