Por Analía Cáceres
Infiltrarse en el búnker de Patricia Bullrich en Lomas de Zamora parece ser como colarse a un funeral. Sobre Laprida al 945 le hacen el «aguante» a Pato. El lugar es un edificio que parece abandonado y si no fuera por las cientos de pancartas que hay apiladas en un cuarto con vista a la calle, nadie sospecharía que allí ocurre algo.
Al costado derecho del edificio se pueden ver dos puertas grises y detrás de ellas un enorme salón de fiestas que le queda grande a las pocas personas que están adentro.
El búnker de Bullrich es gris, el piso es gris, las paredes son grises y las cinco personas presentes llevan algo gris. No se escucha ninguna música y tampoco se percibe aroma alguno. Todos se limitan a ver dos pantallas grandes que proyectan el canal de La Nación+. Hasta ahora, a poco del cierre de los comicios, no existe resultado concreto, pero dicen que Bullrich le ganó a Larreta. Se estima que Patricia sacó un diecisiete por ciento de los votos.
No hay euforia, no hay cánticos, tampoco hay muchos comentarios. Cada tanto se puede distinguir el murmullo ahogado de dos hombres que charlan entre sí. En el centro del salón hay dos banners de Juntos por el Cambio y al costado las pantallas grandes. Las mesas y las sillas están acumuladas a los laterales de la sala, dejando el centro vacío como si allí fuera a ocurrir una magnífica coreografía digna de la película Grease.
Sobre el verde oscuro de las mesas descansan platos de plástico repletos de alfajores Nevares de chocolate blanco. Si en este mismo momento todos quedaran encerrados en el búnker, solo tendrían alfajores Nevares y botellas de agua de quinientos mililitros para sobrevivir.
Aquí no estará ningún candidato, ningún concejal y nadie hablará sobre la campaña ni dará declaraciones. No están los candidatos bonaerenses de Bullrich presentes, no se discute sobre los resultados y sorpresivamente nadie insulta al kirchnerismo.
Son las 22.30 y todavía no hay resultados oficiales. Alguien en el entrepiso pide una lamparita. Antes de las 23 aparecen los resultados. La ex ministra de Seguridad le ganó a Horacio Rodríguez Larreta en la interna de Juntos por Cambio. En la Ciudad de Buenos Aires, el primo de Mauricio Macri, Jorge, superó a Martín Lousteau.
«¡Vamos!», grita un hombre desde el entrepiso y rompe con la solemnidad del ambiente por unos segundos. Ahora lo que queda por descubrir es si el grito se debe a los resultados o al correcto funcionamiento de la lamparita.
AUNO-14-08-23
AC-SAM