(AUNO-TERCER SECTOR*) Mientras la Argentina seguía la tragedia a través de la lente entrometida de la cámara, ellos estuvieron en las entrañas del dolor. Para acompañar a los padres por el corredor de los pasos perdidos, y recorrer ese trayecto en el que se apagaba una luz de esperanza y triunfaba por entero la angustia. Para regalar un abrazo en ese momento en que el dolor atraviesa el cuerpo, desarma y asfixia. Se trata del equipo de crisis encabezado por el psicólogo social Alfredo Moffat para situaciones de catástrofe como la que atravesaron familiares y amigos de las víctimas de Cromañón que el incendio del 30 de diciembre devoró a casi 200 personas.
“Estamos en el instante en el que se rompe, se desarma la vida. Nosotros intentamos arreglarla”, ilustra Moffat para definir la función que tiene el grupo de operadores solidarios entrenados para brindar auxilio psicológico en situaciones críticas. Recién llegado de brindar apoyo en Paraguay, país también afectado por la indulgencia cuando el incendio en el shopping de Asunción, decidió abrir los grupos de contención, de carácter gratuito, para los deudos de la tragedia, con el objetivo de que puedan comenzar el duelo de la persona ausente, de “meter en la memoria, o sea en el corazón, a aquel que ya no está”.
Pero en este caso, el dolor fue desplazado por la bronca. “Los deudos de las víctimas de Cromañón transitan una etapa de negación: el pedido de justicia le ganó al llanto”, resume Moffat. Frente a esto, los psicólogos sociales se dan cita en uno de sus espacios comunes, el santuario levantado a metros del escenario de la tragedia. Allí, se acercan a ellos, los escuchan, sortean el rechazo y generan lentamente un vínculo de confianza.
“Los jóvenes homologan la figura del psicólogo a la de un policía que instruye un sumario, que los interroga señala el profesional Esta actitud es resultado de la experiencia pasada de los chicos en sus entrevistas obligadas con profesionales de la salud en hospitales e institutos de menores”.
Los operadores tienen como meta que elaboren el proceso de duelo traumático, que se desarrolla en tres etapas. En la primera, aplican terapias psicodramáticas para que se restituya la percepción de la realidad, “perdida en el momento en que se reconoce el cuerpo del ser querido” explica Moffat. Pasado el shock, se produce la catarsis de llanto y se abre la posibilidad de socializar el dolor, a través de la palabra.
Luego de varios días, los afectados ingresan a la segunda etapa que le permitirá realizar el diálogo de despedida con el ser que ya no está. “Aquí se emplean técnicas de estimulación como almohadones o “#732;yo auxiliares”#8482;, para transformar el vínculo real en un diálogo subjetivo “#8220;define el psicólogo-. Es el momento de las frases que no se pudieron decir: “#732;…te quiero mucho y nunca te lo pude decir”“#8482; o “#732;“perdoname por”“#8482;”
La última etapa consiste en “reconstruir la trama cotidiana reparando los vacíos que deja la persona querida en la vida diaria, en el almuerzo familiar de los domingos, en los espacios que se compartían, en la fiestas”. Para Moffat, el dolor en esta etapa es ya más suave y lo normal es que al año se cumpla la tarea de duelo.
Para cumplir con esta tarea, el equipo de voluntarios necesita de la colaboración de toda persona dispuesta a asistir en el dolor. La convocatoria está abierta a todos, tanto a profesionales afines como a cualquier miembro de la comunidad, que quiera cebar mate, acompañar o ayudar con el transporte hacia los lugares de encuentro. Pueden comunicarse a los teléfonos 4865-4177 o 1554556555.
Los grupos de contención funcionan los sábados y domingos, de 15 a 20, en el santuario de Once, los martes y jueves, de 19 a 22, en la sede de la entidad, ubicada en Rivadavia 3482, Capital Federal. También, organizaciones de base de Villa Celina y Villa Lugano cedieron un espacio para realizar los encuentros.
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Como comunicarse:
www.moffatt.com.ar/bancavida.htm
bancavida@fibertel.com.ar
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Agencia Universitaria de Noticias y Opinión
Revista Tercer Sector
De la rabia al dolor, del dolor a las palabras
Un equipo de psicólogos sociales brinda contención a padres, jóvenes y familiares de las víctimas de Cromañón desde la misma noche de la catástrofe. Coordinados por Alfredo Moffat, apelan a la sensibilidad de quienes quieran colaborar en la tarea de reconstruír las vidas desarmadas de los deudos.
Por Elisabet Contrera