Mugre Superstar: una pieza teatral con una mirada revisionista sobre Cromañon

A 20 años de la Masacre de Cromañon, una obra de teatro independiente pone sobre el escenario a dialogar a Omar Chabán y a una sobreviviente de aquella noche.

La obra de teatro Mugre Superstar, que narra el encuentro entre una joven sobreviviente de Cromañon y su madre con el fantasma de Omar Chabán, se presentará este viernes, partir de las 20, en la Cooperativa Esquina Libertad, en el barrio porteño de Villa Crespo. La pieza intenta salir de “lugares pantanosos, oscuros, llenos de muerte y dolor, con vida, con inteligencia y con responsabilidad”, explicó Santiago San Paulo, dramaturgo y director de la obra, sobre el mensaje que desea dejar Mugre.

El texto tiene un carácter político y revisionista que intenta contar la otra historia de Omar Chabán, quien fue «demonizado con intencionalidad por los medios hegemónicos y por la sociedad», explicó San Paulo a AUNO; y si bien el productor fue responsable de la masacre, «no fue el único», sentenció el dramaturgo y argumentó que eso suele pasar con «cada masacre donde el Estado es responsable».

El relato, escrito por Natalia Buyatti y San Paulo, se inspira en las vivencias de Fabiana Puebla, quien estuvo en el boliche de Once en la fatídica noche del 30 de diciembre, y es representada en la obra con el personaje de Naty quien escucha la historia de Chabán desde la creación del Café Einstein hasta la Masacre.

Martina Krasinski, actriz que interpretaba a Naty en las presentaciones anteriores, contó a este medio que la sociedad “se puede pensar como un cuerpo que necesita digerir lo que le sucede para poder sacarlo afuera”, y aclaró que “nada de lo que le sucede a la sociedad se va del todo”. Por eso, Mugre Superstar es una forma de resignificar y darle lugar a la memoria.

A lo que Paula Salanova, quien interpretará en esta función a Naty, sumó que “construir una memoria colectiva es una forma de estar alertas, de cuidarnos”, y que eso se logra “con una obra de teatro, una serie, en charlas con amigues, con la familia, en la escuela o desde lo individual” y que ficcionalizar lo que fue la masacre de Cromañon es clave para acercarlo a las generaciones que no lo vivieron, explicó.    

“Contar algo que debe contarse deja paz”

En 2015, once años después de la masacre, San Paulo viajó desde Córdoba a Buenos Aires a estudiar y se encontró con el santuario dedicado a los pibes y pibas de Cromañon, en el barrio porteño de Once. Todo lo que sintió al ver esas fotos, esos rostros que podrían haber sido el de sus amigos lo plasmó en una crónica llamada: El tiempo pasa lento cuando hay un trauma, que se publicó en el portal Tierra Roja

Después de aquella primera visita volvió varias veces más al lugar. Siempre que regresaba a Buenos Aires “iba a agradecer y a prometer que la ficción también iba a dar su opinión” sobre lo que sucedió ese 30 de diciembre, contó el director y dramaturgo.

Krasinski sintió “adrenalina, porque era un gran desafió”, y a la vez era “importante contar esa historia”, explicó sobre la primera vez que leyó el guión de Mugre Superstar, y continuó: “Poder interpretar un momento de tal magnitud sin miedo a estar a la altura, parecía imposible”. Pero al final el resultado fue “bien recibido” por quienes vivieron la masacre, y “eso es lo más valioso”, enfatizó.

Por otro lado, explicó que “nadie puede ponerse en la piel de un sobreviviente”, porque sólo aquel que lo vivió o alguien cercano es consciente de lo que le pasó, y aclaró que lo único que un actor o actriz puede hacer es intentarlo “con toda la honestidad y el respeto posible”, y eso “a veces genera angustia”, pero contar algo que tiene que contarse “deja algo de paz” y fue eso lo que ella intentó y sintió al interpretar a Naty sobre el escenario. 

“La primera vez que leí el guión me pasó lo mismo que cuando salí de ver la obra. Me emocioné con la historia de Naty y su madre, y esa conexión entre madres, padres, hijos e hijas, tan animal y primario”, compartió Salanova con esta agencia, y explicó que piensa en todos esos vínculos que se “rompieron tras esa noche”, lo difícil de las pérdidas y como “algo hermoso, como ir a ver una banda que te gusta y te hace sentir cosas, o con la que te identificas de alguna manera” haya terminado en una masacre.   

«Cromañon nos podría haber pasado a nosotros»

El 31 de diciembre de 2004 la madre de San Paulo lo despertó en su cama de Río Cuarto, Córdoba, y le contó entre lágrimas que en la ciudad de Buenos Aires “había pasado algo horrible”, que hubo una masacre en un recital y que “murieron muchos jóvenes”.

Durante todo ese día Santiago, quien era un adolescente, se juntó con amigos a hablar de lo sucedido en Cromañon y ahí se dieron cuenta que les podría haber pasado a ellos, contó el dramaturgo, ya que eran de ir a ver bandas en vivos, a veces “sin avisarles a nuestros padres”, confesó.

Salanova compartió con AUNO que esa noche del 30 de diciembre del 2004 escuchaba la radio con su hermana y ahí pasaron la noticia. “Es lo único que recuerdo”, explicó la actriz. En cambio, Krasinski es prima de una víctima de aquella noche y su tía forma parte de Movimiento Cromañon. Contó que su madre en uno de los últimos encuentros de sobrevivientes y familiares de la masacre “pintó zapatillas en macetas”, en homenaje a los pibes y pibas que murieron y a los que sobrevivieron a la masacre ocurrida aquel 30 de diciembre de 2004.

* La función se podrá ver este viernes 29, a las 20, en la Cooperativa Esquina Libertad, ubicada en Virasoro 1651, el barrio de Villa Crespo. Entradas a voluntad.

Fotografías: Gentileza Mugre / Santiago San Paulo

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