(AUNO-TERCER SECTOR*) Los resultados de los exámenes de ingreso en la Universidad de La Plata, reprobados por todos los aspirantes a la carrera de Astronomía y aprobados por sólo 74 sobre 329 inscriptos en Física, desencadenaron un debate en la sociedad que tocó a todos los niveles educativos para pronto ir más allá de las aulas. Se la evaluó como educación a secas; la educación que puede tener alguien para robar, escuchar música, matar o formar una familia.
Varios referentes de ONGs que toman la problemática de la educación como eje de su trabajo analizan el fenómeno desde el conocimiento práctico sembrado durante años de desempeño en las aulas. Se trata de entidades constituidas por maestros cuyo interés por su profesión excede los establecimientos educativos.
Si bien todos los consultados coincidieron en que la mejora del nivel educativo es una tarea que requiere el esfuerzo de todos los actores sociales, cada uno partió de premisas distintas sobre la base de sus experiencias. El director ejecutivo de la Fundación SES (Sustentabilidad-Educación-Solidaridad), Alberto Croce, apuntó que el problema “es de una complejidad muy grande, porque nuestra población está inmersa en una pobreza estructural. Dentro de ella, sobresale la pobreza educativa”.
Con este panorama, Croce rescata la baja en la deserción escolar registrada durante los últimos años, “justo cuando se estaba destruyendo todo”. Para el director de SES, este indicador se ve respaldado por la entrega de becas y la vigencia del sistema polimodal. Sin bien evidencia que “la mayor retención escolar no se traduce en una mejora de la calidad educativa”, destaca que “con el chico adentro se puede hacer algo”. Para Croce este “algo” engloba “políticas sociales y educativas, por consiguiente una mejor inversión”. También cree que hace falta “dar a los docentes más capacitación”, e instituir “más horas de clase”.
Isabel Rebaudi, presidenta de la Asociación de Difusión de Educación a Distancia (Aded), considera que “no hay una articulación de hecho entre los estudios secundarios y los universitarios. Por eso los chicos llegan a esta instancia sin comprensión de texto, sin saber expresarse y con problemas para resolver problemas lógicos”. Un factor de desaliento para los alumnos es que “no encuentran reinserción posterior”, y cita como caso a seguir a España, donde se brindó capacitación especial a los chicos de acuerdo a las necesidades laborales de cada región.
“Hasta ahora los colegios son contenedores de chicos con problemas económicos”, señala Rebaudi, y afirma que la escuela debería restringirse a enseñar. “Hace falta subir los niveles de estudio, porque los alumnos se acostumbraron mucho a los facilismos, pero no se pueden subir todos los niveles de golpe. Es un trabajo a mediano y largo plazo”.
También pone de relieve la necesidad de dar lugar en las escuelas a las nuevas tecnologías. La dificultad es que, de acuerdo a un estudio del Instituto Internacional de Planeamiento para la Educación (IIPE), el 70 por ciento de los maestros nunca navegó por la web.
Según Rebaudi, internet sería muy importante para acortar las diferencias entre las escuelas rurales y las de la ciudad. En esta línea, un estudio reciente difundido por el Unicef manifiesta las disparidades regionales. Indica que “mientras en la región central el 22 por ciento de los chicos entre 10 y 17 años se encuentra excluida o en riesgo de dejar la escuela, en el noreste esta cifra se eleva al 43 por ciento”.
La Fundación Aves aborda la temática de la educación en la provincia de Jujuy. Su presidenta, Graciela Aramayo, cuenta que “la situación en Jujuy no es ajena a la que se vive en todo el país”. Profesora de Biología, Aramayo plasma el contexto de la región cuando comenta que, durante los últimos meses de examen, “se registró un ausentismo del 98 por ciento”. Esto se debe a que “los alumnos no se preocupan y los papás no nos apoyan. No se toma a la educación como debe ser”.
Para la docente, la escuela es dejada de lado por las autoridades de gobierno. “Es el último eslabón. No hay conciencia de la necesidad de conocimientos y de la falta que hacen”. Sobre los planes de estudio vigentes, la presidenta de Aves cree que se los debería “adecuar a los ritmos de los chicos, mostrarles para qué les sirve, cómo se aplican”.
Aramayo detecta en la provincia “un asistencialismo poco controlado. No hay organismos que sigan curso del dinero que llega, no se toman los controles debidos. La mayoría de las fundaciones son creadas por los políticos”, comenta. Con lo que afirma que la falta de educación de la clase política también es un problema que debe ser solucionado entre todos.
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Cómo comunicarse:
Fundación SES: Teléfono, 4896-1920.
Aded: Teléfono,0223-4863320.
Fundación Aves: Teléfono, 0388-4224914.
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*Agencia Universitaria de Noticias y Opinión
Revista Tercer Sector