Caso Arruga: 9 años que duelen

A nueve años de la desaparición y asesinato de Luciano Arruga, familiares y amigos realizaron asambleas junto a familias de víctimas de gatillo fácil, desapariciones forzadas y causas armadas. Se debatió sobre cómo actuar ante la “represión estatal” y cómo pensar la niñez y adolescencia en los barrios.

Fernanda Cartolano

Lomas de Zamora, enero 28 (AUNO).- Familiares y amigos de Luciano Arruga, el adolescente desaparecido y asesinado en Lomas del Mirador en 2009, realizaron una jornada con diferentes actividades culturales y asambleas abiertas, en la que la madre del joven, Mónica Alegre, sostuvo que “hay que ser inteligentes, porque para hacerle frente al Estado, no hay que ir a atropellar porque nos pisotea”.

La madre de Arruga también reflexionó sobre cómo hacerle frente a la represión estatal y aseguró que, en la plaza Luciano Arruga, dónde se desarrolló la actividad, “ya se está haciendo justicia”.

La jornada tuvo dos ejes fundamentales que consistieron en cómo hacerle frente la represión del Estado y cómo trabajar con la niñez y adolescencia en los barrios.

Las actividades se hicieron en la plaza ubicada en la esquina de Perú y Pringles, que veía siempre a Luciano hasta su desaparición en 2009 en la localidad matancera de Lomas del Mirador. Allí estuvieron más de 40 familias que sufrieron la violencia por parte de las fuerzas de seguridad y de la justicia.

En asambleas, las familias y amistades de víctimas que sufrieron algún tipo de violencia por parte del Estado contaron sus experiencias de dolor en una inmensa ronda, entre mates y una radio abierta que difundía todos esos testimonios.

El padre y el primo de Rafael Nahuel, Alejandro y Pablo, formaron parte de la jornada, en medio de un momento de intenso dolor, y manifestaron con mucha timidez su agradecimiento: “Para nosotros todo esto es muy reciente, a veces no sabemos cómo responder ante la prensa y las cámaras, qué decir o cómo contar lo para nosotros se siente”, afirmó Pablo a AUNO.

Habían llegado por la mañana a representar a la familia, a levantar la bandera con el rostro de Rafael y a aprender de otras familias que atraviesan la misma situación.

El hermano de Santiago Maldonado, Sergio, habló sobre lo importante que es escuchar las experiencias de lucha y expresó que no dejaba de pensar en Luciano, que “hoy tendría 25 años y que, con tan sólo 16, se plantó ante una situación que para él ya no iba más”. De este modo, aludió a que el adolescente “se había negado a seguir el juego a los policías”, explicó a este medio, lo que muchas veces no es contado cuando se habla del caso.

Agregó en asamblea que “a veces la Justicia está toda rota y es lo que nos toca vivir, por eso hay que unirse y acompañarse”.

“Y dale alegría, alegría a mi corazón/ la sangre de los caídos se rebeló (…)”.

El espíritu militante de la plaza estaba conmovido. Después de haber escuchado a madres con tanto dolor, el llanto en el rostro de la madre de Luciano contagiaba emoción. Ella se abrazó con Sergio, un recuerdo que quedará en la memoria de muchos de los participantes.

Mónica Alegre tomó la posta del micrófono como última oradora de la asamblea; lo primero que hizo fue respirar profundo al mirar a todas las personas presentes en esa inmensa ronda. “Perdonen, pero lo de Sergio me llegó. Yo fui una persona que a Santiago lo buscó. Lo busqué con el pensamiento, lo busqué con el corazón”, expresó Mónica.

En este marco de debate, Mónica no dejó de sostener que “hay que ser inteligentes” y que hay que “ocupar los lugares” porque en la plaza Luciano Arruga, donde se desarrolló la actividad, “ya se está haciendo justicia”.

También afirmó que “hay que unificar causas” y les enfatizó que cuando todos den cuenta de eso, “muchas cosas van a cambiar”.

La madre de Luciano no dejó de emocionarse al decir que después de nueve años y a medida que más pasa el tiempo, más extraña a su hijo.

La causa todavía impune

Luciano Nahuel Arruga fue desaparecido el 31 de enero de 2009 en el barrio 12 de Octubre de Lomas del Mirador. Cinco años después, el 17 de octubre de 2014, fue hallado como NN en el cementerio de la Chacarita, después de una intensa búsqueda de familiares y amigos, a la que dio su aporte el Equipo Argentino de Antropología Forense.

Durante septiembre de 2008 el adolescente había sido hostigado para robar para la Policía Bonaerense. Ante reiteradas negativas, lo detuvieron en el Destacamento de Lomas del Mirador, sobre la calle Indart, que no estaba habilitado para tener detenidos en el lugar, por lo que lo retuvieron en la cocina.

Su hermana, Vanesa Orieta, lo había escuchado gritar y pedir que dejen de pegarle cuando había ido a buscarlo.

Sobre la noche de la desaparición de Luciano, dos testigos aseguraron que un chico de campera blanca fue golpeado y llevado en un patrullero. Las pericias confirmaron que había estado en la comisaría 8va. de Lomas del Mirador hasta que se lo llevaron en el vehículo policial. Arruga fue atropellado a las 3:21 de esa noche, en la avenida General Paz y Mosconi, cerca del Destacamento.

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