Lomas de Zamora, abril 20 (AUNO) – Ojos vidriosos, mirada perdida, con oídos atentos, pero casi sin respuestas, Elizabeth hace silencio cuando admite que la comida de la escuela primaria N°59 del barrio Villa Independencia de Lomas de Zamora no alcanza para todos sus alumnos. Algunos de los chicos comen solamente en la escuela y esperan ansiosos que esa institución educativa a la que todos los días llegan con ilusión, sin importar el tiempo o cualquier circunstancia, les devuelva un poco de esperanza.
“La escuela siempre ha sido, es y será lo que somos como sociedad, el lugar que recibe todos los problemas sociales y el único espacio donde se contiene al chico”, manifestó Elizabeth, quien contenía las lágrimas y tragaba saliva al contar que para ella es “muy difícil decidir quién come y quién no” cuando la comida no alcanza para todos.
La directora de la escuela N°59 reclamó que este año tiene “menos cupos que el anterior” y recalca que es una “situación normal” que la institución deba racionar la comida en porciones más pequeñas para que todos los chicos puedan comer.
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Su escuela recibe 290 cupos del Servicio Alimentario Escolar (SAE), que es otorgado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, su matrícula es de 420 chicos y cada uno de ellos tiene el derecho de ser beneficiario de ese servicio, cosa que lamentablemente no se cumple.
La falta de cupos del SAE es una constante en muchas escuelas de Lomas de Zamora y la responsabilidad de esta problemática oscila entre el gobierno de la provincia de Buenos Aires, encargado de la financiación y del control de la ejecución del presupuesto; el Consejo Escolar lomense, encargado de llevar orden y conteo de los cupos y el municipio de Lomas de Zamora, quien garantiza el funcionamiento del servicio, la distribución de los alimentos y de recibir de las escuelas el número de beneficiarios del SAE, según detalla el acta de acuerdo.
Qué es el SAE
El Servicio Alimentario Escolar es un programa de comedor que reciben las escuelas bonaerenses para “garantizar una cobertura nutricional uniforme” que llegue hasta a “los más vulnerables” y que fue desarrollado para “mejorar la aptitud para el aprendizaje y las condiciones de salud de la población escolar”, según indican en el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires.
Su historia nace en 2003, cuando en ese entonces, el gobierno de Felipe Solá decretó un plan de mejoramiento de los comedores escolares con la creación del programa SAE, que era administrado por los Consejos Escolares. A finales de noviembre de 2016, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, presentó un nuevo plan de mejoras para el SAE.
Entre bombos y platillos, la premisa de la administración provincial fue la de aumentar un 30 por ciento el presupuesto destinado al menú que recibían en ese momento los chicos de las escuelas públicas bonaerenses, con una inversión de 300 millones de pesos.
En 2017 Vidal firmó un acta de acuerdo en la cual municipalizó el funcionamiento del servicio en 12 distritos y le dio la potestad al estado provincial de asignarle los cupos a las escuelas y de establecer un nuevo presupuesto por alumno. La prueba piloto comenzó a regir en el 2017 en: Almirante Brown, Escobar, Florencio Varela, Hurlingham, Junín, Lanús, Morón, Pinamar, San Fernando, San Isidro, Tres de Febrero y Vicente López. Ya en 2018 se sumaron: Campana, Ezeiza, José C. Paz, La Plata, Pilar, Quilmes y Lomas de Zamora.
Las respuestas de los funcionarios
Frente al problema de falta de cupos, el subsecretario de Educación de Lomas de Zamora, Emanuel Pi Dote, alegó que el gobierno provincial tiene en cuenta un “porcentaje de presentismo” de los chicos que asisten todos los días a clase, pero también asintió con la cabeza al reconocer que es imposible que la media faltante sea de 130 alumnos en un caso como es el de la escuela primaria N°59.
