El proceso de identificación de los soldados argentinos sepultados como NN en el cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas, permitió confirmar las denuncias de organizaciones de ex combatientes por inconsistencias. “La búsqueda de Memoria y Verdad ha sido dañada”, denunció el ex combatiente y secretario de Derechos Humanos del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (Cecim) La Plata, Ernesto Alonso, en diálogo con AUNO.
Tras los cambios efectuados en 2004 por la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, varias tumbas anónimas aparecieron identificadas. Tal es el caso de la lápida que reza: “Héctor Walter Aguirre- Mario Ramón Luna-Julio Ricardo Sánchez-Luis Guillermo Sevilla”. Sin embargo, según indicó Alonso, los registros originales señalan que “en esa fosa fueron sepultados como NN cuatro cuerpos procedentes de Monte Kent”, lo que concuerda con Sánchez, pero no con Aguirre, Luna y Sevilla, quienes murieron en Darwin.
Alonso denunció que hubo “desmanejo y falta de control por parte del Estado en lo que se hizo a partir del nuevo cementerio por parte de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas”.
Ante esta situación, las familias aportaron su ADN para que fuera cotejado con los restos exhumados, en el marco del Plan Proyecto Humanitario Malvinas (PPHM).
Derecho a la identidad y a la verdad
A fines de 2016, diplomáticos de la Argentina y el Reino Unido convinieron en otorgar al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) la tarea de identificar a los soldados argentinos caídos durante el conflicto bélico y sepultados como NN en 123 de las 234 tumbas del cementerio de Darwin. El acuerdo, al que se llegó el 9 de noviembre de 2016 en Ginebra, partió de la iniciativa del Cecim, que en 2011, junto con un grupo de familiares, presentó un recurso de amparo ante la Justicia para solicitar el reconocimiento del “derecho a la identidad y a la verdad” y que se exigiera al Poder Ejecutivo que arbitren todos los medios necesarios para llevar adelante el proceso de identificación de los cuerpos.
Al cumplirse 30 años del inicio de la guerra, el 2 de abril de 2012, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, elevó el reclamo a la Cruz Roja, en el marco del derecho internacional humanitario. En noviembre de ese año, el juez federal Julián Ercolini declaró admisible el pedido.
A partir de 2013, la Cruz Roja y Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) comenzaron a delinear protocolos de acción. En 2017 comenzaron las tareas de identificación en Darwin, que se extendieron desde el 20 de junio hasta el 7 de agosto. Un equipo de catorce especialistas forenses de Argentina, Australia, Chile, España, México y Reino Unido exhumó, analizó, obtuvo muestras y documentó los restos enterrados en tumbas marcadas con la leyenda “Soldado argentino solo conocido por Dios”. Más de 90 familias dieron su consentimiento y de voluntad propia aportaron muestras de ADN para que ser cotejadas con los restos de los caídos.
“Tras un cuidadoso análisis llevado a cabo en una morgue equipada con alta tecnología, instalada provisoriamente en el lugar, cada uno de los cuerpos exhumados fue colocado en un nuevo féretro y sepultado en su tumba original el mismo día de su exhumación”, indicó la CICR en un comunicado del 1 de diciembre de 2017.
“El análisis genético de las muestras y el cotejo con las muestras de referencia de los familiares se realizaron en el laboratorio forense del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), ubicado en la ciudad de Córdoba, Argentina. En paralelo, otros dos laboratorios en Reino Unido y España se encargaron del control y el aseguramiento de la calidad del análisis de ADN”, apuntó la Cruz Roja.
El 10 de agosto pasado, la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación informó la identificación de Sevilla y Aguirre, y el 12 de octubre la de Luna. Entonces, ¿quiénes están sepultados bajo la placa que lleva su nombre?
“El Estado es responsable, porque sigue manteniendo como interlocutores válidos a esta gente”, dijo Alonso, quien también es miembro de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM). Para el ex combatiente, “no hay ninguna posibilidad de seguir avanzando en los casos que dieron negativo si no se exhuman todas las tumbas”.
Ya son 105 los soldados identificados
Este lunes, la Secretaría de Derechos Humanos confirmó la identificación del soldado 105, Claudio Alfredo Bastida, del partido bonaerense de San Martín. Bastida, quien al momento de la Guerra de Malvinas tenía 19 años, “ingresó en el servicio militar en el Regimiento de Patricios y fue destinado a las Islas Malvinas, donde falleció el 12 de junio de 1982, durante el combate de Monte Longdon”, según indicó el comunicado oficial.
El 16 de noviembre, la Secretaría comunicó la identificación del soldado argentino 103, Víctor Rodríguez, de Lomas de Zamora, quien realizaba el servicio militar obligatorio en el Regimiento 7 de Infantería de La Plata y en las Islas fue asignado a la compañía C.
Gustavo Pirich, presidente de la Asociación Combatientes de Malvinas por los Derechos Humanos, conoció a Rodríguez al ingresar al servicio militar obligatorio en 1981. “Yo estaba en el Casino de Oficiales como mozo y él estaba en el subcasino de Oficiales como mozo”, dijo Pirich en diálogo con AUNO. “Estábamos siempre en contacto”, aseguró el ex soldado conscripto, tras recordar la espera, en compañía de sus padres, de “la costera criolla que iba a La Plata” y el viaje hasta el Regimiento.
“Siempre quedamos en vernos fuera de la Colimba (corre, limpia, barre) pero nunca lo pudimos concretar. Decíamos que lo íbamos a hacer cuando termináramos, pero eso no fue posible, porque lo interrumpió la guerra”, relató Pirich. En las Islas, los dos lomenses se separaron. Rodríguez, “falleció el 10 de junio de 1982 en Monte Longdon”, según informó la Secretaría.
Finalizado el conflicto bélico, Pirich fue llevado a Campo de Mayo. Allí escuchó que “Rodríguez había vuelto vivo” y cuando le preguntaron por el joven conscripto no dudó en repetir lo que había oído. En ese momento no reparó que conocía a dos Rodríguez: Víctor y otro soldado cuyo nombre no recuerda. Fue años más tarde, cuando se encontró con “el otro Rodríguez”, que entendió: “Víctor había quedado en Malvinas”. “Sin querer, había mandado a la familia a buscar a alguien que había muerto”, afirmó Pirich a 36 años de la Guerra.
AUNO-28-11-18
GN-SAM