Vecinos de Banfield se manifestarán en la Municipalidad de Lomas de Zamora durante la apertura de sesiones del Concejo Deliberante, en el marco del plan de lucha contra la demolición del “Castillo” de Larroque y Croce, un palacete centenario que en 2023 había sido prometido a la comunidad como «Centro Cultural y Espacio Verde».
La cita puede leerse como una continuación de la primera jornada autoconvocada, que tuvo lugar en las inmediaciones del inmueble el pasado 1 de marzo y reunió las inquietudes de vecinos y referentes locales. Allí se decidieron acciones como la intervención artística de las vallas que rodean al edificio, y también la próxima movilización para solicitar respuesta por parte de las autoridades municipales.
¿Qué pasó con el Castillo de Banfield?
Las primeras sospechas del desmantelamiento surgieron el 24 de febrero, cuando vecinos oyeron ruidos de obra y vieron camionetas retirando partes de la cópula del edificio, lo que desató alarma en el barrio, y múltiples denuncias en redes sociales, a través de grupos como «Vecinos de Banfield», de las cuales se hicieron eco desde dirigentes opositores, hasta asociaciones que protegen el patrimonio histórico vecinal.
Días después, el castillo amaneció rodeado de vallas, junto a un cartel que confirmó la noticia de la demolición, lo que generó una oleada de reclamos y la primera e improvisada reunión vecinal. “Pido, como todos los vecinos, que por favor, esto no lo destruyan, que podamos el día de mañana, disfrutarlo”, señaló a AUNO Claudia, una vecina autoconvocada, durante la jornada del sábado.


Y es que la casona con más de un siglo de historia es concebida como un verdadero tesoro vecinal, y la lucha contra su deterioro ha sido por muchos años una causa compartida por residentes de la zona, por lo cual, la promesa de restauración había llenado de ilusión al barrio.
El plan principal era convertirlo en centro cultural con clases abiertas de yoga, folklore, piano, violín. Sin embargo, el destino parece ser más sombrío e incierto, y esta imponente casona podría pasar a integrar una larga lista de edificios históricos que, poco a poco, se pierden en el barrio. A medida que caen estos iconos arquitectónicos, los vecinos batallan por preservar la identidad de la comunidad.
“Me encantaría que esto no sea una demolición más, nosotros lo que queremos es que se restaure”, expresó Mónica, abogada banfileña y vecina de la casona, en la primera convocatoria, y agregó: “Ya perdimos Les Bruyenes. Un barrio sin historia, es un barrio sin alma”.
Historia y polémica de un emblema banfileño
El palacete ubicado en Larroque y Carlos Croce, que alguna vez fue el centro de distintas historias en Banfield, comenzó a ser habitado en 1906 por un hombre de apellido Pando. Tras su muerte, su esposa lo donó y con el tiempo, el edificio pasó a ser sede de instituciones como La Casa del Niño, un petit hotel, sede de la Cruz Roja, y hasta un bar nocturno sin éxito.
En diálogo con AUNO, Olga, vecina del castillo, recordó con nostalgia que en los años 60, cuando funcionó como hogar de niños, invitaba a sus compañeros de escuela, niños del hogar, a compartir “una chocolatada y hacer los deberes».
El último propietario de la casona centenaria fue Quique Safatle, quien, ante la imposibilidad de seguir manteniéndolo, entregó la propiedad al municipio, bajo la promesa de que se transformaría en un centro cultural.
Si bien en 2023 AUNO verificó que la existencia de un relevamiento realizado por una empresa de restauración que señalaba que la propiedad poseía «buenas condiciones estructurales», cierta parte de los vecinos avala la demolición ya que consideran que el edificio corre riesgo de derrumbe y que, en los últimos meses, era una fuente de inseguridad y delincuencia.
5-3-2025
LAS-MEM