“Lo que otorga Provincia como cupos es el 40 por ciento de la matrícula”, señaló Pi Dote, quien considera que esa brecha que existe entre cupos y matrícula escolar es “la gran discusión” que hay en todos los municipios bonaerenses y que forma parte de una relación matemática que “se debe modificar”.
Según el último censo sobre la matrícula educativa de la provincia son 83.944 los alumnos que deberían recibir el SAE, pero sólo 50.366 lo reciben realmente si se tiene en cuenta que el faltante de cupos es de 40 por ciento, según informó el subsecretario de Educación lomense.
Quien administra el SAE en toda la provincia es el concejal lomense Gabriel Mércuri a través de su función como subsecretario de Fortalecimiento Familiar y Comunitario, perteneciente al ministerio provincial de Desarrollo Social, dirigido por Santiago López Medrano.
Ante la pregunta obvia de por qué faltan cupos, Mércuri argumentó que es el Consejo Escolar de Lomas de Zamora quien debe establecer la matrícula y recibir los pedidos de cupos necesarios para abastecer de alimentos a todos los alumnos de cada escuela. El funcionario de Cambiemos culpó al Consejo Escolar de que “no hacen bien los cálculos” y lo responsabiliza de que haya escuelas en las que
“faltan cupos y otras a las que les sobran”.
“Culpan a la provincia, pero tienen que ir escuela por escuela para saber el número exacto. El número es global y no específico. Si fueran por los gremios faltan 55.000 cupos y la comida de los pibes para nosotros es sagrada”, se justificó Mércuri.
Sin gas no puede cocinarse
Luego de la tragedia de la escuela de Moreno, en la que dos auxiliares murieron a causa de una explosión provocada por una pérdida de gas, el municipio lomense, el gobierno provincial y la empresa prestadora del servicio decidieron verificar las instalaciones de todas las escuelas de Lomas. El resultado fue que 27 de ellas presentaron problemas y, por lo tanto, les cortaron el gas.
Junto con los problemas de gas están los del programa de comedor, ya que las escuelas no cuentan con este servicio para poder cocinarles a los chicos el menú establecido por la nutricionista que empleó el municipio y que, al mismo tiempo, está controlado por profesionales contratados por la cartera de Desarrollo Social de la provincia.
Menú del SAE elaborado por la nutricionista del municipio controlado por especialistas que son contratados por el gobierno bonaerense. A pesar del miedo a represalias que existe en directores y auxiliares por hablar del SAE, algunos se animan a contar en off los problemas que tienen las instituciones educativas.
“La escuela tiene varios problemas: hace tres meses nos cortaron el gas, porque tenía perdida. Hace muchos años que no invierten plata en las escuelas y eso quedó demostrado con lo de Moreno. Nos prometieron que iban a venir a arreglar el problema, y no vinieron más”, se quejó María de los Ángeles, auxiliar de la escuela N°18 de Villa Albertina.
La auxiliar aseguró que la mayoría de los chicos que asisten a la escuela “vienen de barrios muy humildes y necesitan comer” y algunos de ellos también “guardan la comida para llevar a sus familias” porque comen “sólo en la escuela”.
A pesar de que muchos chicos se alimentan solamente en las instituciones escolares, la auxiliar reclamó que apenas “mandan sándwiches de miga para 300 chicos” cuando la matrícula de la institución en donde trabaja es de 500 alumnos.
Mónica, que es auxiliar del jardín de infantes N° 938 de Villa Fiorito, manifestó también que el SAE “sólo trae sándwiches” que forman parte de la “merienda reforzada” que ofrece el municipio, porque en su escuela “no se puede hacer nada más” si no hay gas. A pesar de que el jardín cuente con la merienda reforzada, la auxiliar reprochó que lo que entregan desde provincia “no alcanza porque siempre traen menos cantidad” en relación con la matrícula y lamentó que ella y sus compañeras deban “hacer malvares para que alcancen esos sándwiches chiquitos”.
