Un documental para indagar en los investigadores

«Buscadores de identidades robadas», de Miguel Rodríguez Arias, describe la historia y el presente del grupo de científicos clave en la identificación de restos de desaparecidos. Los detalles de un trabajo que, como indicó el cineasta a AUNO, fue «creciendo junto a la ciencia».

Micaela Gómez

El 19 de septiembre fue estrenada, en el cine Gaumont del circuito INCAA, “Buscadores de identidades robadas”, un documental de Miguel Rodríguez Arias que cuenta minuciosamente cómo es el trabajo de identificación que realiza el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) desde 1984, un equipo que “fue creciendo junto a la ciencia”.

Rodríguez Arias fue el director, investigador y guionista de esta historia. Su primer trabajo fue “Las patas de la mentira” (1995), donde denunció desde el psicoanálisis los actos fallidos en los discursos de quienes detentan el poder, ganador en 1997 del Premio Rey de España. Luego, realizó otras 46 producciones, entre documentales y ciclos de TV, como “Protección al mayor”, “Séptimo mandamiento” y “Civiles y militares”, que describe la adhesión de los civiles al último golpe militar. Esa investigación dio el puntapié para la historia de “Buscadores de identidades Robadas”.

En sus inicios, el Grupo Argentino de Antropología forense era únicamente conocido por los familiares de las víctimas que ellos trataban de identificar, por algunos funcionarios y miembros de la Justicia. Lo llamaban “el cardumen”, ya que generalmente sus integrantes iban juntos para protegerse en un contexto inseguro en que había mucho que temer. Ahora, con décadas de democracia, es un momento adecuado para mostrar todo su trabajo y esfuerzo a través de este documental.

Los encargados de contar esta historia son los protagonistas de la misma a través de diversas entrevistas: la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; los cofundadores del EAAF Mercedes Doretti, Patricia Bernardi, Carlos Vullo y Carlos Somigliana; el fundador y presidente del equipo de Antropología Argentino, Luis Fondebrieder; y un Padre de la Plaza, Julio Morresi, quien recuperó gracias a este equipo los restos de su hijo.

El director Miguel Rodríguez Arias habló con AUNO del filme, que comenzará en La Habana, en diciembre, un recorrido por festivales internacionales que lo llevará también a Málaga y a Valladolid.

¿Cómo surgió el tema de investigación para este documental?

La investigación comenzó en 2009 cuando estaba haciendo “Civiles y militares”, y ahí había una entrevista corta que le hice a Luis Fondebrider, fundador y presidente del equipo actualmente. Ahí surgió la idea de hacer el documental.

¿Qué fue lo más interesante, lo que los atrapó del trabajo del Equipo?

Actualmente, en los 29 años que lleva de trabajo, identificó en Argentina 577 personas. Es un trabajo de cíclope. Nos pareció muy interesante, a medida que nos fuimos enterando de la complejidad que tiene el proceso para la identificación de una persona, contar todas las etapas del trabajo, que empieza con investigación en documentación. Lo que más se conoce del equipo son las exhumaciones y el trabajo de laboratorio, pero antes de hacer una exhumación hay que hacer una investigación documental que por ahí demora años.

¿Cómo es?

Se busca primero en las oficinas de los cementerios la documentación que coincide con las personas que están enterradas como NN, si hay por ahí impresiones digitales, una foto de la persona, algunos elementos que podrían ser identificados por los familiares… Una vez llegado a este punto, todavía queda saber si el cuerpo exhumado corresponde a esa persona. El trabajo es mucho más complejo y el proceso demora años. Esto no era algo muy conocido y nos pareció importante contar todo el proceso desde el comienzo hasta que le informan a la familia que es su allegado la persona que estaba en esa tumba como NN.

¿Cuáles son las particularidades de trabajar con un tema tan delicado?

El equipo tiene una política de comunicación de bajo perfil; entonces, solamente comunican cuando hay algo importante para informar. Fue complicado convencerlos para hacer un documental sobre los 29 años de historia donde algunos miembros del equipo tenían sus motivaciones personales para hacer el trabajo que hacen, que es admirable.

¿Y con los familiares?

También es difícil, porque hay gente que sufrió mucho y lo que menos quiere es reconectarse con ese pasado. Así es como hay 700 restos en el Equipo Argentino de Antropología Forense esperando ser identificados. Por eso se están haciendo campañas para que los familiares se acerquen y donen una muestra de sangre para cotejar.

¿Por qué tienen un papel central las “Abuelas de Plaza de Mayo”?

Su historia es central en cuanto al surgimiento del Equipo Argentino de Antropología Forense. En el 82 viajaron a Estados Unidos después de consultar con científicos en Argentina y en otros países a ver si había alguna manera de identificar a los nietos. La fantasía de las abuelas era que algún un día iban a venir los militares y les iban a devolver a sus nietos. Entonces la angustia de ellas era cómo iban a hacer para comprobar fehacientemente que esos chicos eran sus nietos. Llegaron a una institución en Washington que se llama Asociación Americana para el Avance de la Ciencia y ahí se encontraron con un grupo de científicos, entre los cuales había un argentino exiliado, Victor Penchaszadeh, y les plantearon el tema. Lo que estaban buscando era el índice de “Abuelidad”. Así como se puede saber la paternidad por el ADN, lo que no se sabía, y fue gracias a la intuición de las abuelas, es que se puede conseguir un índice de “Abuelidad”.

¿Y cómo llega el método a aplicarse en el país?

En el 83 hacen un congreso en Nueva York, las invitan a las abuelas y ahí se presentó el índice de “Abuelidad” por primera vez en el mundo. A ese congreso invitan a Clyde Collins Snow, el mentor y fundador del Equipo de Antropología Forense, el más famoso de Estados Unidos que trabaja en la resolución de crímenes y desde el 70 utiliza las técnicas arqueológicas para la resolución de crímenes. En el 84, ya con el regreso de la democracia, las abuelas le comentan a la CONADEP e invitan a Clyde Snow a la Argentina, porque estaban apareciendo en la provincia de Buenos Aires muchas tumbas NN que no coincidían con las estadísticas. Eran muchas, 10 veces más de las que aparecían todos los años, y aparte eran de gente joven, lo cual era para investigar. En ese momento no se podía extraer el ADN de los huesos. El Equipo de Antropología Forense fue creciendo con la ciencia. Recién en el año 90 descubren cómo extraer el ADN de los huesos. Hasta entonces sólo se podía hacer con tejido blando.

¿Cuál crees que es la repercusión que puede tener para la sociedad actual y cuál es el futuro de este documental?

El documental fue muy bien recibido. La gente tiene mucho respeto por este equipo de antropología forense, supongo que lo va a ver mucha gente. Nosotros lo vamos a hacer circular por el interior, escuelas, universidades, etc. ya que es un tema de interés histórico y nacional.

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