Cordera cantó tangos en la cárcel de Ezeiza

El ex líder de la Bersuit estuvo acompañado por la orquesta nacional Juan de Dios Filiberto compuesta por poco más de cuarenta músicos. La visita formó parte del programa nacional arte en las cárceles. Cordera, luego del recital, habló con AUNO.

El cantante Gustavo Cordera, ex líder del grupo Bersuit Vergarabat, fue invitado por la orquesta nacional Juan de Dios Filiberto para llevarle música a los detenidos en el penal de Ezeiza, quienes no sólo escucharon el repertorio tanguero de los músicos sino que, además, aportaron al show con una banda soporte que hizo percusión.

“Las cárceles son un fusible de una sociedad que no funciona. Normalmente ellos (los detenidos) son seres sensibles que no pueden resistir la violencia del sistema, reaccionan de muchas formas, y los tenemos ahora acá encerrados”, afirmó Cordera en diálogo con AUNO, antes de ofrecer un recital a los detenidos en la cárcel de Ezeiza.

El ex líder de la Bersuit fue invitado especial de una de las orquestas nacionales, la Juan de Dios Filiberto, que hace música popular.

Por ello, y con una formación de 43 músicos, Cordera entonó tango en la prisión, el viernes cerca del mediodía.

“Venimos con la orquesta a regalar la música, que es compartir un espacio de libertad. Todos juntos: ellos y nosotros”, explicó el cantante.

Y si bien esta era la primera vez que el rockero participaba del programa Arte en las Cárceles (coordinado entre el Ministerio de Justicia y la Secretaría de Cultura de la Nación), la Filiberto ya se sumó al proyecto hace tiempo.

Y, aún así, el director Oscar D’Elía se muestra con una renovada emoción y garantiza que es un placer y una obligación que están dispuestos a repetir las veces que sean necesarias.

“Estamos cumpliendo con una obligación: La orquesta se debe a todos los ciudadanos argentinos. Y se debe a nuestros hermanos, también, que están pasando momentos malos, acá, detenidos”, explicó el pianista y director de la Filiberto.

Doce violínes, doce vientos, cuatro cellos, cuatro violas, tres fueyes, dos contrabajos, una guitarra, una percusión, un piano. Más una estrella del rock. Todos, en un gimnasio.

Esa fue, entonces, la propuesta para un grupo de internos que cumplen su primera condena y a los que intentan recuperar de su adicción a las drogas.

Por ser una cárcel federal, la mayoría de los detenidos allí cometieron delitos vinculados al narcotráfico, secuestros y robos. En el recital que dio Cordera junto a orquesta en el gimnasio estuvieron presentes parte del pabellón femenino destinado a extranjeras y más de 80 varones de distintos pabellones, que también participaron con su propia “banda soporte”.

Hugo Tabaré Ferreira es profesor de música en la cárcel de Ezeiza. Está allí desde marzo y le da clases a unos treinta presos que promedian los 23 años. La mayoría de ellos no había tenido nunca un instrumento en sus manos. Pero, con “muy buena disposición y colaboración” (tales palabras del profesor) pudieron aprender.

En el recital que dieron Cordera y la orquesta, trece de ellos fueron banda soporte. Hicieron murga con instrumentos de percusión y dejaron, así, el escenario caliente.

Emocionado, Tabaré Ferreira destacó a Sala de Prensa que ninguno de ellos había hecho algo parecido antes. “Sólo uno de ellos sabía música, pero salió libre”, dijo.

AUNO 11-09-10
CD-HRC

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