El menú de emergencia está lejos de cumplir con los valores nutricionales necesarios para el desarrollo de los chicos, porque sólo se les ofrecen medias porciones de sándwiches de miga, panes con queso y tomate y dos días a la semana medallones de pollo o pizzetas.
Ana Laura, quien es la directora del Centro de Educación Complementaria N°805 de Villa Fiorito, afirmó que le pidió al municipio más “variedad de comida para que no fueran solo sándwiches”. También detalló que “a veces el fiambre no era de calidad”, pero luego de hacer varios reclamos al municipio la comida llegó “un poco mejor”.
“Este es un menú por problemas de infraestructura, es alternativo. Si no, nos traían un menú de verano y otro de invierno”, expresó Ana Laura. Sin embargo, la directora destacó que cuando el menú del SAE se cumplía, las porciones de carne que los proveedores del servicio le traían “tampoco alcanzaban” para los 350 alumnos que asisten a su institución.
Por otro lado, el mal estado de conservación de algunos de los alimentos que los proveedores entregan a las escuelas también forma parte de la preocupación y de los reclamos que los trabajadores de las instituciones educativas realizan constantemente al Consejo Escolar. Una de las auxiliares de la escuela N°67 reprochó que los proveedores le entregan comida que ellos dicen que es “fruta de estación”, pero después le llevan “mandarinas llenas de gusanos”.
De quién es la culpa
El concejal de Lomas de Zamora por el Frente Renovador Ramiro Trezza sostuvo que “claramente la educación corresponde al gobierno provincial y no al municipal” aunque advirtió que el municipio debe “ser más autónomo” para poder “reorganizar la educación”.
“El problema de los cupos del SAE es que hay una burocracia, un gobierno de escritorio. Cuando tienen a alguien que no ve la realidad es fácil poner un número que no representa el día a día. Ahí comienza la reducción”, consideró Trezza, quien afirmó que hay establecimientos que “reciben solo el 50% de lo que le corresponde”.
Por su parte, el secretario general de Suteba Lomas de Zamora, Javier Perín, considera que el SAE está “cada vez peor”, además reclama un faltante 36 mil cupos, los cuales representan el 40 por ciento de la matrícula total que tiene el municipio lomense.
Perín protesta que “no se puede comer con 14 pesos con 57 centavos”, que es el precio obtenido si se tiene en cuenta que el Gobierno de la provincia de Buenos Aires invierte 24 pesos con 28 centavos por alumno y a ese monto se le resta el 40 por ciento que el gremialista considera que es la cantidad de cupos faltantes.
El gremialista destacó que el importe del servicio de comedor invertido por alumno en el Ciudad de Buenos Aires “es el triple” comparado a lo que implementado en el territorio bonaerense. Con respecto los valores nutricionales de la comida servida en la provincia, Perín reclamó que “*no hay cantidad ni calidad en el SAE*, por eso necesitamos que la Provincia garantice la totalidad de los cupos y de un aumento significativo a su valor”.
Parado en la otra vereda de las medidas económicas y políticas que toma el Gobierno Nacional, Perín reconoció cierta mejoría en el servicio alimentario su municipalización y distinguió el trabajo que viene llevando a cabo el gobierno municipal.
“El resultado de todas estas políticas es la condición indigna en la que se vive. A partir del 2018, el Municipio se hizo cargo de la administración de los recursos y hubo una mejoría en el servicio. Hicimos un recorrido a principios de años, y los compañeros nos decían que, con la municipalización, la calidad del servicio mejoró”, aseguró el líder de SUTEBA Lomas de Zamora.
En respuesta a Perín, el concejal lomense Gabriel Mércuri señaló que “es un error” comparar a los municipios de la provincia con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y afirmó que esto sucede cuando se cotejan los valores de los servicios alimentarios y “olvidan que en CABA hay auxiliares, no se cocina en las escuelas, ni se dan viandas”. Además, Mércuri replicó que los gremios “no tienen forma de demostrar” la falta de cupos en las escuelas.