(AUNO*)Las infecciones fúngicas se producen de manera frecuente en personas con el sistema inmunológico deprimido, como pacientes trasplantados o quienes padecen leucemias. También afectan a personas que reciben quimioterapia y a quienes usan corticosteroides en altas dosis. Hasta el momento, los tratamientos disponibles eran activos sólo contra un limitado número de infecciones fúngicas, o podían causar una seria toxicidad.
Ahora, presentaron en el país un nuevo medicamento, el voriconazol, que fue probado en más de dos mil pacientes a nivel mundial. El doctor Lautaro de Vedia, médico infectólogo del Hospital Muñiz, explicó que “las infecciones fúngicas se han incrementado en los últimos años, en la medida que aumentaron los tratamientos quimioterápicos y se generalizaron los trasplantes”.
En este sentido, indicó que se esperan infecciones en pacientes sometidos a trasplantes, ya que como parte de su tratamiento “deben disminuir la actividad del sistema inmunológico, lo que los pone a expensas de cualquier tipo de infección. Los hongos juegan un papel muy importante en este contexto, ya que son una causa de muerte frecuente, en particular cuando se trata de trasplante de médula ósea, y en menor medida de otros tipos de órganos”, señaló el especialista.
Otros pacientes expuestos son los que, a consecuencia “de padecer tumores hematológicos o de ser sometidos a quimioterapia, tienen una disminución importante de glóbulos blancos; los que están en terapia intensiva con cuadros agudos, sometidos a múltiples tratamientos con antibióticos, mal nutridos y con infecciones graves; y en algunos casos, los pacientes con sida”, explicó De Vedia.
Por otra parte, señaló que aunque en la actualidad hay tratamientos disponibles, presentan la dificultad de ser “sumamente tóxicos, como la anfotericina B, un medicamento muy antiguo y efectivo, que se usa hace 30 o 40 años. En los últimos años también aparecieron algunas drogas que a partir de modificaciones se convirtieron en fármacos con mejor perfil de seguridad, pero su costo es prohibitivo, aún en los países del primer mundo”.
En cuanto a las ventajas que presenta la nueva droga, De Vedia indicó que un estudio clínico presentado en la 41º Conferencia sobre Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia mostró que aunque la anfotericina B es una droga de bajo costo, “resultó más económico el tratamiento con voriconazol, porque más de un 80 por ciento de los pacientes que recibieron anfotericina B debió suspender precozmente el tratamiento debido a la toxicidad de la droga, y requirió la administración de costosos tratamientos alternativos. En cambio, de los pacientes que recibieron voriconazol, prácticamente más del 90 por ciento continuaron con la medicación hasta el final del tratamiento”.
11-5-04 db mar