(AUNO).- El ántrax, una infección que puede contagiar a las personas, fue instalada en la opinión pública luego de los atentados del 11 se septiembre de 2001 como una poderosa arma bacteriológica. Sin embargo, no es una enfermedad reciente. La Biblia la menciona como la causante de una plaga que azotó a Egipto 1500 años antes de Cristo, y en el país fue descripta desde 1609 e incluso fue nombrada por José Hernández en 1865.
Esta zoonosis, en Argentina, es endémica porque aparece cada año en forma de brotes esporádicos y afecta principalmente al ganado bovino desencadenando su muerte súbita. Por ello, recientemente, especialistas del INTA Balcarce y veterinarios del Laboratorio de Azul señalaron un brote de la enfermedad en los partidos de Rauch, General Belgrano, Bolívar, Huanguelen, Azul, Olavarría, Darragueira, Daireux y Tapalqué.
En lo que va del año, 16 fueron los casos de aislamiento de ántrax que se realizaron en esos distritos. “En dos de ellos hubo contagios a personas, pero pudieron ser tratadas a tiempo con antibióticos, obteniendo resultados favorables”, comentó a AUNO el experto en carbunclo rural de la Organización Mundial de la Salud y codirector del Laboratorio de Azul, Ramón Noseda.
El carbunclo rural, nombre con el cual también se conoce a la enfermedad, si bien se lo diagnostica en casi todos los meses del año, se presenta con mayor frecuencia en verano y otoño con un 21 y 13 por ciento respectivamente. “Los brotes suelen ocurrir luego de cambios climáticos marcados, por ejemplo, inundaciones e intensas lluvias después de una sequía. Asimismo, una temperatura ambiente superior a los 15 grados es un factor predisponente”, sostuvo Noseda.
La enfermedad afecta a todos los animales vertebrados, en especial, a los bovinos adultos en un 70 por ciento. Le siguen en susceptibilidad los ovinos, equinos y caprinos. Luego, en menor medida, contagia a los carnívoros, porcinos y al hombre. También se transmite en animales silvestres, de zoológicos y de parques. Las aves son más resistentes, pero de ellas, los más perjudicados son los patos. Hasta el presente, no se han detectado casos de carbunclo en felinos domésticos y son escasísimos los registrados en caninos en el ámbito mundial.
El Bacillus anthracis es la bacteria que causa el ántrax. Entre sus características se destaca la particularidad de resistir a las condiciones climáticas “#8220;por medio de esporas- las que pueden permanecer viables durante mucho tiempo en suelos y pastos. Estas esporas son las que producen la enfermedad al incorporarse a un organismo vivo. “Esta sobrevivencia se produce durante decenas de años y es por eso que los campos donde ocurrió la enfermedad se los denominan “malditos” por repetirse con frecuencia en ellos”, explicó a AUNO uno de los veterinarios del INTA de Balcarce, Guillermo Brusca.
El contagio entre los animales ocurre principalmente por vía oral mediante la ingestión de pasto, otro forraje, o agua contaminada. Posteriormente, se multiplica y pasa a la circulación linfática y sanguínea con una invasión masiva de todos los tejidos. La bacteria produce una poderosa toxina letal causante del daño a los tejidos. En los bovinos, la enfermedad desencadena su muerte súbita con pérdida de sangre no coagulada a través de los orificios naturales del animal. Mientras que en carnívoros y cerdos se observa un curso más prolongado con lesiones en la faringe, hinchazón edematosa de la garganta y cuello y enteritis.
Pero el ántrax, al ser una zoonosis, puede contagiar al hombre. “Las personas pueden infectarse accidentalmente al tomar contacto con animales contaminados o con productos derivados de éstos -carne, lana y cuero únicamente. No hay contagio entre humanos”, indicó Brusca. La transmisión puede ser vía cutánea, respiratoria o intestinal.
La forma cutánea es la más frecuente. “Hasta el presente, la totalidad de los casos diagnosticados en nuestro país responden a este tipo y afecta especialmente a las personas vinculadas al agro: peones rurales, tamberos, esquiladores, veterinarios, trabajadores de frigoríficos y curtiembres, sostuvo el veterinario.
El contagio a las personas según los especialistas se produce al ponerse en contacto las esporas del Bacillus anthracis con alguna lesión o abrasiones de la piel. Luego de 24 a 48 horas aparece una inflamación localizada, que progresa a una especie de “ampolla”, la que finalmente se ulcera, presentando una zona de color negro muy característica; ello es lo que le da el nombre a la enfermedad, también llamada carbunco, carbunclo rural, grano malo o carbón. La gravedad de este cuadro es mínima si es rápidamente atendido y medicado con los antibióticos específicos para esta bacteria. De lo contrario, puede desencadenar la muerte de los afectados.
El contagio respiratorio es la que ha adquirido mayor notoriedad, al considerase como una posible arma bacteriológica. El contagio se produce al inhalar aerosoles invisibles e inodoros conteniendo las esporas del Bacillus anthracis, las que al entrar al organismo pasan a un estado germinativo dentro de las células y dan comienzo así al proceso infeccioso.
Los primeros síntomas aparecen entre los 2 y 5 días posteriores al contagio y suelen ser leves, lo que hace que se confundan con los de una infección común de las vías respiratorias superiores. “Posteriormente, evoluciona hacia cuadros de mayor riesgo y presenta la mayor probabilidad de casos fatales. Debido a su gravedad, el diagnóstico precoz y la administración rápida de antibióticos resulta fundamental para salvaguardar la vida de los afectados”, manifestó Brusca.
La enfermedad se detectó en casi todos los partidos del centro y sur de Buenos Aires. Pero también se presenta en las distintas provincias del país. Según un informe elaborado por el experto de la Organización Mundial de la Salud, Ramón Noseda, durante el 2004 se notificaron 32 casos de carbunclo dérmico: 5 pertenecieron a Buenos Aires, 3 a Córdoba, 2 a La Pampa y 20 a la provincia de Entre Ríos.
Para evitar la difusión de la enfermedad, se aconseja, entre otras medidas, vacunar a los animales por lo menos una vez al año, dependiendo del grado de riesgo de los campos, y eliminar adecuadamente los cadáveres contagiados. Los especialsitas sugieren el Tapado Controlado.
Asimismo, el Laboratorio de Azul realiza desde el año pasado una serie de actividades con el fin evitar la difusión de la enfermedad. Algunas de ellas son el Programa de Seguimiento Epidemiológico de Carbunclo Rural y su relación con la enfermedad humana en 23 Partidos de Buenos Aires; evaluación de la composición química de los suelos en los establecimientos donde se efectuaron los casos de ántrax; y aislamiento de la bacteria en aves rapaces de la Argentina, entre otras medidas.
Uno de los graves problemas que afronta la Argentina es la falta de concientización sobre la enfermedad. “El ántrax existe, hay que vacunar y no se hace, hay que eliminar en forma eficiente los animales muertos por la bacteria y no se realiza. En este marco tendremos Carbunclo rural por mucho tiempo, sin necesidad de contar con ataques bio terroristas”, puntualizó Noseda.
De todos modos, los expertos aclaran que la vacuna en los humanos sólo está indicada para casos muy particulares personas en alto riesgo de contagio y no está recomendada en ningún país para uso masivo.
AUNO 15-08-05 RC/EV