Laura Castellucci, que integra la asociación civil que lleva adelante junto a sus padres, su hermano y amigos del joven, convocó a su generación a “darse cuenta” de que lo que le pasó a su hermano Martín “no es normal” y a ejercer el derecho de los adolescentes a “no ser agredidos psicológica, ni físicamente”.
Consultada por la agencia Auno acerca de las acciones que los chicos deben llevar adelante para hacer frente al “sistema violento que los adultos implementan”, Laura propuso “pelearla, sin violencia, desde todos los lugares posibles”.
Aunque admitió que ciertas estructuras de poder y algunos criterios de “la noche” son difíciles de modificar porque “el que tiene un boliche está metido en muchas más cosas” que en la organización de eventos, en clara alusión a las relaciones políticas y económicas de Atilio Amado, gerenciador de “La Casona” de Lanús.
En cuanto al tema central de los boliches, Laura explicó que, ejerciendo el derecho a “no ser agredidos y a no entrar en un lugar donde se discrimina”, el efecto puede tener más valor porque el dueño del local “no va a ganar plata, que es lo único que le interesa, y va a tener que cambiar su política”.
El problema principal que identificó la joven es “el de la inclusión”: “El dueño de ‘La Casona’ (Atilio Amado) ponía entradas diferenciales para los chicos según la ropa o el aspecto; les ponía precios distintos y les hacía asumir que eran distintos y que por eso tenían que pagar precios diferentes”.
La salida a ese tipo de prácticas, que identificó como “muy comunes” en el resto de los espacios de diversión nocturna, es “entender que esas cosas no van más, que no tienen que pasar porque tenemos el derecho de que no pasen”. Y no dejó de resaltar que los jóvenes deben comprender que “los dueños de esos lugares viven de eso, de nuestra diversión”.
En la búsquedas de agotar las aristas de la problemática, admitió que “la lucha es difícil por razones políticas”, pero alentó al esfuerzo por otras vías: “El fin de la violencia en la noche debe moverse desde todos los costados, sea educando a los ‘patovicas’, haciendo cumplir reglamentos o logrando que los chicos piensen algo distinto”.
Luego de lamentar que “la sociedad se de cuenta de las cosas después de que pasan”, apuntó a la solidaridad como valor fundacional, apeló a la empatía para alzar la voz “aunque a vos no te pase nada” y a entender que “no da lo mismo que nos discriminen o nos traten con violencia”.
Agradeció el apoyo de otros jóvenes del colectivo Artistas Independientes del Sur en actividades para tomar conciencia sobre los derechos del niño y el adolescente. “Estamos aprendiendo a hacer cosas que son sencillas pero sirven, como campañas en plazas, murales con consignas en contra de la discriminación y la violencia y shows de payasos y bandas para convocar más”, informó Laura.
No obstante, destacó que la intención de la Asociación Civil Martín Castellucci “no es la masividad, sino que los pocos o muchos que participen se vayan con las ganas de pensar algo distinto a lo que pensaban”.
“La pelea a la noche es muy difícil, porque hay que mover mucho, pero creemos en el trabajo con los chicos. Es ahí donde hay que apuntar, donde se construye una sociedad mejor y donde vamos a lograr muchas cosas”, concluyó.
LP-HRC
AUNO-28-08-07
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