Los trabajadores de la fábrica Canale de Llavallol recibieron los telegramas de despido. Iniciaron un acampe pacifico en la puerta de la fábrica para custodiar las máquinas, por temor a un vaciamiento por parte de los dueños.
En la fábrica trabajan 86 obreros, muchos de ellos con más de 20 años de antigüedad. “Queremos seguir trabajando”, reclamaron.
Desde hace varios meses la producción de la fábrica metalúrgica se encuentra frenada por la falta de materiales. Mientras tanto, los empleados intentaron recaudar fondos para poder mantener a sus familias porque no cobraban sus sueldos en tiempo y forma.
En 2017, Canale había atravesado una situación similar. Estuvo a punto de cerrar, pero la situación se normalizó después de varios meses.