Arte y memoria por los desaparecidos

Organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos pintaron un mural en Temperley para homenajear a los desaparecidos de ese barrio durante la dictadura militar. Participaron familiares de las víctimas del terrorismo de Estado. Hubo además espectáculos musicales y culturales.

Alejandro di Russo

Los 36 desaparecidos de Temperley Oeste y Turdera durante la última dictadura militar pasaron de fotos en blanco y negro a brillar en un mural de color y vida en la plaza La Algodonera. Una sola inscripción sobre la pared resumió aquella inmensa obra pintada por artistas y organizaciones de derechos humanos de la zona: Memoria.

La asociación Temperley tiene Memoria, H.I.J.O.S y las agrupaciones artísticas Cerámica Fértil y Muralismo Nómade llevaron adelante el proyecto de homenajear a las víctimas del terrorismo de Estado de Temperley Oeste y Turdera, a través de la realización de un mural. La jornada por la memoria fue declarada de interés municipal y provincial por el Concejo Deliberante de Lomas de Zamora y por la Legislatura bonaerense, respectivamente.

El homenaje contó con música brindada por diferentes bandas locales que buscaron en su repertorio canciones propias y covers que, según los músicos, reivindicaran los “derechos humanos, las luchas sociales, políticas y gremiales” que llevaron adelante, no sólo los desaparecidos por la dictadura, sino también personas asesinadas en democracia bajo violencia institucional, como son los casos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, entre otros.

Entre banda y banda que se presentaba en el escenario, integrantes del colectivo Temperley Tiene Memoria recodaban a los desaparecidos durante la última dictadura mediante la mención de sus nombres, sus historias, sus profesiones y sus objetivos de lucha social. Luego de cada mención, los partícipes del homenaje manifestaban en alto el conocido lema: “presente, ahora y siempre”.

Patricia Rodríguez, una de las principales organizadoras de la jornada y representante de Temperley Tiene Memoria, contó a AUNO que el objetivo de la actividad fue hacer que la comunidad “tenga conciencia de que al lado de su casa vivía un militante que luchó por sus ideales y que la dictadura militar genocida lo eliminó por pensar diferente o por expresarse”.

“Es fundamental que se pueda visibilizar lo que muchos quieren negar y tapar, sobre todo para la juventud, porque ellos son quienes van a seguir portando las banderas de Memoria, Verdad y Justicia, y quienes continúen este legado”, recalcó Rodríguez para enfatizar la importancia de que chicos y jóvenes participen de actos reivindicadores de derechos humanos.

Memoria y arte

Florencia Vespignani, que pertenece a Muralismo Nómade, contó que su asociación trabaja “siempre con propuestas comunitarias de la zona” que expresen “un sentido territorial y político”. Cuando le propusieron pintar el mural aceptó enseguida porque estuvo de acuerdo con la importancia de destacar “un lugar de memoria, de lucha y de historia muy fuerte”.

“Como el mural que hicimos por la Masacre de Pasco, en un lugar así, con tanta carga de dolor y tristeza, pensamos en trabajar con la idea del color y la vida, para poder recordar desde la lucha y no desde un lugar doloroso, aunque lo sea. Por esta razón, pensamos en ponerle una estética alegre al mural, que recuerde el aspecto positivo de esa lucha”, explicó Vespignani, sobre la gran cantidad de colores que tiene el mural.

Los familiares nunca los olvidan

Mario De La Rosa Díaz fue uno de los familiares que recordó a sus padres, Elena de La Rosa y Mario Díaz, desaparecidos durante el gobierno militar. Mario, integrante de H.I.J.O.S. agradeció emocionado a las organizaciones que participaron y especialmente a las agrupaciones artísticas que trabajaron “como locos pintando el mural e imprimiendo las fotos en las cerámicas”.

En el mural estuvieron las imágenes de Emilia Álvarez y Héctor Segura, que por primera vez fueron incluidos en un homenaje por la memoria, ya que en un principio no figuraban en Argentina como personas desaparecidas. “Ellos figuraban sólo en un listado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)”, aseguró Paula García, familiar de Emilia y Héctor, en diálogo con AUNO. Desde el 2011, ella milita en H.I.J.O.S. y desde allí “trata de inculcar y recordar en la juventud” lo que sucedió en aquellos años de gobierno militar, para que “no se repita nunca más”.

“Si nosotros no lo ejercitamos en la memoria, esto está latente y puede volver a pasar, porque con este gobierno quedó evidente que hay cosas del pasado que quieren volver”, consideró García.

Además de los familiares de las víctimas, vecinos de Temperley y militantes por los derechos humanos, Patricia Bernardi, una de las fundadoras del Equipo Argentino de Antropología Forense, participó de la jornada. La mujer, quien durante más de 30 años se dedicó a identificar los cuerpos hallados de las víctimas del terrorismo de Estado, remarcó que en el momento en que se les entrega los restos a los familiares, también se les entrega “una parte de la historia de esa persona, porque se le dice qué día lo mataron, cuál fue la causa de muerte, donde lo enterraron como NN y en qué centro clandestino estuvo”.

En tanto a la importancia que tienen los eventos por la memoria, la antropóloga forense aseguró a AUNO que “cuando se socializa la gente desaparecida, la memoria se activa” y esto permite que las personas “no sean consideradas muertas”, sino que deja la posibilidad de que sus familias continúen “escribiendo sus historias”.

Además, Bernardi manifestó que es “muy gratificante” saber que la comunidad todavía se junta a pintar un mural y juntarse por la memoria de los desaparecidos “a pesar de todos los quilombos que tiene el país”.

Al cierre del homenaje y a través de la lectura de un documento, las agrupaciones organizadoras destacaron que los 30 mil desaparecidos “fueron padres y amigos que lucharon por la liberación de la patria y la dignidad de todo un pueblo” y que hoy esas personas “son memorias resistentes a las nuevas violaciones” de derechos humanos.

AUNO-1-10-19
ADR-SAM

Dejar una respuesta